Arcano Literario
Mario Luis Altuzar Suárez
Arcano Radio
Al 163 Triunfo de las
Armas Republicanas mexicanas
…bang! ¡Rrrrrrr! ¡Crashhhh! ¡Pummm!”, sonidos simultáneos
que obligan a despertar en un grito ahogado en ese increíble resorteo de la
regordeta cincuentona de 80 kilos, del profundo sueño en posición semi horizontal
en el sillón de terciopelo, con los gruesos brazos cruzados a la vertical sostenida
sobre el piso de cemento por unos zuecos bajo el movimiento oscilatorio del
vestido blanco con vivos de flores rojas y amarillas y el delantal negro con
puntos claros. ¡Qué agilidad genera el miedo en nuestros cuerpos!
El pánico destella por la mirada que hurga en casa oquedad
de la habitación. Ese ¡bang!, tan nítido y reverberante en el tímpano derecho
debió ser de una de las bombas lanzadas por los aviones alemanes Junkers 52,
Heinkel 111 y Heinkel 51. Es inconfundible el ruido del vuelo sobre los techos
de las casas de las máquinas áreas en ese ¡rrrRRRRR! Y acompañado por ¡crashhh!,
de los cristales de las ventanas y algunos objetos de cristal en el menaje
residencial, es claro que causó destrozos incuantificables. ¿Las paredes
estarán intactas? ¡Porque se escuchó claramente el derrumbe!
Frota los ojos con el dorso de las manos y desciende la
palma derecha para secar la saliva que escurrió en los momentos de máximo
sueño, en un descanso que cree breve y necesario, después de la desvelada por
la espera al hijo de 25 años de su diversión nocturna. Para distraerse, encontró
en un canal de la televisión abierta un documental sobre el bombardeo alemán a Guernica,
para inclinar la balanza de la victoria el 26 de abril de 1937 y consumara su
Golpe de Estado, medio años atrás, de Francisco Franco Bahamonde, Jefe de
Estado Mayor del Ejército de Tierra y Gobernador de las Islas Canarias.
Las imágenes televisivas, ¡cómo muchas cosas de la vida!, se
almacenaron en el inconsciente y acecharon el momento de emerger con un tinte
de realidad en el consciente adormilado
en el nivel alfa para magnificarse con elementos externos, igual a ese gatito
atigrado que se subió a la mesa esquinera de caoba, en su labor de felino
cazador y su presa: ¡Un globo transparente!, qué había sobrevivido a la fiesta
infantil de la hijita del papá soltero.
Se mueve lentamente, ronronea: ¡Rrrrrrrr! Salta y cae en patas
sobre la superficie de madera y ¡atrapa a la pieza volátil!, con esa mirada
inquieta que se abre desmesuradamente al clavarse la garra de la manita derecha
y ¡bang!... ¡explotó! Lo que le espantó y al tratar de escapar ¡crasssshhhh!, tiró
la lámpara y… ¡pummm!, se hizo trizas al chocar con el piso la taza y se regó
el café frío.
¡Fue la conjura del universo! Despertó a la cansada mujer
que siente un profundo olor a quemado. ¡El puchero sobrepasó el tiempo en la
estufa que, de haber sido el gato, se podría haber incendiado la cocina!
Sobrepuesta de los eventos conjurados, pensó: “Gracias Dios. ¡Todo sucede por
algo! Nunca nos dejas de tu mano”.
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, 30 de abril del 2025
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