Arcano literario
Por Mario Luis Altuzar Suárez
A los caídos por el terrorismoEconómico llamados migrantes
…cómo manosean tu nombre! Esos políticos indignos en su execrable
oportunismo. De cualquier color en supuestas ideologías. Lo confirmo por el discurso
que escucho en televisión al abrir los instantes eslabonados en la gran cadena
de vida, recopilada de 1943 a 1992 por el valenciano Carles Gámez en su ensayo
del “Catalán Universal” Serrat.
El de la voz televisada ordena que pongan un audio: La
canción “Disculpe el Señor” para victimizarse en el pasado, cuando inicia en Santa
Rita Tlahuapan el llamado éxodo de la democracia porque perdió, aunque sostiene
que le robaron la gubernatura de Tabasco en 1991 y disfrazándose de izquierda,
oculta que se le permitió extorsionar, cobrar por derecho de piso la pecata
minuta de noventa millones de esos viejos pesos, tan valiosos que le
permitieron hacerse de una finca en Palenque, Chiapas.
Aquí, en el Reino de las Mentiras del visible terrorismo de
Estado que baña de sangre al país, el supuesto paladín del engaño, canta: “Santa
Rita, Rita, Rita. Lo que se da no se quita”, al perversamente manipular la imagen
de ser “víctima” de los conservadores hitlerianos, como marcó la pauta el
Carnicero moscovita que justifica los crímenes de guerra en su falsa
explicación de salvar a Ucrania del neohilterismo ¿de un judío?
La canción fue escita en 1991, por lo que el dictadorzuelo
macuspano de palacio se adjudica en su enanéz mental, la inspiración en el
cantautor catalán, sin importar que responde a algo realmente importante, a una
gran confusión, dispersión y desaliento de la izquierda política europea, por
la caída el 9 de noviembre de 1989 del Muro de Berlín a la disolución de la
Unión Soviética el 25 de diciembre de 1991.
Esos difíciles momentos en que se lloró, como si estuviesen
cortando una cebolla, el resquebrajamiento doctrinario del inexistente socialismo
en que se disfrazó la “Dictadura del Proletariado” estalinista y en realidad,
fue una sangrienta y mortal “Dictadura de la Burocracia” enriquecida a costa de
la precarización de los ciudadanos. La denuncian de Serrat, fue directa en el
título de su disco: Utopía. En la profundidad del sueño de la igualdad, la
fraternidad y libertad.
Y el Caín de Macuspana, manosea la integridad del poeta identificado
con los gigantes que llevan a pensar que el poeta escribe con el dedo de Dios: Mario
Benedetti, Antonio Machado, Miguel Hernández, Rafael Alberti, Federico García
Lorca, Pablo Neruda, Joan Salvat-Papasseit y León Felipe, o los íconos de la
utopía comunista Violeta Parra y Víctor Jara. ¡Todos desconocidos por el porro
de la UNAM que usurpó la presidencia!
Tal vez, en su fuero interno, el austero líder con
residencia en un palacio y ricas viandas y vestimentas pagadas con nuestros
impuestos, piensa que si el autor de la izquierda oficialista, Luis Echeverría
Álvarez, se benefició con el apoyo del catalán en 1975, olvida que el respaldo
respondió al valiente rompimiento con la dictadura de Franco, al mismo que cuestionó
Serrat y le mereció quedar asila 11 meses en México, con el veto de su obra en
España y la exigencia de matar al traidor a la patria que ofende a Francisco Franco.
Desprecia el saqueador de México y confeso “presidente” de
narcos, porque son gente buena y sus retenes y asesinatos porque se defienden
de las agresiones a su trabajo, esos instantes eslabonados de la historia con
vacíos energizados con la congruencia y honestidad que dan aire fresco, como un
abanico a la historia y siembran la esperanza pese a que se desconozca que va
hacer la niña, lejos de casa… tan personalizada en los migrantes muertos al
escapar de la tiranía horripilante de la pobreza con hambre y muerte.
El marcapáginas muestra un lugar importante, empero ausente
lo que reside entre líneas: Los grandes como Serrat, no escriben, no cantan, no
reclaman por uno, por una doctrina falsaria o el engaño de un miserable político.
¡Ellos cantan, escriben, gritan… por todos y cada uno de nosotros! Hasta que
los desapalabrados recojamos los pedazos de dignidad y asumamos el coraje de
que es mejor morir en la defensa de nuestra heredad que agonizar eternamente
bajo la bota del feroz tirano.
Tuxtla Gutiérrez, Chis, México, a
4 años del robo de las urnas
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