Arcano Literario
Mario Luis Altuzar SuárezArcano Radio
Inspirado en la visita a mi hija Beatriz,
el cuento se escribió
para la Cena de Solsticio de la
R∴ L∴ S∴ Alianza de Or No.5
en Cabo San Lucas, B.C.S. México,
con la Veneratura del V∴ H∴ Giulio Lipori.
...escarbó en la profundidad de mis ojos. Sin emoción aparente en el rostro. La lanza en su mano derecha, ¡firme sobre el piso! Al lado de su delgado pero con firmeza muscular en su metro sesenta. En la izquierda un cervatillo recién cazado. La dureza de sus pechos acariciados por el movimiento oscilatorio de su larga cabellera negra, proyecta el candor inocente de un taparrabo de tiras de piel de la cintura a las rodillas. Las piernas en compás sostenido por los píes que, deduzco, están encallecidos.
¿De dónde salió? ¡Simplemente apareció frente a mi! Extiendo mi brazo derecho para sentir con la yema de los dedos, la tersura de su piel en su hombro izquierdo. Lo toma con una actitud tan natural. Sin ver el movimiento de sus labios, usa el lenguaje de la transmisión del pensamiento. Sus interrogantes ¡son las mías! Algunas irresolubles. ¿Quién eres? ¿De dónde vienes? ¿Dónde vives? ¿Cuántos años tienes? Y seguramente, la más importante para tranquilizar el miedo: ¿Cómo te apareciste?
Instintivamente muevo mi torso hacia atrás, en acto reflejo defensivo, cuando ella alza la mano derecha y con la punta de lanza hacia el cielo, empieza a trazar un círculo para delimitar nuestro espacio en la inmensidad desértica, adornada con una gran variedad de cactus. Lo que traduce mi pensamiento es un cántico armonioso que enternece. Señala la lanza a la tierra y la eleva al cielo y después, hace un círculo de izquierda a derecha, como si nos estuviese presentando.
¡Increíble! Se abre en la altura, lo que decodifico como un templo. ¡Se han conectado dos planos! En la cohabitación de los dos niveles, empieza el desfile de imágenes. Sin subtítulos como en el cine, empero, con la explicación de una voz sin tiempo y espacio en alguna conexión neuronal de mi cerebro.
Veo pariendo a una mujer negra. Se me indica el lugar: En los laboratorios de unos seres enigmáticos, vestidos como médicos y con el cuerpo astral muy amplio, allí, en lo que se ubicaría en el tercer milenio como Selebi-Phikwe, en Botsuana. La fecha: Doscientos mil años antes de nuestra Era.
Las imágenes aceleran la proyección y retornan a una frecuencia de veinticuatro por cuatro, al observar en la estratosfera naves interplanetarias en forma de cigarrillos, de donde descienden a la superficie terrena, unos seres alados de rostros endurecidos por el resentimiento con su sed de venganza. ¡Se incendia el planeta! Armas con tecnología solar impactan a tal grado que... desaparecen los tres continentes de ese tiempo: Atlántida, Lemuria y Lontananza, para partirse en cinco porciones.
Muestran a los sobrevivientes, escondidos en las montañas titiritando de frío glaciar. ¡Ya conocen el fuego! Aunque insuficiente para mitigar el severo clima helado. Inician el camino al norte con quiebres al noroeste y de regreso al norte. Corren la cinta en forma acelerada. Recupera su velocidad de reproducción normal. Se miran grupos de veintiún personas. Cubiertas de gruesas pieles de osos y otros animales. Un guía con halo dorado, les conduce por estrechos pasajes de tierra, rodeados de frágil hielo que amenaza con engullirlos ¡hace poco menos de treinta mil años! Me pregunto: ¿El Estrecho de Bering? La voz ataja: “¡No dude, mi hermano!”
Me estremece el lenguaje de transmisión de pensamiento. ¿Será por el tiempo?: Hace trece mil años. Observo que la tranquilidad femenina se inquieta y exclama: “¡Yenecamú!”, al ver los parajes desérticos, cerca del cuerpo de agua compuesto por dos colores. uno azul marino intenso y otro azul verdoso, ¡qué no se mezclan! Dirían los abuelos: Juntos pero no revueltos. Diferentes temperaturas y profundidades del que conozco como Mar de Cortés y Océano Pacifico.
