Arcano literario
Mario Luis Altuzar Suárez
Reencarna
la Esperanza con equis de México
…ahora que ya sabemos lo que hizo Rosa, no nos queda más
remedio que aceptar nuestra equivocación y en desagracio a los malos juicios
por los prejuicios heredados, organizarle un Reconocimiento público a su testarudez
y disciplina silenciosa como lo que realmente es: ¡Una gran mujer con vocación
de servicio a la colectividad!”, expresa el treintañero de traje gris Oxford en
su complexión delgada y con movimiento fuerte en brazos y manos para reafirmar
sus palabras con su gesticulación facial.
Una mujer del colectivo de 25 personas, inquiere: “¿Reconocimiento
público? ¡Ni que fuera para tanto!”
Levanta la voz la sexagenaria del grupo: “¡Visto está que el
peor enemigo de cualesquiera de nuestra sociedad, es otro miembro de nuestra
misma comunidad! ¿Cómo aspirar a la grandeza como calle, manzana, barrio,
colonia, ciudad o Nación, cuando envidiamos lo que hace el de al lado, el de
enfrenta o el conocido, por nuestra pusilanimidad del Síndrome de los Vencidos,
de sentirnos nada y proyectarlo en nuestra pasiva resignación? ¡No, compañera!
¿Qué gana usted con escamotee el mérito a quien nos muestra el camino de
trabajo, esfuerzo y dedicación, cuando usted no hace nada? Con desacreditarla,
descalificarla, difícilmente opacará su triunfal paso por la vida y en cambio,
usted será condenada al olvido pese a pensar que el odio destilado será eterno”.
Explota una estruendosa cadena de aplausos y al retornar la
tranquilidad, empieza la organización de un comité encabezado por la
regateadora de méritos, para invitar a la interpelada al Gran Acto de
Reconocimiento, programado en 48 horas, frente al Palacio Municipal, para que
el edil, (por cierto, esposo de la escamoteadora de virtudes) vea que la
colectividad se organiza así misma para reconocerse entre iguales, al margen de
administradores que se sienten gobernantes y por medio de la denostación,
calumnia y difamación del resto de la sociedad, acostumbran a premiarse,
reconocerse y repartirse los premios en el selecto grupúsculo que usurpó la
voluntad popular en las urnas.
Y cuentan que ese glorioso Día del Reconocimiento de Gloria,
Rosa vistió sus mejores galas en el cansado y frágil cuerpo de metro sesenta y
cinco, con esa amplia sonrisa y alegría en sus ojos, que denotaban la satisfacción
del deber cumplido, al haber emigrado a la capital de la República, trabajar y
estudiar ¡como corresponde a la orgullosa Generación del Esfuerzo!, y al
recibirse de ingeniera en computación, crear una empresa en que trabajo siete
por siete y con las utilidades, primero llevar juguetes a los niños, después
crear empresas para darse sus propios trabajos, gestionar el servicio eléctrico
y de caminos rurales que pasarían después a ser de cemento asfáltico. ¡Logro
que quiso atribuirse el presente municipal!
Antes de este día, fueron momentos oscuros por el ataque
sistemático del funcionario que, en su infinita ignorancia, se ostentaba como
transformador. ¡Llegó al colmo de pedir el Cabildo que se le negara la entrada
al pueblo, porque su riqueza era producto de ser una mesalina que avergonzaba a
la colectividad! ¡Ah, cuantas cosas no se le endilgaron! Hasta que allá, en el
centro del país, surge una candidata presidencial que, en un acto proselitista,
le reconoce como su “fuente de inspiración” como mujer y como ciudadana
dispuesta defender la herencia de sus hijos. “¡Si México se escribe con equis
de Xóchitl, la esperanza contiene una erre de Rosa!”
Y así fue como me lo contaron, de que ese día temblaron los
fementidos y los endechadores que ilusos, se creyeron eternos, infalibles en su
engaño, porque aquí, en este remoto punto de la Nación, se Reconoce a Rosa ,
nuestra encarnación, con erre de Renacidos.
Diccionario:
Cabildo: Cuerpo
o comunidad de eclesiásticos capitulares de una iglesia catedral o colegial. 2.
m. En algunos pueblos, cuerpo o comunidad que forman los eclesiásticos que hay
con privilegio para ello.
Endechador (ra):
Persona que acudía a llorar a los entierros y funerales, especialmente, la
mujer que lo hacía por oficio.
Fementido (a): 1. Que no tiene fe ni palabra. 2. Que es
engañoso o falso.
Mesalina: Mujer
de costumbres consideradas disolutas, en especial la que tiene una posición
social elevada.
Rosa: Flor
del rosal, de pétalos grandes en forma de corazón, espinas en el tallo, colores
vivos y variados (blanco, rosa, rojo, etc.) y olor intenso y agradable.
Significado Espiritual: ausencia de maldad, es decir, que no hay dobles
intenciones. Por eso, también es una manera de mostrarle a alguien que puede
confiar en nosotros.
Xóchitl: 1. Del
náhuatl xochitl 'flor'. 2. m. Mx. p.u. Vigésimo día del mes azteca.
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, 21 de septiembre de 2023.
No hay comentarios:
Publicar un comentario