Textos en libertad
Reconocimiento en 2019 a Diana
Aspiros por 30 años y Antonio
Aspiros por 55 años
Por José Antonio ASPIROS VILLAGÓMEZPara Arcano Radio
Reconocimiento en 2019 a Diana
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Por José Antonio ASPIROS VILLAGÓMEZ
En memoria de mi amigo Víctor
García Solís,presidente del Club Primera Plana
en 1978-1980,a 15 años de su deceso (8-X-2005)
El próximo día 15 se celebrará en México el Día de la
Fraternidad Periodística mediante una ceremonia virtual, en la cual el Club
Primera Plana (CPP) entregará reconocimientos a unos 200 periodistas de todo el
país que han cumplido cinco o más lustros en el ejercicio de su profesión de
manera ininterrumpida.
Esta será la vigésima octava oportunidad en que el veterano
organismo gremial otorgue tan codiciado estímulo de colegas a colegas (en otra
ocasión nos referiremos al Premio Nacional de Periodismo y al Premio México), y
por primera vez no podrá ser presencial debido a la pandemia. En el pasado, y
por iniciativa de su entonces presidente Teodoro Rentería Arróyave, se le llamó
Comida de la Unidad Periodística cuando se llevaba a cabo precisamente a la
hora de los alimentos con el hasta la fecha invariable apoyo de la Federación
de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE) y su dirigente
Joel Ayala.
La primera entrega de reconocimientos fue en la Casa de la
Cultura ‘Jesús Reyes Heroles’ cuando Francisco Rodríguez Díaz presidió el CPP
(1992-1994), gracias al apoyo del delegado en Coyoacán, Carlos Salomón Cámara,
y de su director de comunicación social, Raúl Cruz Zapata, según relata el
libro Huellas en el tiempo (Instituto Politécnico Nacional, 2002, 135 páginas)
del veterano socio Eugenio Múzquiz Orendain, de cuyo deceso se cumplieron 15
años el pasado 26 de abril.
Dada la crisis sanitaria, para el año actual una opción que
tenía la directiva del Club Primera Plana -encabezada por el licenciado José
Luis Uribe- era aplazar hasta 2021 la entrega de reconocimientos, pero en
sesiones virtuales de trabajo con los asociados fue apoyada su iniciativa de
que se celebre a distancia, para cumplir con el ya tradicional compromiso de
reconocer y estimular a los colegas en sus quinquenios cumplidos.
En el pasado sí hubo la necesidad de diferir esta fiesta
gremial, cuando en 2001 fueron entregados en una sola ceremonia los
correspondientes a ese año y a 1999 y 2000. En esa ocasión, permítasenos el
dato personal, nos fue entregado por primera vez, por 35 años (y por 55 en 2019), dado nuestro debut profesional
en 1964, si bien ya escribíamos y publicábamos desde 1960 y celebramos en
privado esas seis décadas en la tecla.
Para este 2020, un comité ad hoc revisó los expedientes y
dictaminó sobre las solicitudes a fin de descartar las de personas ajenas a la
profesión, y el titular de la filial del Club en el estado de Chiapas, Mario
Luis Altuzar, se hizo cargo de la elaboración, rotulación y envío de todos los
reconocimientos, que ya fueron distribuidos entre los interesados para que los
exhiban en la ceremonia desde sus lugares de residencia.
Tradicionalmente, el que este año se llamará Día de la Fraternidad
Periodística ha tenido una gran capacidad de convocatoria, no solamente de
periodistas inscritos para ser reconocidos, sino de asistentes en general -más
de 500- a los actos respectivos, y esta vez (cubrebocas de por medio en caso
necesario) habrá también una nutrida concurrencia mediante sus computadoras.
Aun cuando cada ceremonia anual ha constituido un día de
fiesta para los periodistas mexicanos, las cada vez más difíciles condiciones
en que éstos ejercen su profesión se prestarán para que -como seguimiento de
los comunicados de protesta y reclamo dirigidos a las autoridades y a la
opinión pública- en los discursos se formulen nuevas exigencias a quienes
tienen el deber de garantizar la seguridad de los informadores a través de las
fiscalías y comisiones creadas formalmente para ello.
Porque, además de que en este año han sido asesinados 11
comunicadores y de 1983 a la fecha suman 332, incluidos familiares,
acompañantes y hasta escoltas, el periodismo en general -los medios y sus
trabajadores- pasa por momentos difíciles para el ejercicio de la libertad de
expresión, reprimida con amenazas, ejecuciones, hostigamiento y bloqueos
diversos, tanto desde diversos niveles del sector público, como de particulares
y grupos criminales. Por ello, será una fiesta amarga.
Manifiestos al margen, entre los pendientes que tiene el CPP
está el de actualizar su propia historia, contenida en Huellas en el tiempo,
con los importantes sucesos de las casi dos décadas siguientes a su
publicación, entre ellos celebrar el congreso que derivó en la fundación de la
Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos Fapermex), la titulación
como licenciados en periodismo de cientos de colegas -asociados o no- y la
creación de un Colegio Nacional.
En esa actualización habría que precisar fechas pues, por
ejemplo, el libro de Muzquiz Orendain menciona que el Club “fue constituido
legalmente” en 1960 (p. 6) y que su “creación formal… tuvo lugar en abril de
1961” (p. 10), pero que en 2002 cumpliría 44 años (p. 6).
Esto último, porque hay un documento reconocido por el CPP
como su acta de nacimiento, titulado Así fue y escrito por Miguel Tomasini
Salcedo, uno de sus fundadores y en su tiempo jefe de redacción de El
Universal, donde menciona a 1958 como el año de los primeros encuentros de los pioneros
del Club Primera Plana.
Otro proyecto es retomar la publicación de libros escritos por los socios, para lo cual habría un convenio de intercambio una vez que lo permitan las autoridades sanitarias a las universidades. Son aspectos en los cuales se trabaja en la actualidad, lo mismo que en la conformación del archivo histórico fotográfico.
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