Emerge lo que reconozco como “Sierra de la Laguna” en donde la lanza de la mujer eufórica señala un lugar que ella nombra como Cunimniici. Familias nómadas que desarrollan el arte pictórico rupestre en las cuevas. Mujeres y hombres en igualdad de obligaciones y derechos en la recolección y la caza. ¡Seres que caen como muñecos ensangrentados! ¿Su pecado? ¡Reconquistar su libertad! Romper el sometimiento de los profesionales de las tinieblas que se sentían dioses para decretar quien tenía alma, ese Soplo Divino y quien era animal atrapado en la pasión del Pecado Original.
Descubro los endurecidos cuarenta y tres músculos faciales, bañados por agua salada que brota de los ojos de mi anfitriona, al ver la reducción de sus familiares y amigos, a la esclavitud y el exterminio. ¡Así, dice la voz, fueron despojados de tierras, de su vida. Aunque jamás será despojados de su historia!
-”¡Papá! ¡Papá!, ¡despierta!”
-”¡Eh! ¿Qué pasa? Estoy despierto. ¿No vieron toda la maravilla que vi?”, a lo que responde mi hija:
-”¿A qué te refieres? ¿A la figura de cuerpo natural que tienes al frente?”
-”¿No lo vieron? Fue una proyección fantástica de la historia de este lugar”.
-”¡Alucinas, jefe! Ya es tarde. Nos están esperando en el catamarán para ir a a Cabo Adventures y haremos unos diez minutos desde aquí, el Museos de Historia Natural”.
Para ser un “alucine” fue muy real, pienso y, antes de apresurar el paso para alcanzar a mi pequeña, la voz cerebral corrige: “Cerramos trabajos, justos y perfectos, en la Tierra como en el Astral. Gracias damos por no olvidar el origen de este punto geométrico por todos conocido como Cabo San Lucas”.
Cabo San Lucas, BCS, México, 8 de enero del 2025
Português
Arcano Literário
Conto
Yenecamú ©
Mário Luis Altuzar Suarez
Inspirado por uma visita à minha filha Beatriz,
a história foi escrita
para o Jantar do Solstício do
R∴ L∴ S∴ Aliança de Ouro No.5
em Cabo San Lucas, Colúmbia Britânica. México,
com a Veneração de V∴ H∴ Giulio Lipori.
...cavado nas profundezas dos meus olhos. Nenhuma emoção aparente no rosto. A lança na mão direita, firme no chão! Ao lado de sua estrutura magra, porém musculosa, de 1,60 m. À esquerda, um cervo recém-caçado. A dureza dos seus seios, acariciados pelo movimento oscilante dos seus longos cabelos negros, projeta a candura inocente de uma tanga feita de tiras de couro da cintura até os joelhos. As pernas são mantidas no lugar pelos pés, que, deduzo, são calejados.
De onde veio? Simplesmente apareceu na minha frente! Estendo meu braço direito para sentir com as pontas dos dedos a maciez da pele do seu ombro esquerdo. Ele encara isso com uma atitude tão natural. Sem ver o movimento dos seus lábios, ele usa a linguagem da transmissão do pensamento. Suas perguntas são minhas! Alguns insolúveis. Quem é você? De onde você é? Onde você mora? Quantos anos você tem? E certamente o mais importante para acalmar o medo: Como você apareceu?
Instintivamente movo meu tronco para trás, num reflexo defensivo, quando ela levanta a mão direita e com a ponta da lança em direção ao céu, começa a desenhar um círculo para delimitar nosso espaço na imensidão do deserto, adornado com uma grande variedade de cactos. . O que meus pensamentos traduzem é uma canção harmoniosa que comove. Ele aponta a lança para o chão e a levanta para o céu e então faz um círculo da esquerda para a direita, como se estivesse se apresentando a nós.
