jueves, 3 de julio de 2025

Exorcizador ©, Cuento

 Arcano Literario


Mario Luis Altuzar Suárez
Arcano Radio

...0h! ¡Clap! ¡Clap! ¡Clap!", se escucha la exclamación de asombro con los aplausos estruendosos al ingresar al escenario el Gran Divo que encanta a multitudes. Con humildad, se inclina con la mano derecha en el estómago, y el sombrero de copa alta llamado chistera, permanece inmóvil pese a la pronunciada inclinación de la cabeza. Impecable su traje de pingüino, bueno, el por todos así conocido como frac, destaca el brillo de los zapatos de charol negro, en contraste con la camisa blanca almidonada y adornada con una corbata de moño.

"Shhhhh", sesea el ambiente por el movimiento para sentarse del selecto auditorio que, en gesto casi religioso acompañado del movimiento oscilatorio de la mano derecha de las damas de alta sociedad, para ventilarse en el agobiante inicio de la canícula, ese fenómeno climatológico característico del tiempo de lluvia.

Hombres y mujeres de diferentes edades, como en el tiempo de las cortes, salivan, saborean el manjar musical en esa tarde-noche maravillosa en algún rincón del mundo. En forma simultánea, el solista del momento se acomoda de pie, frente al exquisito banco de madera preciosa, afelpado con terciopelo negro, y con finos movimientos de las manos, levanta los dos picos del saco para sentarse y disfrutar la gloria de los celestiales instrumentos musicales, una serie de percusiones muy ajenos al zoo musicología ya que se compone de dos timbales, un bombo, un par de platillos, una corneta y, el teclado, una celesta con apariencia de un piano.

El intérprete aspira profundo con los ojos cerrados, en un acto de reconexión entre su cuerpo, alma y espíritu, con la Gran Energía de las Estrellas, ese lugar del origen del Hijo del Hombre. Abre los ojos que adquieren un brillo lumínico tan especial, que, armonizado con la candorosa sonrisa, expande la inocencia en el auditorio. Esa poderosa facultad legada por el Gran Hacedor de los Universos que pervive en el ejercicio del Libre Albedrío para conducirse en su personal crecimiento en el Conocimiento compartido, después, en la colectividad.

"¡Toc! ¡Toc!... ¡Taca! ¡Taca! ¡Pum! ¡Pum! ¡Pum!", los primeros sonidos que se expanden y se contraen los tímpanos de los oyentes, que vibran con la misma intensidad, empero, con diferente decodificación al recorrer los nervios al centro neuronal en que se diseñan imágenes ¡tan disímbolas en cada ser! Una interpretación que responde, se corresponde a los primeros signos de la Enseñanza en el vientre materno y los posteriores escenarios en el trascurso de su vida familiar, educativa, laboral y social.

El concierto de la magistral magia de las armonías ¡son tan fabulosas! Que, en un acto reflejo al fortíssimo de esta obra musical única, abro los ojos y le veo sentado en un banco de madera con cubierta de un cojín, sus setenta y cinco centímetros del cuerpo delgado a sus siete años, vestidos con una playera blanca con tirantes y de algodón, pantaloncillo de mezclilla a la mitad de la espinilla, sus huaraches de llanta y el sombrero de palma con vivos rojos, engalana la sonrisa ¡tan inmensa, tan intensa! que inyecta su energía a dos palos en forma de baquetas.

Sonrió y reflexiono: "No cabe duda de que la mente es poderosa. Y por un momento me vi en esa gran sala de conciertos y... ¿y si fue un Déjà vu?" Y le digo en voz alta: "¡Toca mi niño! Que tu música llene al mundo de la inocente convivencia paradisiaca en paz, y, así, exorcícese la maldad de la guerra fratricida. ¡Tenemos derecho a vivir en paz y en libertad! Sin miedo, como lo que somos: ¡Hijos de Dios!"

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 2 de julio del 2025.