Arcano literario
Mario Luis Altuzar Suárez
…qué insignificante! Ojillos brillosos por la envidia que se
intenta ocultar en una mueca grotesca de la siniestra sonrisa. Recarga su metro
setenta de la regordeta masa corporal en el marco de la puerta del cuatro de
teletipos a espalda de los escritorios con sonidos armónicos de las máquinas de
escribir de los periodistas en el proceso de redacción de los hechos
registrados en la calle de unos cuarenta años atrás. ¡Era ajenos al acecho envidioso
disfrazado de leal amigo!
A la distancia de los años, suspira y recuerda como “esfuerzo”
y “disciplina” en su trayectoria en que se adjudica un ejercicio de poco menos
de cincuenta y siete años. En el cuarto piso de la oficina con una panorámica
de la urbe de cemento cuya contaminación obliga a diplomáticos de otros países,
a exigir compensaciones salariales, entrecierra sus ojillos en el repaso profesional,
aunque muchos de esos recuerdos son ajustados para cubrir supuestos o reales requisitos
en la organización en el siglo de oscuridad caracterizado por la simulación y
el engaño. ¡Lo políticamente correcto es parecer antes que ser!
Sonríe satisfecho del éxito en su habilidad política para
servirse de todos los que se encuentran en su entorno ¡sin dar nada a cambio!
Al recibir algún cuestionamiento, se mostraba con agilidad mental para, según
su pensamiento, “convencer”: Carecemos de recursos para atender sus
necesidades. ¡Ah! Que satisfacción el cumplir con el adoctrinamiento político-social
que recibió al ser reclutado en el “periodismo gubernamental” y que, en sí, es
simple propaganda en donde impera el principio de ¡todo para el vencedor! Y esa
máxima política del que “el que no transa no avanza”.
Lo que llama “sacrificios” para subir en lo que cree es la
posición gremial más alta y los que alguna vez fueron sus allegados consideran
como “traiciones”, salen abruptamente de sus reflexiones por el griterío y
sonidos secos de golpes en la parte exterior de su oficina. Ingresan
violentamente poco menos de cincuenta hombres y mujeres para encararlo y en un
juicio sumario, ¡expulsarlo de la organización al momento de entregarlo a los
policías que lo esposan al ser detenido!
Antonio bajó aún más rápido de lo que había subido...el
pobre se sintió tan inteligente y olvidó la sentencia de los abuelos: La
mentira es coja y la traición es producto de la envidia insatisfecha del mediocre
que siente “castigar” así, al talento. ¡Que insignificante se observa en su
arrogancia humillada!
Tuxtla Gutiérrez,
Chiapas, México, 26 de enero de 2023.
Cómo siempre, Mario Luis Altúzar Suárez, un espléndido reto, lo llevas a la perfección,con una historia....no, qué va...no es historia, realidad pura con inalcanzable solución. Esperemos todo llegue a un final feliz en beneficio de nuestros hermanos mexicano, la envidia es mala compañía. Antonio bajó más rápido, de lo qué había subido !!!!
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