jueves, 24 de agosto de 2023

Rompamos el silencio ©, Cuento

Arcano literario


Mario Luis Altuzar Suárez

…y se rompe el silencio y se hace la Luz! Bueno, setenta y cinco años después. Con el espíritu lleno de alegría romántica, aromatizada con un peño ramo de flores, pero ¡inmenso!, para esa mano temblorosa que lo recibe con la hermosa sonrisa desdentada y el brillo de los ojos, como ese que iluminaba los minutos, las horas, los días de espera en que se pudiesen cruzar las miradas que ruborizaba las hermosas mejillas femeninas de los cuarenta del siglo pasado. ¡Ah! Una espera prolongada y angustiada por esa cruenta guerra que bebió la sangre de más de sesenta millones de personas.

Cuánto dolor guardaría la generación silenciosa de 1928 a 1945, pese a continuar con su vida entristecida por los recuerdos de lo que pudo ser y no pudieron serlo. Muchos procrearon a los miembros de la Generación de los Babys Boomers con su urgencia de beberse la existencia antes que llegase otra confrontación fratricida.

Empero, nada es para siempre y lo único que no cambia es el cambio. Y allí, en esa casucha de madera reforzada con láminas, es un palacio en medio del paraíso en cualquier esquina del mundo, al reencontrarse la vista con rostros ajados muy brillantes por la iluminación de esas sonrisas en los dos cuerpos flácidos y con la fuerza interior, espiritual de romper la decrepitud de paso del tiempo en una hermosa Princesa y un precioso Doncel, con la sorpresa e incredulidad de la Generación Zeta, conocida también como posmilénica1​ o centúrica por corresponder de 1997 a 2012.

Con ese pudor sacrificado en el comercio carnal de los medios que incrementa su ganancias en el culto al individualismo celular o digital, corre la cortinilla inferior de la ventana y el corazón acelera las pulsaciones con su poder agitar el electromagnetismo que llena los vacíos de las neuronas y ordenan el aumento de producción de la droga natural: La dopamina con la sensación placentera, eufórica de lo que se conoce comúnmente como amor en la comunicación de la materia unificada con el alma y el Espíritu, ¡tan desconocido en los chats y la agonía del lenguaje con su reduccionismo a la incomunicación!

Dos observadores a la distancia de ese momento divino, de la Generación Zillennials, por allá de 1997, interrumpen su dialogo telefónico y por primera vez se encuentran en el fondo de las pupilas del interlocutor, con la vibración de la piel al decirse al mismo tiempo:

- ¿Y si rompemos nuestro silencio?

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, 24 de agosto de 2023

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