Incrível! Ela abre no topo, o que eu decifro como um templo. Dois aviões foram conectados! Na coabitação dos dois níveis, começa o desfile de imagens. Sem legendas como no cinema, mas com a explicação de uma voz sem tempo e espaço em alguma conexão neural no meu cérebro.
Vejo uma mulher negra dando à luz. Mostram-me o local: Nos laboratórios de alguns seres enigmáticos, vestidos de médicos e com um corpo astral muito grande, ali, no que seria localizado no terceiro milênio como Selebi-Phikwe, em Botsuana. A data: Duzentos mil anos antes da nossa era.
As imagens aceleram a projeção e retornam a uma frequência de vinte e quatro por quatro, observando naves interplanetárias em forma de cigarros na estratosfera, de onde descem à superfície terrestre seres alados com rostos endurecidos pelo ressentimento e pela sede de vingança. O planeta está pegando fogo! Armas com tecnologia solar impactam a tal ponto que... os três continentes daquela época desaparecem: Atlântida, Lemúria e Lontananza, para se dividirem em cinco partes.
Elas mostram os sobreviventes, escondidos nas montanhas, tremendo de frio glacial. Você conhece o fogo! Embora insuficiente para amenizar o clima extremamente frio. Eles começam o caminho para o norte com pausas para o noroeste e retornam para o norte. Eles passam a fita em um ritmo acelerado. Restaure a velocidade normal de reprodução. São vistos grupos de vinte e uma pessoas. Coberto por peles grossas de ursos e outros animais. Um guia com uma auréola dourada os conduz por estreitas passagens de terra, cercadas por gelo frágil que ameaçou engoli-los há pouco menos de trinta mil anos! Eu me pergunto: O Estreito de Bering? A voz o interrompe: “Não hesite, meu irmão!”
A linguagem da transmissão do pensamento me faz estremecer. É por causa do tempo?: Treze mil anos atrás. Percebo que a tranquilidade feminina se inquieta e exclama: “Yenecamú!”, ao ver as paisagens desérticas, perto do corpo d’água composto de duas cores. Um azul marinho profundo e o outro azul esverdeado, eles não combinam! Os avós diriam: Juntos, mas não misturados. Diferentes temperaturas e profundidades do que conheço como Mar de Cortez e Oceano Pacífico.
Surge o que reconheço como “Sierra de la Laguna”, onde a lança da mulher eufórica aponta para um lugar que ela chama de Cunimniici. Famílias nômades que desenvolvem a arte da pintura rupestre. Mulheres e homens têm direitos e obrigações iguais na caça e na coleta. Seres que caem como bonecas sangrentas! O pecado dele? Recupere sua liberdade! Romper a subjugação dos profissionais das trevas que se sentiam deuses para decretar quem tinha alma, aquele Sopro Divino, e quem era um animal preso na paixão do Pecado Original.
Descubro os quarenta e três músculos faciais endurecidos, banhados pela água salgada que escorre dos olhos da minha anfitriã, enquanto ela vê a redução de sua família e amigos à escravidão e ao extermínio. Assim, diz a voz, eles foram despojados de suas terras, de suas vidas. Embora nunca sejam despojados de sua história!
-"Pai! “Pai, acorda!”
-"Ei! O que está acontecendo? Estou acordado. “Você não viu todas as maravilhas que eu vi?” ao que minha filha responde:
-"Ei! O que está acontecendo? Estou acordado. “Você não viu todas as maravilhas que eu vi?” ao que minha filha responde:
-"O que você está falando? “Para a figura natural do corpo na sua frente?”
- “Você não viu?” “Foi uma projeção fantástica da história deste lugar.”
- “Você está alucinando, chefe! É tarde demais. Eles estão nos esperando no catamarã para irmos até Cabo Adventures e caminharemos cerca de dez minutos daqui até o Museu de História Natural.”
Para uma “alucinação” foi bem real, penso eu, e, antes de apressar o passo para alcançar meu pequeno, a voz cerebral corrige: “Terminamos nosso trabalho, justo e perfeito, na Terra como no Astral. Agradecemos por não esquecer a origem deste ponto geométrico conhecido por todos como Cabo San Lucas.”
Cabo San Lucas, BCS, México, 8 de janeiro de 2025