Por María Cecilia Mutual
Con la traducción del italiano de Radio Vaticano
Miles de peregrinos se reúnen
cada
domingo en la Plaza de San
Pedro
para rezar a la Madre de Dios.
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Audio completo de las palabras
del
Papa después de la oración
mariana:
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Tras rezar la oración del Regina Coeli a la Madre de Dios,
junto a miles de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa
Francisco lanzó un apremiante llamamiento de Paz ante los constantes conflictos
que azotan a tantas partes del mundo, encomendando a María, Reina de la Paz,
"el destino de las poblaciones afligidas por guerras y conflictos, especialmente
los de Oriente Medio.
"A mi solidaridad acompaña el recuerdo en la oración,
mientras agradezco a cuantos se empeñan en subvenir a las necesidades
humanitarias. Aliento a las diversas comunidades a recorrer el camino del
diálogo y de la reconciliación para construir un futuro de respeto, de
seguridad y de paz", dijo el Pontífice.
Asimismo, el Sucesor de Pedro hizo un llamamiento "a la
atención concreta a la vida y a la maternidad", que cobra un significado
especial en la jornada en la que en Italia y en tantos otros países, se celebra
el Día de la madre. "Recordemos con gratitud y afecto a todas las mamás,
confiándolas a María, la mamá de Jesús", dijo finalmente el Papa invitando
a todos los presentes, a rezar cada uno en silencio por sus respectivas madres.
Texto completo de las palabras del Papa después de la oración mariana:
Queridos hermanos y hermanas,
Confío a María, Reina de la paz, el destino de las
poblaciones afligidas por guerras y conflictos, en particular en Oriente Medio.
Tantas personas inocentes están duramente afectadas, ya sea cristianas que
musulmanas, como así también pertenecientes a minorías como los yazidíes, los
cuales sufren trágicas violencias y discriminaciones. A mi solidaridad se
acompaña el recuerdo en la oración, mientras agradezco a cuantos se empeñan en
subvenir a las necesidades humanitarias. Aliento a las diversas comunidades a
recorrer el camino del diálogo y de la amistad social para construir un futuro
de respeto, de seguridad y de paz, lejos de todo tipo de guerra.
Ayer en Dublín fue proclamado Beato el sacerdote jesuita
John Sullivan.
Vivido en Irlanda entre el ochocientos y el novecientos, él
dedicó la vida a la enseñanza y a la formación espiritual de los jóvenes, y era
tan amado y buscado como un padre por los pobres y por los sufrientes. Demos
gracias a Dios por su testimonio.
Saludo a todos ustedes, fieles de Roma y peregrinos de
Italia y de varios países. En particular los fieles de Ivrea, Salerno,
Valmontone y Rimini; los alumnos de Potenza y de Mozzo (Bergamo). Saludo a los
participantes a la iniciativa denominada “Cochecitos vacíos” y al grupo de las
mamás de Bordighera: el futuro de nuestras sociedades requiere de parte de
todos, especialmente de las instituciones, una atención concreta a la vida y a
la maternidad. Y este llamamiento es particularmente significativo hoy mientras
se celebra, en tantos países, el Día de la madre. Recordemos con gratitud y
afecto a todas las mamás, incluso a nuestras mamás en el Cielo, confiándolas a
María, la mamá de Jesús. Y ahora les hago una propuesta: permanezcamos algunos
instantes en silencio, cada uno rezando por la propia mamá.
A todos les deseo un feliz domingo. Por favor, no se olviden
de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta la vista!
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