Arcano Literario
Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ
…uuuuuuuuu!¡ Shshshshs! ¡Ton,ton,ton! ¡Uuuuuuuuu! Shshshshs! ¡Ton,ton,ton! ¡Uuuuuuuuu! ¡Shshshshs! ¡Ton,ton,ton! Es el lenguaje del viento. Se acerca. Lento. Cada vez más fuerte. Cada vez más frenético. Hiela la sangre a los oidores distantes que sin percatarse, son los cercanos temerosos del sonido. Ocupa el lugar del lenguaje del silencio de los que se sintieron vivos. Los que presumían esa vida de supuesto confort. ¡Comodidad falsa y superficial! Con sabor a sangre. Con sabor a sudor. Con sabor a muerte.
Resuena en los tímpanos el ¡Uuuuuuuuu!¡ Shshshshs! ¡Ton,ton,ton! ¡Uuuuuuuuu! Shshshshs! ¡Ton,ton,ton! ¡Uuuuuuuuu! ¡Shshshshs! ¡Ton,ton,ton! Se desplaza violento por el circuito nervioso al cerebro. Llega en cuestión de milisegundos. Una fracción del tiempo más pequeña para decodificarlo y… ¡horror! ¡Espanto! Es, ni más ni menos que… ¡no puede ser!.... es… el… hom-bre… que… amanece.
La revolución de la Conciencia se montó en ese ¡Uuuuuuuuu!¡ Shshshshs! ¡Ton,ton,ton! ¡Uuuuuuuuu! Shshshshs! ¡Ton,ton,ton! ¡Uuuuuuuuu! ¡Shshshshs! ¡Ton,ton,ton! En donde se enredaron las lenguas de viento con las cuerdas bucales del teponaxtle. Armonizados por el ¡chac! Chac! ¡Chac! De los caracoles en las muñecas, en los muslos, en los tobillo. Unidos en un mismo tiempo armonizado por la danza frenética de los Recién Llegados al Despertar del Espíritu.
Contrasta el temblor miedoso de la cabeza que se desliza rápidamente por la espalda del agazapado, amurallado decrépito de Palacio, tan Poderoso y valiente con los débiles e indefensos, sumiso de posición decúbito dorsal con los Barones del Dinero y las armas con las drogas, alfombra pisoteada en ofrenda a la serpental traición a los candorosos que se sienten más son iguales en ese sonido que crece, crece, crece; ¡Uuuuuuuuu!¡ Shshshshs! ¡Ton,ton,ton! ¡Uuuuuuuuu! Shshshshs! ¡Ton,ton,ton! ¡Uuuuuuuuu! ¡Shshshshs! ¡Ton,ton,ton!
Flota como presagio de los oráculos del tiempo en que viven los destemporalizados y mecanizados con la única obediencia de entregar su materia, su esencia, en el ara del Culto a la Personalidad que… ¡ja,ja,ja!, ¡Todo los saben, menor él!, que carece de personalidad en el desgarbado comportamiento del fiambre que se arrastra y se revuelve en sus propias heces fecales, como alimento a su resentimiento con todo lo que tenga vida, los resurgidos en el Uuuuuuuuu!¡ Shshshshs! ¡Ton,ton,ton! ¡Uuuuuuuuu! Shshshshs! ¡Ton,ton,ton! ¡Uuuuuuuuu! ¡Shshshshs! ¡Ton,ton,ton!
Así, lo escuché lo que hablaban muy bajito, y no esperé más, cogí mis cosas, salí y cerré la puerta para siempre... o eso creía. Porque los amanecidos me indicaron que no tuviese miedo y me invitaron a ser parte de su número, en el dantesco final del hitlercito en… su propio miedo al lenguaje del viento armonizado con el Hombre: Uuuuuuuuu!¡ Shshshshs! ¡Ton,ton,ton! ¡Uuuuuuuuu! Shshshshs! ¡Ton,ton,ton! ¡Uuuuuuuuu! ¡Shshshshs! ¡Ton,ton,ton!
Cómo siempre Mario Luis Altúzar Suárez, un reto suficiente para tú valiosa y verídica historia.
ResponderEliminarLamentable...una realidad .
Muy agradecido querida Mercedes. Bendiciones.
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