* En pobreza el 77 por ciento de chiapanecos, reportó la SEDESOL
Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ
De Arcano Político
La Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) informó que en
2018, el número de habitantes en Chiapas es de 5 millones 337,151, mientras que
el número de personas en pobreza es de 4 millones 113,950, cifra que representa
el 77.08 por ciento. Por tanto se registró un incremento del 0.8 por ciento de
2016 a 2017.
En el documento “Acuerdo por el que se da a conocer el
Informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social de las entidades,
municipios y demarcaciones territoriales para el ejercicio fiscal 2018”, precisa
la dependencia federal que cerca de 51.8% de la población que vive en situación
de pobreza se concentra en 20 municipios.
El Comité Clandestino Revolucionario Indígena, parte del
EZLN, convocó del 8 al 10 de marzo, al Primer Encuentro Internacional,
Político, Artístico, Deportivo y Cultural de Mujeres que luchan, en el Caracol
de Morelia, en Chiapas. El requisito para poder asistir es: ser mujer y luchar.
En 2016 residían en México 46.5 millones de mujeres de 15
años y más, de las cuales el 11.8% tenía entre 15 y 19 años y 29.0% se ubica en
las edades de 50 y más años. Si bien la mayoría de estas mujeres fue a la
escuela alguna vez en su vida a estudiar (92.4%), esta situación cambia con la
edad, siendo las mujeres de mayor edad quienes menos acudieron a la escuela. Con
base en el INEGI.
Coincidiendo con el Año Internacional de la Mujer en 1975,
las Naciones Unidas celebraron el Día Internacional de la Mujer por primera
vez, el 8 de marzo.
Ahora, la celebración se suma a un movimiento mundial sin
precedentes por los derechos, la igualdad y la justicia de las mujeres. El
acoso sexual, la violencia y la discriminación contra las mujeres han acaparado
los titulares y el discurso público, con una creciente determinación a favor
del cambio.
Centrándose también en el tema del 62º periodo de sesiones
de la de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, la celebración quiere
llamar la atención sobre los derechos y el activismo de las mujeres rurales,
que constituyen más de un cuarto de la población mundial y la mayoría del 43
por ciento de las mujeres que se dedican a la agricultura en el mundo.
Labran la tierra, plantan las semillas que alimentan a sus
comunidades y se hacen resilientes frente al cambio climático. Sin embargo, en
casi todos los aspectos del desarrollo, debido a las arraigadas desigualdades y
discriminación por razones de género, las mujeres rurales viven en peores
condiciones que los hombres rurales o las mujeres urbanas.
Por ejemplo, menos de un 20 por ciento de los propietarios
de tierras son mujeres, y si bien la brecha salarial en base al género es el 23
por ciento, en las áreas rurales esa cifra sube hasta el 40 por ciento. Carecen
de infraestructuras y servicios, trabajos dignos y protección social, además de
ser más vulnerables a los efectos del cambio climático.
Las mujeres rurales y sus organizaciones tienen un enorme
potencial y se están moviendo para reclamar sus derechos y mejorar sus medios
de vida y su bienestar. Usan métodos agrícolas innovadores, ponen en
funcionamiento negocios con éxito, aprenden nuevas habilidades y conocimientos,
reclaman sus legítimos derechos y se presentan a cargos públicos.
La idea de un día internacional de la mujer surgió al final
del siglo XIX, que fue, en el mundo industrializado, un período de expansión y
turbulencia, crecimiento fulgurante de la población e ideologías radicales.
Mensaje del Secretario General 2018
Nos encontramos en un momento decisivo para los derechos de
la mujer. Las desigualdades históricas y estructurales que han dado lugar a la
opresión y la discriminación están saliendo a la luz como nunca antes. Desde
América Latina hasta Asia, pasando por Europa, en las redes sociales, los
platós de cine, las fábricas y las calles, las mujeres están pidiendo que se
produzca un cambio duradero y que no se toleren ni las agresiones sexuales ni
el acoso ni ninguna clase de discriminación.
