Arcano literario
Por Mario Luis Altuzar Suárez
Tributo a Miguel Melchor
López Azuara
(1934-2022)
… tríada maléfica del tercer milenio: Codicia, intolerancia
e hipocresía. Exacerban el dogma mediático de los cuatro jinetes del
Apocalipsis en sus caballos: blanco con su religión vencedora en el medioevo,
bermejo con la guerra en cualquier parte del espacio y el tiempo, negro con el
hambre inducida en el Tercer Milenio y el amarillo con la muerte repartida democráticamente
por dictadores de cualquier signo, de cualquier doctrina. Insensible harakiri
del final de los tiempos, de propia mano, de la mano humana de esa minoría
oculta en la oscuridad, que esconde su culpa en responsabilizar un Destino
Manifiesto Divino.
Vicios convertidos en virtudes en el sistema político,
económico y social ¡qué colapsa! Sin alternativa. Y enceguecidos nos dirigimos
al abismo mortal en la eterna Era de la Oscuridad, dominada por ignorantes y
mediocres que decretaron la prohibición de pensar. ¿Un ejemplo? ¡Tantos y
tantos nombres! Uno persa: Omar Jayyam, un genio de las matemáticas ¡perseguido
por sus creencias filosóficas y sus poemas rebeldes!
Hazhir Teimourian, originario de Irán y radicado en Londres,
rescata en 2010 al genio perseguido y relata en su libro de Omar Kayyam nacido
en 1048 en Nishapur, Irán y muerto el 4 de diciembre de 1131, cómo en su época
las dos palabras rivales, cristianismo e islamismo, lentamente plasman dicho
antagonismo en los más violentos encuentros desde la primera cruzada en 1096. Y
vemos resignadamente como se exacerba a partir del uno de septiembre de 2001,
al derribarse las torres gemelas neoyorquinas, supuestamente por terroristas
islamistas que, se sospecha, fueron financiados y entrenados por la misma
víctima.
¡Tan similares las vendas visuales! Asesinar o perseguir
judicialmente a periodistas dejados a su suerte por editores y dueños de los
millonarios inversionistas de los medios, así como defensores de derechos
humanos olvidados por sus organizaciones. ¡Nada nuevo bajo el sol! Jayyam, el amigo
de reyes y reinas es abandonado a los lobos de la intolerancia cuando decide
enfrentarse a la ortodoxia establecida y batallar civilmente contra ella.
¡Ah! ¡Vivimos suspendidos en el tiempo! Como si estuviésemos
encerrados en un estuche, una cajita de lata circular o rectangular, para
moverlo y llevarlo a cualquier punto del mundo, abrirlo y movernos al servicio
de la codicia de una minoría, que se siente inmortal y dueña del secreto de la
eterna juventud alimentada con nuestra carne acompaña del néctar de nuestra
sangre y… ¡Oh, Dios! ¡También mueren! Su Ciencia y Tecnología ha sido incapaz
de eternizar a la materia porque solamente el Alma es inmortal, en el arcano
divino del metempsicosis.
Daría risa de ser tan dramáticamente peligrosa para el Ser
Humano: ¡Perdieron su apuesta en una quiniela fallida! La clonación crea
cuerpos imperfectos y mortales y ahora se busca enfriar a menos quince grados y
reemplazar la sangre por una solución salina en un cuerpo, para burlar a la
muerte al revivir al capricho del médico.
Miro a ese arbolito seco en la habitación y reflexiono: Nos
tratan técnica y científicamente, como al bonsái, de origen japonés, en donde bon
es una bandeja y sai que implica cultivar, con el absoluto control del tamaño
que alcanzará, por supuesto que muy inferior al natural, aplicando técnicas del
trasplante, la poda, el alambrado o el pinzado. Hipócritamente nos dicen que
buscan aliviar el hambre comiendo menos y seremos ¡una galleta para el apetito
voraz de una minoría codiciosa cada vez más reducida!
Luego entonces, es cierto: La tríada maléfica del tercer
milenio: Codicia, intolerancia e hipocresía, en donde es altamente peligroso
pensar y mostrar, denunciar a los poseedores del discurso de odio a la verdad
que fanatiza la división social en la confrontación fratricida del etnocidio final.
Tuxtla Gutiérrez,
Chiapas, México, 29 de septiembre de 2022.
#MiguelMelchorLopezAzuara