jueves, 24 de julio de 2025

Saint Malo libertario ©

 Arcano Literario

Cuento


Mario Luis Altuzar Suárez
Arcano Radio

En memoria de René Couanau
1936-2024

...ja" ¡Ja! ¡Ja! ¡Splash!", Bullicio a la distancia. Irrumpe mi paseo veraniego por una de las dos murallas que suman dos kilómetros para proteger en Saint Malo, en el Norte bretón de Francia, a los corsarios de las persecuciones de la Marina francesa, británica o española. Los navíos persecutores encallaban en las arenas de las playas y su marinos o militares, caían fácilmente abatidos en grescas más que luchas, a favor de los bandidos abanderados de su propia libertad.

Oteo al horizonte para ubicar el bullicio. Muevo la cabeza en sentido de las manecillas del reloj. Acomodo el torso y acodo mis brazos en la muralla para aligerar el peso de los binoculares. Hacia el suroeste les ubico a los cíclicos repetidores del clamor libertario. Esos gritos de una treintena de niños entre diez y quince años. Suben poco menos de veinte escalones a un trampolín de piedra de tres metros de altura, con tubos de cinco centímetros de diámetro, de barandal a los lados. ¡Se lanzan vuelan como aves! Se carcajean al impacto violento con el agua marina.

Pienso que la felicidad es tan sencilla, como la máxima elegancia en la sencillez. Sin oropeles del dinero para comprar lisonjas, investiduras. ¡Así, sencilla sencillez de un pantaloncillo corto de baño y que la piel desnuda sienta, comulgue con el aire que siendo el miso es tan distinto! En el conocimiento del gran límite de la libertad individual a donde comienza la del otro que se encuentran formados, en orden, para subir a la cumbre.

Me pregunto si perduran los valores como el respeto, por herencia genética o por la educación recibida, o por ambas, que en este bullicio vespertino de veinte grados en el Canal de la Mancha, de este lado porque del otro le llaman el Canal Inglés, tal vez porque de allí vinieron los ciento cincuenta y seis mil soldados, once mil quinientos noventa aviones y seis mil novecientos treinta y nueve buques estadounidenses, británicos y canadienses, para desembarcar en Normandía la madrugada del 6 de junio de 1944, ante los incrédulos ojos de los vigías de seis mil alemanes que tuvieron miedo de despertar al iracundo Adolfo Hitler. Liberan al puerto de Saín Malo el 6 de agosto.

Sería exagerado decir que, el Signo de Saint Malo, ¿es la Libertad? Difícil pensarlo. Para los conocedores de su historia, el espíritu libertario se presenta el 16 de enero del 423, al retirarse los romanos y tener que resistir los pobladores de Aleth, el intento de someterlos por las huestes bárbaras del Norte. Los galeses se suman a la defensa y se asientan en 541 en una isla diurna y casi cubierta por la marea que llaman Saint Malo, que castellanizado es San Maclovio del bajo latín.

¡También fue República! Del 11 de marzo de 1590 al 5 de diciembre de 1504. Hay dolor con el fusilamiento en las dunas de Talard, de sesenta "contrarrevolucionarios" de la Armada vendeana en diciembre de 1793. El más joven tenía 16 años y el mayor 19. ¡Indomable! Resurgió de sus cenizas en la ocupación nazi y el bombardeo aliado. Para que no se olvide, el ara en la Catedral sigue partida a la mitad. Oficialmente, la reconstrucción termina en 1972.

Por ello, no casual sino causal ese griterío de niños que disfrutan el agua al noroeste del puerto, en la piscina marina de formación natural ¡al bajar la marea!, en la playa del Bon Secours a los pies de la muralla, con un trampolín de tres metros, construida en 1937 por Rene Lesaunier, que permite nadar independientemente del nivel de las mareas. ¡Fue galardonada internacionalmente! Recibió una gráfica del francés Franckgonnaud el 27 de agosto de 2017, el primer lugar de los Premios Anuales de Fotografía Diez y uno Lomografía, en la categoría premio Adictos a la Adrenalina. Aunque bien debería haber llamado "Adictos a la Libertad".

Un momento que debemos preservar en nuestro imaginario cotidiano, al irse perdiendo nuestras libertades en el mundo entero, por ambiciosos del poder que, en su arrogante ignorancia ¡se sienten dioses!, para esclavizar a la población y vivir como reyes que antes condenaron. Sintamos, entonces, el contagio de esa risa, esos gritos, ese sonido del agua marina al explotar por nuestra caída del cielo en donde volamos en libertad como nuestros pensamientos. ¡Cómo François-René, vizconde de Chateaubriand, fundador del romanticismo francés, que mira el mar, de pie en Saint Malo, desde 1848!

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, 24 de julio del 2025.

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