* Existe polémica al respecto, pues basados en valores religiosos algunos afirman que se debe soportar el dolor como una especie de tributo divino, señaló el integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
Diego Valadés, del IIJ de la UNAM. Foto: Arcano Radio. |
Es necesario que se inicie la discusión respecto a la
eutanasia y el suicidio asistido, pues los viejos y enfermos tienen derechos
que exigir y ejercer, dijo Diego Valadés, integrante del Instituto de
Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
El argumento: El proceso de envejecimiento de la población
mexicana, así como el incremento de las enfermedades crónico-degenerativas.
“Aunque la dirigencia política no esté preocupada por el
tema, sí es una inquietud que avanza en la sociedad, de manera que pronto se
convertirá en un reclamo social”, sostuvo el abogado constitucionalista.
Muestra de esta preocupación se refleja en la encuesta
nacional de la asociación “Por el derecho a morir con dignidad”,en la que 63
por ciento de los entrevistados consideró que ante enfermedades terminales y
dolorosas es aceptable la eutanasia, refirió.
La muerte asistida se consideró por mucho tiempo aplicable
sólo a quienes tenían enfermedades terminales y dolorosas, pero en algunos
países se ha ensanchando el concepto a quienes sufren padecimientos que, sin
ser terminales, afectan sus posibilidades de autonomía, lo que genera una merma
en su propia percepción de dignidad.
Arcano Radio, asociada a RNU y
a RFI y afiliada a
La Voz de América, le comparte
los conceptos de
Diego Valadés, del Instituto de
Investigaciones
Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
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Sin embargo, prosiguió Valadés, hay polémica al respecto
debido a valores religiosos y concepciones éticas, pues algunos afirman que el
dolor debe soportarse como un tributo divino, lo que es aceptable para quienes
profesan cierta religión, pero no para quienes carecen de alguna deidad a quien
ofrecer su sufrimiento. “Por ello, éste se ha convertido en un tema más del
Estado laico”.
Lo que se pretende, explicó el también miembro de El Colegio
Nacional, es que los sistemas jurídicos permitan la eutanasia dentro de
condiciones de seguridad plena, con protocolos médicos y jurídicos rigurosos, a
favor de quienes deseen ser privados de una vida que ya consideran innecesaria.
“Si el Estado es
laico debe promover la ampliación de los derechos de las personas, que de
ninguna manera afectan los de los creyentes; pero por el contrario, los
derechos de los creyentes sí afectan a los de los no creyentes, y eso es
incompatible con un Estado laico y con un Estado democrático”, sostuvo.
En México la voluntad anticipada, que permite a cualquier
persona indicar ante un notario su voluntad respecto a permanecer o no
conectado a aparatos que garanticen una sobrevida artificial, es un primer
paso.
Falta el siguiente, que es permitir la eutanasia y el
suicidio asistido. “¿Qué ocurre en tanto no se acepte y legisle?, que se
producen casos eutanásicos de facto, sin que nos enteremos y con un riesgo para
quienes generosamente asisten a las personas que lo solicitan”.
La eutanasia, concluyó, evitaría este tipo de decisiones que
generan traumas múltiples a quienes padecen una enfermedad, y a sus cercanos,
que deben hacer frente a una muerte violenta.
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