Análisis a Fondo
* El salario mínimo, aumentado, seguirá siendo salario del hambre
* Y la economía no se levanta porque tienen miedo de incentivarla
Por Francisco GÓMEZ MAZA
Para Arcano Radio
¡Y se lo toman tan en serio! Miguel Mancera, como el Cristo
Salvador, pide un “aumento” al salario mínimo de los trabajadores porque el
actual ya no les alcanza. ¡Jolín! Y tampo les alcanzará los 92.71 pesos que,
unilateralmente, va a proponer el dueño Juan Pablo Castañón, presidente del
Consejo Coordinador Empresarial, gremio o sindicato que defiende los intereses
de las cúpulas empresariales, entre ellas la Coparmex o ConfederaciónLa
Patronal de la República Mexicana.
Nótese que nadie consulta ni pide la opinión de los
dirigentes de los gremios laborales como el Congreso del Trabajo o la
Confederación de Trabajadores de México y menos las que tienen una
mediafiliación un poquito de izquierda.
Así, en esas condiciones tan precarias en que sobrevive o
subsiste la clase trabajadora (no me digan que las clases son un invento de los
comunistas, porque sí hay clases sociales y quien lo niegue estaría negando la
electricidad o la fuerza del viento) es imposible reactivar la economía medida
por el producto interno bruto. Simplemente no se da ni yendo a bailar a Chalma
o solicitarle un megacrédito al capo de capos, El Mayo Zambada.
Ah. Y los proponentes del aumentito, los del CCE, pura
“iniciativa privada”, lo c alifican como propuesta “de unidad” de aumento al
salario mínimo general vigente, “con la idea de alcanzar consensos con gobierno
y trabajadores, e implementar los acuerdos en la segunda mitad del año”, dijo
el presidente del Consejo, Juan Pablo Castañón.
“El objetivo es llegar a 92.71 pesos diarios, monto mínimo
que se requiere para alcanzar la línea de bienestar, de acuerdo con el Consejo
Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval)”. Sin
embargo, “no hay plazos ni cifras fatales”, dijo, por lo que con la Comisión
Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) se prevé definir si en uno, dos o tres
años se pudiera llegar a alcanzar salarios que permitan a los trabajadores
tener niveles de bienestar. Lo que no se puede hacer es “dar un brinco” para
llevar el salario de 80.04 pesos diarios a 92.71 pesos diarios, ya que se deben
evitar efectos inflacionarios o efecto boomerang. Dijo que por ello ya se creó
una comisión de trabajo en el sector empresarial, que coordinan la Confederación
de Cámaras Industriales (Concamin) y la Confederación Patronal de la República
Mexicana (Coparmex), aunque también participa la Asociación de Bancos de México
(ABM) y la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales
(ANTAD), entre otros organismos.
“La idea es que los
grupos de estudios económicos de los organismos privados podamos tener una
posición de unidad y presentarla a la Conasami”, explicó Castañón. Esta semana,
el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex),
Gustavo de Hoyos, dijo que presentarán la propuesta entre el 25 y 28 de mayo a
la Conasami, situación que confirmó Castañón, respecto a que a fin de mes se
tendrá la oferta para discutirla con gobierno y trabajadores.
Los señores del dinero insisten en que los aumentos al
salario son inflacionarios, aunque no dicen que la inflación sólo es causada
por la ambición de los detentadores del capital. Ningún aumento debería ser
inflacionario, pero como vivimos en una economía de neo9liberalismo pueblerino
lo que se aplica no son las leyes de la oferta y la demanda, sino lo que he
dado en llamar las leyes de la necesidad y del abuso.
Insisten también en que uno de los retos que se deben
enfrentar es reducir la informalidad, situación en la que se encuentra la mayor
parte de los trabajadores que reciben salarios mínimos, así como en las
microempresas formales. Lo que no dicen es que buena parte del mercado informal
es propiciada y alentada por los mismos empresarios. Los comerciantes grandes,
que sacan sus mercancías a las calles y contratan personal no controlado por
nadie, ni por el fisco ni por el Seguro Social.
