Arcano literario
Mario Luis Altuzar Suárez
…justicia! ¡Ni perdones ni olvidos!”, grita la muchedumbre que
franquean una ancha alfombra roja por donde caminan cerca de diez hombres y
mujeres vestidos con harapos que cuben los guiñapos antaño, cuerpos llenos de
vitalidad, y al fonde de la Plaza de la Constitución, el cadalso en que serán
inmolados al estilo de la Santa Inquisición de 1571.
Se burlan los recipiendarios de doscientos pesos, un pan con
una rebanada de jamón acompañado del refresco de moda, el de un pato con onomatopeya
del sonido de campana, y los más afortunados recibieron unos efímeros tenis con
el logo del partido en el poder, y se solazan con las consignas recibidas para
injuriar a los supuestos conservadores que llevan a los recuerdos de los
penitentes llamados “judaizantes” o “marranos” con raídos “sambenitos”.
La manipulación perversa desde el Palacio Nacional con sus
limosneros investidos de “pueblo”, recorre la espalda como frío mortal del
nieto de Netzahualcóyotl, llamado Don Carlos Chichimecatecuhtli Ometochtzin,
ejecutado por “hereje” en noviembre de 1539, la primera de 125 víctima oficiales
de la inquisición ejercida de facto 32 años antes de su oficialización, por Fray
Juan de Zumárraga.
¡Y paradójicamente, superado con sangrienta eficiencia, con
más del millón de penitentes en cuatro años de la simulación presidencial en
que se esconde el dictadorzuelo! “Es el pueblo el que pide justicia y yo
solamente soy un humilde servidor del pueblo”, dice en medio de una sonrisa
burlona con mirada con estrabismo tan alejada de la realidad y como política
del engaño, la mentira y la difamación
Tuxtla Gutiérrez,
Chiapas, México, 16 de febrero de 2023.
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