De la Mesa de Redacción
De nuestra asociada RNU
La profesora Amivi Kafui (izq.) imparte clase de biología celular y bioquímica en la Univesidad de Lomé, Togo. Banco Mundial/Stephan Gladieu |
“Que el empoderamiento de las mujeres tarde tanto es casi
como para tomárselo a broma, considerando que puede generar beneficios
económicos alrededor de los 28 billones de dólares.”, dijo la directora
ejecutiva del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, Lise Kingo.
Por si había alguna duda acerca de la lentitud del progreso
de la igualdad de la mujer respecto a los hombres en el campo laboral, los
datos más recientes publicados por el Foro Económico Mundial desvelan una
impactante cifra: de mantenerse las tendencias actuales se necesitarán 202 años
para cerrar la actual brecha de género en el lugar de trabajo.
Esta situación es totalmente inesperada paraLise Kingo, la directora ejecutiva del Pacto Mundial de
las Naciones Unidas, quien explicó que el progreso económico en materia de
género va mucho más lento de lo que esperaba cuando comenzó su carrera como
ejecutiva en el mundo empresarial:
"Durante casi treinta años he participado en cualquier
debate sobre género y no estoy segura de que hayamos avanzado de la manera que
esperábamos. En algún momento pensé que podríamos allanar el camino para la
próxima generación de mujeres, pero no creo que eso suceda”, alertó.
“Respecto a las oportunidades de trabajo, creo que nos
enfrentamos a algunas barreras culturales muy importantes que impiden que las
mujeres reciban el mismo trato que los hombres. Pienso que se debe a un sesgo
inconsciente donde, de un modo involuntario, las personas consideran que los
hombres están más capacitados para realizar ciertos tipos de trabajos, como la
administración y la aritmética, y creo que es necesario ser más conscientes de
cuándo aplicamos este tipo de sesgo inconsciente.”
La tarea de ONU Mujeres
Una de las entidades de las Naciones Unidas que busca con
mayor ahínco acelerar el progreso hacia la igualdad de género es ONU Mujeres.
Precisamente esta organización de las Naciones Unidas se
unió el año 2010 al Pacto Mundial para crear Los Principios para el
Empoderamiento de las Mujeres (WEPs, por sus siglas en inglés), que buscan
establecer “un conjunto de buenas prácticas empresariales que promueven la
igualdad entre mujeres y hombres en todas las áreas de gestión”, y proporcionan
una "herramienta para el análisis de brechas" que ayuda a las
empresas a medir su éxito en la aplicación de los principios.
Hasta la fecha, más de 2.100 empresas se han adherido y
están integrando estos principios en su estrategia de negocio, incluyendo
compañías internacionales de gran prestigio como la farmacéutica Roche, la
especialista en gestión de energía Schneider Electric, la petrolera Total y la
empresa de refrescos Coca-Cola.
Entre las prácticas en activo destacan la de garantizar que
se tenga en cuentala paridad de género a la hora de nombrar a altos directivos,
que se seleccione el mismo número de candidatas y candidatos cada vez que se
abra una vacante, y que existan servicios de orientación profesional para
ayudar a las mujeres a avanzar en sus carreras.
Además de proporcionar oportunidades de licencia de
maternidad para ambos padres, dando a las mujeres la opción de interrumpir su
carrera profesional sin que ello perjudique sus perspectivas de futuro laboral.
La importancia del movimiento Yo También
Pero si en los últimos tiempos hubo un elemento positivo que
ha ayudado a impulsar los cambios en el entorno laboral, nos tendríamos que
remontar a la aparición del movimiento “Yo también” (#metoo). O así lo
entiende, Ann Falth, la directora de la secretaría de los Principios de
Empoderamiento de la Mujer.
“Las empresas
consideran esta situación como un riesgo y están tomando más medidas que
nunca”, dijo, “no sólo al establecer políticas de tolerancia cero para los
casos de acoso y abuso sexual, sino que también tienen una visión más amplia
tanto en la igualdad de género en el lugar de trabajo como en su examen sobre
qué medidas pueden establecer en ese entorno”.
Los inversores cambian de mentalidad
Sin embargo, Falth destacó que este cambio no es el único
que se ha producido durante la última década.
“En los últimos diez
años ha emergido el interés de los inversores. Cada vez más, ven las
desigualdades de género y la discriminación dentro una empresa como un riesgo
para su inversión. Es una tendencia imparable porque han comprendido que una
empresa atractiva para el talento es también una empresa que alcanzará un
futuro laboral."
Lise Kingo cree que el impacto de la igualdad de género en
los resultados finales debería suponer un incentivo para que muchas más
empresas modificaran y mejoraran sus prácticas.
"Sería fantástico que todas las empresas del Pacto
Mundial de las Naciones Unidas se adhirieran a los Principios de Empoderamiento
de la Mujer y que los incluyeran como parte de su estrategia empresarial.
Varias encuestas y estudios indican que las compañías que tienen mujeres en los
puestos de liderazgo rinden a un mejor nivel financiero que las compañías que
no las tienen. Hay muchas razones para impulsar la agenda de empoderamiento de
la mujer, tanto desde la perspectiva de los negocios, como de la economía
global y la de los derechos humanos".
En opinión de Falth, el empuje puede llegar a producirse
este año, a medida que el equipo encargado de los Principios de Empoderamiento de
la Mujer incremente sus iniciativas para promover los beneficios de la igualdad
de género en las empresas.
"Estamos analizando estereotipos y mitos en la
publicidad; comprando y contratando más productos y servicios de mujeres
empresarias; comprometiéndonos a nivel de la comunidad y, lo que es más
importante, estamos hablando de la importancia que tiene para las empresas la
recolección de datos. Durante 2019 y 2020 procuraremos hablar no sólo de los
miles, sino de los millones de empresas que han hecho este compromiso."
El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 se refiere
específicamente a la igualdad de género: "lograr la igualdad de género y
el empoderar a todas las mujeres y niñas", que incluye la meta de
garantizar "la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad
de oportunidades para el liderazgo en todos los niveles de la toma de
decisiones en la vida política, económica y pública".
La última actualización de los progresos de la meta indica
que, si bien algunas formas de discriminación contra las mujeres y las niñas
están disminuyendo, "la desigualdad entre géneros sigue frenando a las
mujeres y las priva de sus derechos y oportunidades básicos".
En todo el mundo las mujeres sufren discriminación de género
en el lugar de trabajo, a menudo terminan en empleos precarios, con bajos
salarios y constituyen una pequeña minoría entre los líderes empresariales. Al
mismo tiempo, todavía se encargan de la mayor parte de las tareas domésticas,
lo que les deja poco tiempo para perseguir sus ambiciones económicas.
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