Arcano literario
Mario Luis Altuzar Suárez
…ojalá y salga el sol! Todavía hay tiempo. Ya que si
persiste el clima nublado y friolento, mañana repetirán la misma frase: “¡No
llegaron los Reyes Magos, porque se perdieron! Con el tiempo nuboso se complica
el poder distinguir el destino de los juguetes”, en el esfuerzo conciliatorio
de mis padres con la ausencia de regalos en la calceta colgada en la ventana,
pese a mi buen comportamiento todo el año.
Siento la misma emoción en la espera, bueno, eso creo, de
los padres del Niño Jesús en el pesebre, al recibir del persa Melchor, la mirra
para aromatizar la realidad del Hijo del Hombre, del hindú Gaspar el incienso
que reconoce la Divinidad del recién nacido y del árabe Baltasar el oro, de
regalo al Rey de Reyes, aunque hay quien menciona un cuarto, el ushita Artabán
que se perdió en el camino desde El Sol Naciente.
Escucho los diálogos y discusiones que traduzco a mi
comprensión infantil en que cada año esperamos esos regalos para aromatizar la
fraternidad, esa hermandad entre hombres y mujeres hechos a imagen y semejanza
del Creador, el incienso que ampare y recupere el Libre Albedrío en el respeto
y reconocimiento a la Unidad en la Diversidad y no diversificar hasta atomizar
a la unidad, y el oro en la abundancia de la igualdad entre los Hijos del
Hombre para que reine la paz y la armonía del amor en la tierra.
Se resumen sus propósitos del Año Nuevo, en tener la Fuerza
de la Fe en los ideales, con la esperanza renovada en el ritual del Sol Invicto
de cada mañana, en poder realizarlos cada segundo, cada instante, por Amor a
toda la humanidad, sin discriminación por color o condición social y económica.
Lástima que se rompa el espejismo y regresemos a la realidad
de que todo es tan efímero en la Era de la Aldea Global del Culto al
Individualismo, en la superficialidad del comercio de la carne humana, con la
Doctrina de la Carencia en el cultivo a la Envidia y la confrontación, a veces
fratricida, para satisfacer las ambiciones de poder y riqueza, sin importar que
dejemos nuestra huella en la espalda de los más débiles, o a nuestra zalea en
el piso, al arrastrarnos ante los poderosos.
Posdata:
Queridos Reyes Magos, no se olviden de todo lo que les he
pedido... ¡creo que ya es justo, después de setenta años de estar pide y pide
mis regalitos! ¿Y qué eran?
Tuxtla
Gutiérrez, Chiapas, 5 de enero de 2023
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