lunes, 23 de abril de 2018

No somos idiotas, somos broncos

Arcano Político
Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ


Desde Morir en el Golfo, el jesuita Héctor
Aguilar Camín ha destacado como escritor
por encargo lo que lleva a preguntar: ¿Quién
pagó el calificativo de idiotas a los que sigan a El Bronco?
Soy uno de los idiotas que simpatizan por convicción con el Bronco, señor escritor por encargo Héctor Aguilar Camín. Un idiota por mantener la independencia de conciencia como escritor y periodista, ajeno a su paraíso telecrático (de)formador de pensamientos, al estilo Corín Tellado que tanto le gustaban a Doña Ema.

Al puro estilo de la engañosa Zona Abierta que generaba la ilusión del Tercer Grado, el adoctrinado por los jesuitas le comenta en el post debate al vocero oficioso de Los Pinos,  que seguramente un sector de estúpidos o idiotas seguirán las ocurrencia del candidato neoleonés.

Tal vez por la ausencia de formación periodística con sus principios deontológicos, el historiador de la Ibero investiga, juzga y sentencia de “criminal” a Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, bajo los sofistas argumentos del salinista Benito Nacif Hernández al servicio del panista José Luis Durán Reveles tan cercano a Felipe Calderón Hinojosa.

 “Pobre, no debe estar allí”, comenta María Soledad Loaeza Tovar, que recibió el Premio de Investigación en Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma de Nuevo León en 2001, cuando administraba el Estado el panista foxista Fernando de Jesús Canales Clariond.

Y creen ensañarse con la propuesta de “mocharle” la mano a funcionarios y políticos que le roben al erario, que es muy generosa si se considera que en China son fusilados, pero que aquí, ni con el pétalo de una ley se puede castigar a quienes financian a telécratas, escritores por encargo o con premios a los amigos.

Si se suma la postura del escritor por encargo, Morir en el Golfo, con la discriminación de la gente bonita representada por el que la especialista de escritorio sobre la falsa democratización mexicana, encontramos la convergencia con el concuño de Carlos Salinas de Gortari, que coincide con la posición del vocero oficioso de Los Pinos.

Un post debate de la telecracia ajustado a la medida de los fantasmas del residente de Los Pinos, ante el imposible cambio de candidato presidencial por más ciudadanizado que se intente mostrar y a la baja, donde El Bronco sufre la incomprensión de amanuenses y juniors que, confundidos por los modismos regionales, intentan usar en su contra.

Al intentar ignorar al Bronco en los post debates atribuyendo la paternidad de la derrota del pirruris de Macuspana al concuño salinista, y recordar los ataques de la empleada en Multimedios de Emilio Gamboa Patrón, Azucena Uresti, se antoja pensar que el enemigo a vencer es realmente el neoleonés.

Intentaron mostrarlo como misógino al decir que las mujeres son gordas, cuando en Monterrey así se les dice de cariño a las embarazadas, previamente el corresponsal en Chiapas de la jesuita Proceso inclinada al tabasqueño, intentó ir más allá, al registrar que despiden con narcomúsica al candidato, cuando era ¡música norteña!

Falta que registren el intento de “pichar” las sodas, para intentar mostrarlo peor que al Marqués de Sade, cuando “pichar” en Monterrey implica “invitar” y no el acto sexual que entienden en Ciudad de México y Morelos y que es condenado por los jesuitas.

Ante la burda agresión del salinista Nacif, el pariente del Zar de la Mezclilla, contra el de Galeana para impedirle ilegalmente ser candidato presidencial, y la ofensiva mediática y telecrática, podría responder al miedo generalizado de la partidocracia y sus negocios altamente peligroso, ante un hombre que prometió justicia a su hijo, una de las más de 300 mil víctimas del llamado crimen organizado.

Una observación que lleva a presentir la existencia del Narco Estado que sacrificó al sonorense Luis Donaldo Colosio Murrieta, representante de la Generación del Esfuerzo, igual que el Bronco, que su mamá no sabe leer ni escribir y se fajó las enaguas para sacar adelante a su familia, siendo él un ingeniero agrónomo.

Y ese es el miedo de los vividores de la política, de los políticos sospechosamente incapaces de combatir al llamado crimen organizado, y los de cuello blanco con jugosas comisiones para otorgar obras a empresas nacionales y extrajeras.

El vacío en la mediocracia se llenará con votos en las urnas.


Nos leemos en , asociada a RNU y a RFI y afiliada a La Voz de América, desde la camina de transmisión Gilberto Armienta Calderón, a lado del Cañón del Sumidero, en el corazón de la otrora Selva Lacandona, deforestada desde 1972 por Manuel Velasco Suárez.

Vea el debate y usted juzgue:

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