jueves, 26 de enero de 2023

Insignificancias, cuento

Arcano literario

Mario Luis Altuzar Suárez

…qué insignificante! Ojillos brillosos por la envidia que se intenta ocultar en una mueca grotesca de la siniestra sonrisa. Recarga su metro setenta de la regordeta masa corporal en el marco de la puerta del cuatro de teletipos a espalda de los escritorios con sonidos armónicos de las máquinas de escribir de los periodistas en el proceso de redacción de los hechos registrados en la calle de unos cuarenta años atrás. ¡Era ajenos al acecho envidioso disfrazado de leal amigo!

A la distancia de los años, suspira y recuerda como “esfuerzo” y “disciplina” en su trayectoria en que se adjudica un ejercicio de poco menos de cincuenta y siete años. En el cuarto piso de la oficina con una panorámica de la urbe de cemento cuya contaminación obliga a diplomáticos de otros países, a exigir compensaciones salariales, entrecierra sus ojillos en el repaso profesional, aunque muchos de esos recuerdos son ajustados para cubrir supuestos o reales requisitos en la organización en el siglo de oscuridad caracterizado por la simulación y el engaño. ¡Lo políticamente correcto es parecer antes que ser!

Sonríe satisfecho del éxito en su habilidad política para servirse de todos los que se encuentran en su entorno ¡sin dar nada a cambio! Al recibir algún cuestionamiento, se mostraba con agilidad mental para, según su pensamiento, “convencer”: Carecemos de recursos para atender sus necesidades. ¡Ah! Que satisfacción el cumplir con el adoctrinamiento político-social que recibió al ser reclutado en el “periodismo gubernamental” y que, en sí, es simple propaganda en donde impera el principio de ¡todo para el vencedor! Y esa máxima política del que “el que no transa no avanza”.

Lo que llama “sacrificios” para subir en lo que cree es la posición gremial más alta y los que alguna vez fueron sus allegados consideran como “traiciones”, salen abruptamente de sus reflexiones por el griterío y sonidos secos de golpes en la parte exterior de su oficina. Ingresan violentamente poco menos de cincuenta hombres y mujeres para encararlo y en un juicio sumario, ¡expulsarlo de la organización al momento de entregarlo a los policías que lo esposan al ser detenido!

Antonio bajó aún más rápido de lo que había subido...el pobre se sintió tan inteligente y olvidó la sentencia de los abuelos: La mentira es coja y la traición es producto de la envidia insatisfecha del mediocre que siente “castigar” así, al talento. ¡Que insignificante se observa en su arrogancia humillada!

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, 26 de enero de 2023.

1 comentario:

  1. Cómo siempre, Mario Luis Altúzar Suárez, un espléndido reto, lo llevas a la perfección,con una historia....no, qué va...no es historia, realidad pura con inalcanzable solución. Esperemos todo llegue a un final feliz en beneficio de nuestros hermanos mexicano, la envidia es mala compañía. Antonio bajó más rápido, de lo qué había subido !!!!

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