Felicidades


Adviento

Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ

Habité a la vida
Cabizbajo y taciturno
Reflejo del triste abandono
Encorvada la espalda
Por el peso del resentimiento
Los ojos desorientados
Sometidos a la costumbre
Una boca enmudecida de dolor y angustia
La mente perdida en la vorágine
Del espacio y el tiempo

Habité así a la vida
Esclavizado a la vanidad
Pensamiento enmohecido
De tradición superficial
Ensoñación de reducir
Todo a la nada
Creyendo que la nada lo es todo
Una realidad virtual
Inyectada en la memoria

A la vida la habité
Ensoberbecido de mi pequeñez
Magnificando el miedo al presente
Y abortando el futuro
Buscando una razón de ser
Allá en el pasado confortable
¡Dejar hacer, dejar pasar!
“Nada es más fuerte a la costumbre”
Dicta la sentencia de los eunucos
Aceptada con docilidad por mi conciencia

Así habité a la vida
En un soliloquio poderoso
Del amoroso regocijo del cuerpo
Invadiendo intimidades anhelantes
Y vacíe el sentimiento del alma
En la soledad inerte del abandono
Jamás busqué ni di la entrega
Abalorio debilitador de la existencia
El Poder deja de ser Poder si se comparte
Acumulé la frialdad del solitario mentiroso

A la vida la habité
¿Quién me dice que esto es habitar la vida?
Acción del instinto y placer del instante
De la boca desdentada por el mutismo
Arrinconado en el temor del olvido
¡Busqué Tu Palabra en el entorno!
Y los sofistas me dieron el Becerro de Oro
Más hoy, abro los ojos
Abandono esa caricatura de hombre
Que pierde el tiempo en la oscura realidad
Engañándose en la ceguera de tu abandono
¡Hoy abro los ojos!
¡Tanto tiempo perdido en el pasaje ignoto!
Estabas tan cerca que te ignoraba
¡Oh Dios Eterno! ¡Padre Creador del Universo!
Tu hijo despierta en este momento
Para habitar la vida
Con el Conocimiento
De la Potestad inmortal del Espíritu
Que amoroso aguarda nuestro reencuentro

Habité la vida, es cierto
En el desenfado del abandono
Hoy la habito, Padre mío
En la Verdad de que estas conmigo
Y e una Sola Fuerza yo estoy contigo
Cierto es que habité la vida
Reduciendo a la nada a mi cuerpo
En el reconocimiento de que soy un Templo
Conductor de mi Libre Albedrío
¡Soy el constructor de mi propio destino!
La vida, es cierto que la habité
Protegiéndome de mis miedos
Hoy la habito Padre Bendito
Seguro de que Soy Presente
Porque fui Pasado y Soy Futuro
Engrandecido por la Fuerza de tu nombre

Habité la vida, es cierto
En el Poder Efímero del Tiempo
Hoy la habito Padre Nuestro
En el Adviento del Hombre Nuevo
Habité la vida, es cierto

Hoy la vivo en tu nombre Padre Eterno

Un poema del poemario Cánticos de Cohabitación Redentora, en las 15 librerías en el mundo de amazon

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