Arcano Literario
Mario Luis Altuzar Suárez
…para mi sorpresa, detrás del ruido y del polvo, quien salió
de la chimenea no fue Papá Noel. ¡Normal! Ya había pasado el 24 de diciembre y
era el 5 de enero. Y esperaba, precisamente, en el Día de Los Reyes Magos, al persa
Melchor, el indio, aunque muchos prefieren hindú, Gaspar y el árabe Baltazar. Estaba
seguro que corregirían el error navideño de haberme dejado sin regalo.
Grande fue mi sorpresa que emerge entre el polvo un hombre
de un metro noventa y un centímetros con ochenta kilos de masa corporal, en la
cabeza una gorra militar que después llevaría su nombre, de sus barcas y
bigotes muestran sus labios que escupe con furia y en la mano derecha el grueso
e inseparable habano prohibido a los cubanos. Vocifera: “¿Con qué derecho
humillan a nuestros niños, lanzándoles caramelos al pavimento o al fango, según
la puntería de los mamarrachos?” Y advierte: “nadie dude de que toda grosería,
toda provocación, todo insulto tendrá adecuada respuesta”.
Atrás de la polvareda ese dos mil uno, corren tres hombres sacudiéndose
las vestimentas para soportar calores y fríos desérticos, y no muy lejos,
quiere alcanzarles otro de nombre Artabán, según supe minutos después. El encachuchado
de uniforme de campaña verde olivo los mira iracundo: “¡Payasos! ¿Y se dicen
magos? ¡Serán de pacotilla! ¿Cómo se atreven a dar limosna al futuro de la
Patria, a distraer a nuestros niños de su compromiso con la defensa de la Revolución?”
Tenía sed de su sangre que se tranquilizaba e su pensamiento
con el imaginario de ponerlos al frente del pelotón de fusilamiento… si estuviese
el comandante Che, dado de baja en La Higuera, Bolivia, el 9 de octubre de mil
novecientos sesenta y siete… ¡ese si era un hombre!... aunque en realidad, nada
podía hacer por la inmunidad diplomática internacional, en que se emboza la
embajada de España para disfrazarse Reyes Magos e ir por el Paseo del Prado, en
La Habana Vieja, desfilar a la sede del Centro Cultural de España, en la misión
de regalar dulces al celebrar el Día en que el Niño Jesús recibió incienso, oro
y mirra, como Hijo del Hombre, ¡Hijo de Dios!
Un ruido de campanas decodificado en mis tímpanos a los
vacíos neuronales, ordenan que abra los ojos. ¡Qué bruto, me quedé dormido por
querer desentrañar el misterio del origen de los regalos navideños! ¡Cae de mi
mano el libelo recién recibido, sobre el proyecto de Constitución de la
República Pluricultural de los Pueblos Indígenas de México, para consumar el
saqueo y esclavización de mexicanos, disfrazado de un cambio radical de régimen
que busca despojar al Estado y su gobierno de todo aquello que, a juicio de
Andrés Manuel López Obrador, posea vestigios neoliberales! Aunque en realidad,
es un plagio de la Constitución de Cuba.
Vocabulario
Encachuchado: Que usa cachucha.
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