Arcano literario
Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ
…se percibe la baba espesa que fluye por la comisura de los labios, que sonríen con las burlas del escupitajo de su cascada voz y con palabras entrecortadas con la jota que denota su origen de los arrabales en el supuesto Edén del Sur.
Imposible ocultar la codificación genética de ser nieto de un español indocumentado, que abusó y explotó a los de lengua mayense en la Macuspania, que le permitió amasar inescrupulosa fortuna que se perdió al tender una cortina de corrupción judicial para salvar ¡que no exonerar! al burlador del asesinato por la espalda de su hermano, confirmándose que dinero mal habido, dinero perdido.
Lo intenta recuperar ahora, en este sangriento presente. Y su odio recalcitrante, allí, en su púlpito dictatorial de calumnia y mentiroso rencor en que fluye ese resentimiento, en que inventa culpables de sus propios crímenes y traiciones, para culparlos de sus delitos mortales.
Se percibe la baba espesa cuando lanza el discurso con palabras incendiarias a la pira mediática en que castiga la herejía de los que se atreven a cuestionar las bondades prometidas con ese rostro de abuelo inofensivo en que oculta, en realidad, el sanguinario y ambicioso hombrecillo de un metro setenta y tres de la encorvada figura.
El brillo satánico en sus ojillos muestra que está dispuesto a esclavizar a una Nación, como castigo al pecado de la candorosa pasividad y resignada sumisión silenciosa, que puede resumirse en una frase dolorosa: Cobardía histórica de las víctimas convertidas en cómplices de su verdugo que les azota con el látigo del hambre, con el cuero de la miseria, ¡con la muerte!
Se muestra seguro de superar a Don Hernando con sus cuatrocientos súbditos de la Corona de Castilla que aprovecharon el hambre de libertad y sedientos de justicia de mil trescientos y mil porteadores, representantes de los enemigos de los meshicas, que pagaron con la esclavitud y despojo de su identidad la traición a su raza cósmica.
¡Él solito lo hará! Sin el mínimo crédito a sus cómplices partidistas, empresariales, industriales del periodismo, banqueros, financieros, militares y policiacos que, se sienten los gananciosos y tarde será cuando, en su momento, conozcan la condición natural de traidor del ungido como teocrático dictador que en su infinita ignorancia aprendió de su hacedor que el poder no se comparte.
¡Y percibirán su ahogamiento en su propia baba de sumisión! Serán arrojados a la hoguera depredadora de ese espejismo de mariposa que encubre la avaricia, la ambición.