jueves, 10 de agosto de 2023

Danza matinal ©

Arcano Literario

Cuento


Mario Luis Altuzar Suárez

A tus 95, cuatro en el astral, Madre

-…uuuUuUuUUUU!… ¡tacaTaCaTACA!”, sonidos que retumban del oído al centro del ADN y taladra la reminiscencia el ronco sonido de la caracola, sincronizado con la voz vibrante del huehuetl que resuenan con el rítmico golpeteo de mazos o baquetas de madera y hoy, en este día especial, también canta el teponaztli, en cada uno de los puntos cardinales que eriza la piel. ¡Es cierto, somos Los Mestizos!

Y se agita la sangre al vibrar los recuerdos del origen en los herederos, por un lado, del misticismo cósmico de los hermanos mayores, ¡de los Grandes Señores residentes de la conexión divina!, y la nostalgia plásmica, legada desde 1510 por Gonzalo Guerrero, a causa del naufragio en su viaje a Panamá y considerado traidor por quedarse con Los Mayas que llegaron a Yucatán seis mil años antes de Nuestra Era, casarse con la original Zazil Há y procrear los tres primeros mestizos, y con gran amor a los suyos que defendió de la sangrienta Conquista.

Observamos en el Centro de la Cruz Cardinal Imaginaria, el Corazón Material del Espacio, la Fuerza del Amor Divino, Sublime, con su tributo de ciruelas moradas de sabor exquisito y que son el imán energético de la prosperidad, renovación y buena suerte, acompañadas de pedazos de sandía cortadas en triángulos perfectos, la como sostén de la Piedra Angular de la vida individual y en constante perfeccionamiento del intelecto, eso que percibe el entorno, lo digiere, lo procesa y lo entiende para explayarse en la radiación de la Luz Interna.

Ricamente ataviados con penachos de plumas de quetzal, collares de oro, pectorales dorados, brazaletes de oro y plata con incrustaciones de cuarzos morados, azules y verdes, y orejeras, faldillas bordadas con grecas, con pulseras de cuentas a base de conchas y caracoles y sartal de huesos tan diferentes a los collares de cristal descritos, por ejemplo, en el libro Cuentas de Colores de la española Anna Llimos Plomer.

La danza vigorosa parece llevar al éxtasis a los protagonistas y testigos arremolinados en un enigmático y perfecto círculo, sin trazo en el piso, así nomás, como si fuesen acomodados por una mano invisible electromagnética, como en aquellos tiempos en que los Dioses descendía de sus naves astrales, para convivir con los mortales, ¡su obra! Y que, en algún recodo de la historia, se escondió en el fondo del inconsciente la maravillosa verdad: ¡Somos hijos de las estrellas! Tal vez, por avergonzarnos de nuestra realidad de haber perdido la pureza de la sangre. Una pena inducida por el pequeño grupo que se siente poderoso, de estirpe para imponer su doctrina propagandista de ser los Superiores, los que recibieron la facultad celestial de gobernar a los demás. Un falso principio aplicado globalmente por cualquier gobierno, de cualquier signo, al servicio de esa minoría oculta.

Aquí, en la Chakra Universal de nuestra anfitriona, La Madre Tierra, se apersona un decrépito sexagenario de un metro setenta y tres, con ojillos reptilescos y sonrisa burlona para gritar con megáfono en mano:

- “¡Pueblo bueno y sabio! Para consolidar la transformación a favor de los pobres y evitar que regrese a los Conservadores Neoliberales corruptos, les pido que reciban a mi sucesora, pobre, humilde, con raíces indígenas y que ha servido a los indígenas.

Los asistentes se llevan una desagradable sorpresa al ver a una sexagenaria desgarbada de un metro cincuenta y cinco, y empieza la rechifla con gritos que me hacen recordar a un extraño muñequito que me regalaron de Bulgaria:

- “¡Blasfemia! ¿Cómo se atreve a profanar nuestro ritual? Máxime que la conocemos bien a la fifi que vivió a cuerpo de reina por la riqueza del próspero comerciante de joyas, hijo de un lituano judío asquenazí y de su madre, hija de una búlgara judía sefardí y nos quiere engañar de que es indígena y guadalupana. ¿Al servicio de los pobres, cuando ella usó a los purépechas para extraer sus conocimientos y plantear que las estufas de leña es lo mejor para las indígenas y campesinas?”

Sacan de sus portafolios, bolsas y morrales, una foto de una mujer de amplia sonrisa y cabello corto mientras sube como la marea de coraje y vergüenza el grito de “¡fuera, fuera, fuera de aquí” al decrépito anciano. Y agitan como en un exorcismo multitudinario, ramitos de la Flor Azteca, una de las flores más bellas y llamativas que se utiliza como antibiótico natural porque mata bacterias dañinas en el cuerpo por su origen en vegetación perturbada pero perenne.

¡Era el Despertar del sueño milenario! acompañado de los ancestrales “¡uuuUuUuUUUU!… ¡tacaTaCaTACA!”, desempolvados de la memoria por la mujer del nombre náhuatl: Xóchitl.

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, 10 de agosto de 2023

Vocabulario:

Caracola o caracol: Concha de un caracol marino de gran tamaño, de forma cónica, que, abierta por el ápice y soplando por ella, produce un sonido como de trompa.

Huehuetl; Instrumento de percusión americano con forma de tubo y construido con el tronco de un árbol ahuecado, colocado verticalmente y abierto en el fondo. Puede ser percutido a mano o con baquetas de madera.

Teponaztli: Instrumento musical de origen prehispánico, funciona como un xilófono de dos lengüetas. Para su elaboración se ahueca un trozo de tronco de árbol por uno de sus costados.

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