Arcano Literario
Mario Luis Altuzar Suárez
…asfixia el frio olor de la muerte, en lo más profundo de
los pulmones y cargan al fluido sanguíneo que constriñe las entrañas adoloridas
por la rigidez mortuoria de la materia inerte, sin la esencia energética,
desprendida y volátil, en busca de conectarse con la Fuerza Universal, la
Esencia Cósmica, y regresar a Casa al reconocernos como Hijos de la Estrellas.
Siembra el mido las dudas con sus preguntas sin respuestas,
a los que esperan ese Momento Supremo inevitable. La víscera cardiaca acelera
sus contracciones y expansiones, en medio del temblor de la carne y la
sensación del debilitamiento de la estructura ósea. ¡Qué frágiles somos! Un
suspiro para terminar la arrogante ignorancia de la falsa superioridad.
Nos vemos en ese rictus fascial, esa contracción de los
labios que deja al descubierto los dientes y da a la boca el aspecto de la risa.
Un movimiento final, como si se llenara de alegría por lo vivido y dejar el
dolor de la partida. Alcanzar el estadio de la paz absoluta en donde reina la
armonía y la tranquilidad eterna. Dispuesta la materia a regresar a la tierra.
¡Y se aplica a todo ser tridimensional! Diferente forma,
pero el mismo fondo adeneíco. Diferentes especies, pero unidos por el ADN. Y en
la igualdad total al fusionarse la materia con la Tierra. Asfixiados por el
frio olor de la muerte en la metempsicosis del alma.
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