Conseguir la igualdad de género y empoderar a las mujeres y
las niñas son tareas pendientes de nuestra época y constituyen el mayor desafío
en materia de derechos humanos del mundo.
El activismo y las campañas llevadas a cabo por generaciones
de mujeres han dado fruto: más niñas que nunca van a la escuela; cada vez más
mujeres tienen un trabajo remunerado y ocupan cargos de responsabilidad en el
sector privado, los círculos académicos, la política y las organizaciones
internacionales, como las Naciones Unidas; la igualdad de género se consagra en
numerosas leyes; y prácticas nocivas, como la mutilación genital femenina y el
matrimonio infantil, se prohíben en muchos países.
Sin embargo, siguen existiendo importantes obstáculos para
acabar con los desequilibrios de poder históricos en los que se asientan la
discriminación y la explotación.
Más de mil millones de mujeres en todo el mundo carecen de
protección jurídica frente a la violencia sexual en el hogar. La desigualdad
salarial por razón de género en el mundo es del 23 % y alcanza el 40 % en las
zonas rurales, y el trabajo no remunerado que realizan muchas mujeres pasa
desapercibido. La representación media de la mujer en los parlamentos
nacionales sigue siendo inferior a una cuarta parte y en los consejos de administración
es aún menor. Sin una acción concertada, millones de niñas serán mutiladas
genitalmente en el próximo decenio.
Con frecuencia se incumplen las leyes vigentes y se
cuestiona, denigra y descalifica a las mujeres que solicitan una compensación.
Ahora sabemos que el acoso y los abusos sexuales han sido una constante en los
lugares de trabajo, los espacios públicos y los hogares en países orgullosos de
su trayectoria en materia de igualdad de género.
Las Naciones Unidas deberían servir de ejemplo al mundo.
Reconozco que no siempre ha sido así. Desde que tomé
posesión de mi cargo el año pasado, he introducido cambios en la Sede de la
Organización, nuestras misiones de mantenimiento de la paz y nuestras oficinas
en todo el mundo.
Por primera vez, en el equipo directivo hemos alcanzado la
paridad de género y estoy decidido a que ocurra lo mismo en el resto de la
Organización. Estoy absolutamente comprometido con la tolerancia cero frente al
acoso sexual y he establecido estrategias para aumentar la presentación de
informes y la rendición de cuentas. Además, trabajamos en estrecha colaboración
con países de todo el mundo para prevenir los casos de explotación y abuso
sexual cometidos por el personal de las misiones de mantenimiento de la paz,
hacerles frente y ayudar a las víctimas.
Desde las Naciones Unidas apoyamos la lucha de las mujeres
de todo el mundo para superar las injusticias a las que se enfrentan, ya se
trate de las mujeres de las zonas rurales que son víctimas de la discriminación
salarial, de las mujeres de las zonas urbanas que se unen para impulsar el
cambio, de las mujeres refugiadas que corren el riesgo de sufrir explotación y
abuso o de las mujeres que sufren múltiples tipos de discriminación: viudas,
mujeres indígenas, mujeres con discapacidad y mujeres que no se ajustan a las
normas de género.
El empoderamiento de la mujer es un tema central de la
Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Si avanzamos en el cumplimiento de
los Objetivos de Desarrollo Sostenible, avanzaremos también en la causa de
todas las mujeres de todo el mundo. A través de la Iniciativa Spotlight que
hemos puesto en marcha junto con la Unión Europea, se destinarán recursos a la
eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas, un requisito previo
para la igualdad y el empoderamiento.
Seré claro: no se trata de hacer un favor a las mujeres. La
igualdad de género tiene que ver con los derechos humanos, pero también redunda
en interés de todos: hombres y niños, mujeres y niñas. La desigualdad de género
y la discriminación contra la mujer nos perjudica a todos.
