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Director de Arcano Radio
Bajo el signo de la persecución, encarcelamiento y muerte,
intensifican ataques a la prensa, gobiernos de supuesta izquierda en
Latinoamérica, desesperados por quedar en evidencia ante sus electorados, por
sus fracasos, corrupción y empobrecimiento de la población.
A la política de la difamación y engaño de Andrés Manuel
López Obrador, se suma el colombiano Gustavo Petro, el guatemalteco Alejandro
Eduardo Giammattei Falla, Daniel Ortega de Nicaragua, Miguel Díaz-Canel de
Cuba, Luiz Inaicio Lula da Silba de Brasil con su visión de “narrativa
construida” y Nicolás Maduro de Venezuela.
En México se mantiene la ofensiva diaria desde el Salón
Tesorería del Palacio Nacional, para culpa a la prensa de servir a
conservadores que rechazan el esquema dictatorial del obrador de Palacio,
disfrazado de socialista. El 99 por ciento de asesinatos de 85 periodistas, 35
desaparecidos y agresiones a periodistas, gozan de impunidad.
Crece la alarma en Colombia, por el discurso del presidente
Gustavo Petro, que ha caído en los sondeos de aceptación a su gestión, en donde
repite el mandatario el mismo discurso, con las mismas palabras de su colega
mexicano, por ejemplo: "[Los medio son un] “apéndice de los órganos de
control”.
Repite Petro la fórmula del mexicano al repetir que la
prensa “odia a la vicepresidenta por su color de piel”, para desviar la
atención de la opinión pública del fracaso económico, político y social.
Y si en México se persigue, difama y encarcela a jueces y
periodistas, en la Guatemala del presidente saliente, Alejandro Eduardo
Giammattei Falla, son proscritos periodistas y fiscales y jueces, en lo que los
analistas han visto como una campaña deliberada del gobierno y sus aliados para
silenciar las voces críticas.
Como si se ajustaran a un manual, estos gobiernos
latinoamericanos repiten la misma consigna defensiva al victimizarse de
conspiraciones fantasmales y adjudicarse un falso respeto a la libertad de
expresión, prensa y derecho a la información que confunden, mañosamente, con propaganda
doctrinaria de sus ejércitos de redactores digitales, prensa escrita y
electrónica, que repiten los comunicados confeccionados en los sótanos
presidenciales.
Y cuando organismos internacionales señalan las aberrantes
acciones contra los mensajeros de la conciencia social, exigen respeto a la
libertad de la zorra en el gallinero y señalan de injerencistas a quienes les
denuncian.
Les compartimos este reporte de nuestra afiliada La Voz de
América:
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