De acuerdo con el líder del CCE. Cualquier incremento
salarial debe acompañarse de mayor productividad. Juan Pablo Castañón dijo que
de 2012 a la fecha el salario mínimo general ha recuperado 13% del poder
adquisitivo. Si se considera que en los últimos 30 años se perdió 70% del poder
de compra de un salario mínimo, entonces se hablaría de que se redujo dicho
porcentaje a 57%. Pero si se toma en cuenta que el salario mínimo promedio de
la industria es mayor, entonces se habla de que el poder adquisitivo que se
perdió en los últimos 30 años fue de 28%, pero ya se recuperó en 13%. De lo que
se trata es de que el aumento que se otorgue permita que “haya una verdadera
recuperación del poder adquisitivo”; es decir, que seguirá una política de
incrementos que no tenga efecto inflacionario, sino que sea una recuperación
del ingreso real, indicó el líder empresarial. De todos modos juan te llamas. Cualquier
aumento, aunque en la calculadora del señor Castañón recupere su poder de
compra, en la caja registradora del supermercado lo pierde de nuevo. Y es el
cuento de nunca acabar para terminar en una economía del juicio final, en la
que los únicos que se salvan son los detentadores de los medios de producción.
Y los trabajadores van con zalea y todo a las llamas del infierno.
Así, no hay política económica que funcione para reactivar
una economía. Una economía está creciendo, realmente está boyante, cuando crea
pleno empleo con salarios muy remuneradores. 93 pesos al día sólo sirven para
sobrevivir, para subsistir, aunque el dicho trabajador gane cuatro salarios
mínimos al día, inclusive cinco. Así, las políticas públicas pueden tener la
bendición de los más sabios padres de la ciencia económica. No funcionan porque
todo se vuelve un juego. Y un juego de vencidas. A ver quien se da más
rápidamente por vencido.
Agregue usted que en México (y esto no ocurre en otras
economías) la política económica se aprieta en épocas de debilidad, en lugar de
-flexibilizarse para ayudar a la economía. Esta contradicción tiene que ver con
que, mientras la economía pierde aceleración en 2017, la política fiscal y
monetaria se hacen más restrictivas, como lo advierte Alfredo Coutiño, director
para América Latina de Moody’s Analytics.
Cuando la economía enfrenta un choque negativo, la política
fiscal puede agravar dicha debilidad. En esta situación, la política fiscal es
forzada a restringirse para evitar un mayor deterioro, y esto es lo que
enfrenta la economía mexicana en 2017 con el recorte presupuestal, el cual ha
golpeado más a la inversión que al gasto corriente. Además, cuando la economía
marcha muy bien, la política fiscal se expande a través de mayor gasto en lugar
de generar ahorro. Esta naturaleza procíclica en lugar de beneficiar a la
economía, la perjudica.
En 2017 la política monetaria también se mueve de manera
procíclica, ya que mientras el crecimiento económico se modera, la política
monetaria se hace restrictiva. A diferencia de otros países, en donde las tasas
de interés suben porque hay una mejoría económica, en México se incrementan
porque las condiciones se deterioran. La política monetaria ha sido forzada a
subir las tasas no sólo por el choque externo sufrido desde 2016, sino también
por la ampliación de desequilibrios y distorsiones generadas por el mismo
manejo de la política económica, según Coutiño. Así, en el entorno de
desaceleración que enfrenta el país, en lugar de -flexibilizarse se restringieron
las políticas fiscal y monetaria, lo que agravó la debilidad económica.
La prolongación de la expansión fiscal y monetaria en los
pasados cuatro años no sólo no levantó el crecimiento económico más allá de
2.1% en promedio, sino que generó desequilibrios fiscal, externo, e inflación a
la alza. La economía no respondió a dichos estímulos porque su capacidad
productiva está limitada a un crecimiento potencial alrededor de 2.2%. Este
pasado miércoles el Inegi dio los resultados del Sistema de Indicadores Cíclicos,
destacando que el indicador adelantado modificó la trayectoria descendente que
venía observando, lo que implicaría una mejora de las perspectivas económicas
del país. Bueno. Implicaría. Y eso es lo
que queremos.
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@analisisafondo
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