Ha quedado de sobra demostrado que invertir en las mujeres
es la forma más eficaz de que las comunidades, las empresas e incluso los
países prosperen. La participación de la mujer hace que los acuerdos de paz
sean más sólidos, que las sociedades sean más resilientes y que las economías
sean más pujantes. Normalmente, cuando se discrimina a las mujeres es porque
hay prácticas y creencias de por medio que nos perjudican a todos. En cambio,
las licencias de paternidad, las leyes contra la violencia doméstica y la legislación
que favorece la igualdad salarial nos benefician.
En este momento decisivo para los derechos de la mujer, es
hora de que los hombres apoyen a las mujeres, las escuchen y aprendan de ellas.
Es primordial que haya transparencia y rendición de cuentas para que puedan
alcanzar todo su potencial y nos ayuden a todos a prosperar en la comunidad, la
sociedad y la economía. Me enorgullece formar parte de este movimiento y espero
que continúe expandiéndose en las Naciones Unidas y en el mundo entero.
António Guterres
Cronología
1909: De conformidad con una declaración del Partido
Socialista de los Estados Unidos de América el día 28 de febrero se celebró en
todos los Estados Unidos el primer Día Nacional de la Mujer, que éstas
siguieron celebrando el último domingo de febrero hasta 1913.
1910 La
Internacional Socialista, reunida en Copenhague, proclamó el Día de la Mujer,
de carácter internacional como homenaje al movimiento en favor de los derechos
de la mujer y para ayudar a conseguir el sufragio femenino universal. La propuesta
fue aprobada unánimemente por la conferencia de más de 100 mujeres procedentes
de 17 países, entre ellas las tres primeras mujeres elegidas para el parlamento
finés. No se estableció una fecha fija para la celebración..
1911 Como
consecuencia de la decisión adoptada en Copenhague el año anterior, el Día
Internacional de la Mujer se celebró por primera vez (el 19 de marzo) en
Alemania,Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de 1
millón de mujeres y hombres. Además del derecho de voto y de ocupar cargos
públicos, exigieron el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no
discriminación laboral
1913-1914 En el
marco de los movimientos en pro de la paz que surgieron en vísperas de la
primera guerra mundial, las mujeres rusas celebraron su primer Día
Internacional de la Mujer el último domingo de febrero de 1913. En el resto de
Europa, las mujeres celebraron mítines en torno al 8 de marzo del año siguiente
para protestar por la guerra o para solidarizarse con las demás mujeres.
1917 Como reacción
ante los 2 millones de soldados rusos muertos en la guerra, las mujeres rusas
escogieron de nuevo el último domingo de febrero para declararse en huelga en
demanda de "pan y paz". Los dirigentes políticos criticaron la
oportunidad de la huelga, pero las mujeres la hicieron de todos modos. El resto
es historia: cuatro días después el Zar se vio obligado a abdicar y el gobierno
provisional concedió a las mujeres el derecho de voto. Ese histórico domingo
fue el 23 de febrero, según el calendario juliano utilizado entonces en Rusia,o
el 8 de marzo, según el calendario gregoriano utilizado en otros países.
1975 Coincidiendo con el Año Internacional de la Mujer, las
Naciones Unidas celebraron el Día Internacional de la Mujer por primera vez, el
8 de marzo.
1995 La Declaración y la Plataforma de Beijing, una hoja de
ruta histórica firmada por 189 gobiernos hace 20 años, estableció la agenda
para la materialización de los derechos de las mujeres.
2014 La 58 Sesión de la Comisión sobre la Condición Jurídica
y Social de la Mujer (CSW58), la reunión anual de Estados para abordar
cuestiones relativas a igualdad de género, se centró en los «Desafíos y logros
en la aplicación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para las mujeres y
las niñas». Las entidades de las Naciones Unidas y las organizaciones no
gubernamentales (ONG) acreditadas por ECOSOC debatieron sobre los avances
realizados y los retos pendientes para cumplir los ocho Objetivos de Desarrollo
del Milenio.
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