jueves, 17 de marzo de 2022

Y por qué no Troileamos?, Cuento

 Arcano Literario


Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ

… y llega, así, a lo que consideró la cima del mundo. Se acomodó en la saliente de piedra en el acantilado. Cuelgan las piernas en movimiento pendular. Las manos entre las piernas, incapaces de controlar la ondulación de la chamarra en armonía con el silbido del aire suave que le acaricia el rostro y despeina la cabellera. ¡Qué vista maravillosa! Un escenario hecho con profundo amor por la mano de Dios: Esos verdes que se funden con los azules en la percepción de inmensidad de las aguas a unos setecientos metros abajo, allí, en el lago Ringedalsvatnet.

Cuando te toca trabajar en agosto, se complica aunque… se hace más interesante la evasión. Así, un poco cansado llegar al lugar noruego de la Lengua de Troll de la mítica raza antropomorfa escandinava y que se adoptó en el internet como trol para describir a un cobarde anónimo que se esconde y publica en redes sociales, amenazas, mensajes provocadores, irrelevantes o fuera de tema en línea y, al desviar el debate o discusión, logra troilear o provocar y golpear en forma riesgosa al organizarse como ejército de sicarios digitales, chayoteados o pagados con nuestros impuestos por hombres y mujeres del poder que intentan ocultar su fracaso.

Bueno. La caminata: ¿Valió la pena? ¡Claro que vale la pena esta caminata de diez horas en terreno sinuoso en los veintisiete kilómetros! Desde el pueblo de Skjeggedal lago Vetlevatnet! Sin radio. Sin internet. Sin hornos eléctricos, Sin lavadoras. Sin periódicos. ¡Sin televisión y su manipulación propagandista! Pero sin excederse como me acabo de percatar: ¡Sin comida!

Vale la pena porque nos permite limpiar la mente del ataque sistemático del engaño en el adoctrinamiento despojador de nuestra identidad, en ese esfuerzo execrable de reducirnos a obedientes maquinas de producción y enriquecimiento de los dictadores del proletariado o del libre mercado, los que beben y comen gracias a la miseria, el hambre y la muerte de los esclavizados en la masificación irracional con lavado cerebral.

Aquí, en el lecho rocoso precámbrico, se antoja declararse, manifestarse ¡libre! Los que nacimos libres y nos resistimos a la esclavización en la lucha que nos identifica a ¡nosotros, los hombres que nacimos libres! Hermoso lugar a quinientos treinta y ocho kilómetros al noroeste de Copenhague. Lo mejor, tan lejos de las atrocidades rusas en su expansión a Ucrania. ¿O, será lo peor por no poder ayuda?

¿Y sí desde este lugar, bajamos al lago de nuestra realidad, para subir a la barca de nuestra responsabilidad histórica, y ponemos el amor de nuestras palabras y acciones como cebo en nuestra cotidianeidad del anzuelo de nuestras sonrisas y arrastremos suavemente para nuestra pesca del curricán, para la pesca del ejercicio de la fraternidad?

Creo que afecta a mi actividad cerebral el exceso de aire puro de Trolltunga y para Mesías, ¡con el insensible falso profeta de Palacio Nacional nos sobra!

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