Arcano literario
Mario Luis Altuzar Suárez
…y se rompe el silencio y se hace la Luz! Bueno, setenta y
cinco años después. Con el espíritu lleno de alegría romántica, aromatizada con
un peño ramo de flores, pero ¡inmenso!, para esa mano temblorosa que lo recibe
con la hermosa sonrisa desdentada y el brillo de los ojos, como ese que
iluminaba los minutos, las horas, los días de espera en que se pudiesen cruzar
las miradas que ruborizaba las hermosas mejillas femeninas de los cuarenta del
siglo pasado. ¡Ah! Una espera prolongada y angustiada por esa cruenta guerra
que bebió la sangre de más de sesenta millones de personas.
Cuánto dolor guardaría la generación silenciosa de 1928 a
1945, pese a continuar con su vida entristecida por los recuerdos de lo que
pudo ser y no pudieron serlo. Muchos procrearon a los miembros de la Generación
de los Babys Boomers con su urgencia de beberse la existencia antes que llegase
otra confrontación fratricida.
Empero, nada es para siempre y lo único que no cambia es el
cambio. Y allí, en esa casucha de madera reforzada con láminas, es un palacio
en medio del paraíso en cualquier esquina del mundo, al reencontrarse la vista
con rostros ajados muy brillantes por la iluminación de esas sonrisas en los
dos cuerpos flácidos y con la fuerza interior, espiritual de romper la
decrepitud de paso del tiempo en una hermosa Princesa y un precioso Doncel, con
la sorpresa e incredulidad de la Generación Zeta, conocida también como posmilénica1
o centúrica por corresponder de 1997 a 2012.
Con ese pudor sacrificado en el comercio carnal de los
medios que incrementa su ganancias en el culto al individualismo celular o
digital, corre la cortinilla inferior de la ventana y el corazón acelera las
pulsaciones con su poder agitar el electromagnetismo que llena los vacíos de
las neuronas y ordenan el aumento de producción de la droga natural: La dopamina
con la sensación placentera, eufórica de lo que se conoce comúnmente como amor
en la comunicación de la materia unificada con el alma y el Espíritu, ¡tan
desconocido en los chats y la agonía del lenguaje con su reduccionismo a la incomunicación!
Dos observadores a la distancia de ese momento divino, de la
Generación Zillennials, por allá de 1997, interrumpen su dialogo telefónico y por
primera vez se encuentran en el fondo de las pupilas del interlocutor, con la
vibración de la piel al decirse al mismo tiempo:
- ¿Y si rompemos nuestro silencio?
Tuxtla
Gutiérrez, Chiapas, México, 24 de agosto de 2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario