jueves, 29 de agosto de 2019

El Terrorista AMLO


Arcano Político

* Política de exterminio de periodistas en México en el Horror de Obrador


Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ


Terrorista de Estado, es el término jurídico internacional aplicable a Andrés Manuel López Obrador, al “ahorrar” en algún lugar desconocido el 85 por ciento del presupuesto federal aprobado por la Cámara de Diputados, y dejar sin medicamentos a enfermos terminales en el sector salud y sin armas y parque a militares y policías.

“Ningún crimen de Estado se comete sin ensayar un discurso justificante”, escribe en la página 22 el juez, jurista, jurisconsulto, escribano y criminólogo argentino Eugenio Raúl Zaffaroni, de la al español de “El Crimen de Estado como objeto de la criminología”, por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

En el año 2000, los criminólogos Penny Green y Tony Ward, propusieron una definición de los crímenes de Estado que combina abiertamente tanto criterios normativos como descriptivos.
La definición es: “Un crimen de Estado es la desviación organizacional por parte de agencias del estado que involucra la violación de derechos humanos”, (Green &Ward, 2000).

Esta definición ha sido tomada por la Iniciativa Internacional de Crímenes de Estado (ISCI, www.statecrime.org) y por otros criminólogos (por ej. Faust &Carlson, 2011).

Sin embargo, el término “crimen de Estado” no se desarrolla dentro de ordenamiento legal internacional alguno; éste se utiliza de manera informal y engloba -usualmente para fines periodísticos o académicos- ciertas conductas descritas en los tratados internacionales como ilícitas.
Más avanzado se encuentra el concepto: Terrorismo de Estado, en donde el jurista español Ernesto Garzón define: "Un sistema político cuya regla de reconocimiento permite y/o impone la aplicación clandestina, impredecible y difusa, también a personas manifiestamente inocentes, de medidas coactivas prohibidas por el ordenamiento jurídico proclamado, obstaculiza o anula la actividad judicial y convierte al gobierno en agente activo de la lucha por el poder”. (Padilla Ballesteros, Elías. «El Terrorismo de Estado» https://bit.ly/2L7UoTk).

Tenemos así, que Andrés Manuel López Obrador “ensayó” desde campaña un discurso sistemático contra las administraciones pasadas señaladas sin pruebas de corrupción en donde él se asume como el único puro. Sí son corruptas deben eliminarse sus estructuras económicas y financieras que serán manejadas directamente por el puro.

Un botón de muestra del efecto reseñado por los medios de comunicación es el caso del Hospital Infantil de México Federico Gómez, que atiende a trescientos niños con cáncer, desde el 12 de agosto carece de un medicamento esencial, el metotrexato, para atender su mal y evitar su muerte porque la Cofepris tiene detenida su distribución, de lo que acusa al laboratorio Pisa que lo produce.

Es decir, que los niños están en riesgo de morir.

Pero las denuncias diarias en los 2 mil 458 municipios en 32 Estados sobre el desabasto de medicamentos, ausencia de infraestructura hospitalaria y el despido de médicos, enfermeras y personal administrativo de base, intenta explicarlos López Obrador como ataques de sus adversarios magnificados por la prensa conservadora.

Sostiene un discurso de odio contra los periodistas, es decir, los obreros de la información que obedecen órdenes de los magnates inversionistas de los medios de comunicación, a los que les ofrece y entrega en lo oscurito, millonarias partidas publicitarias lo que le permiten exigir la cabeza de los más críticos y negarlo públicamente.

El problema es mayor, porque al desacreditar y difamar a un periodista desde el paredón mediático del Salón Tesorería del Palacio Nacional, López Obrador activa el resorte de su ejército pejechairo de cerca de tres millones de personas en las redes digitales, que manejan otros nueve millones de robots, para magnificar el odio y rencor irracional contra los que duden o cuestionen y confirmen su fracaso.
En los ocho meses que López Obrador lleva en el gobierno, ha descalificado investigaciones periodísticas que revelaron comportamientos inadecuados de funcionarios de su gobierno o enfoques que no le gustan y por los que ha llenado a la prensa con adjetivos como “fifí”, “mentirosa”, “conservadora” o el “hampa del periodismo”, denunció The New York Times el 7 de agosto de 2019.

La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) y la Fepalc, consideran "una política de exterminio de periodistas en México" y llaman desde Madrid el 26 de agosto a todas las organizaciones de periodistas en el mundo y organismos internacionales "a mirar el horror que ocurre en México" y a exigir al presidente Andrés Manuel López Obrador una política de protección efectiva y la lucha frontal contra la impunidad.

Un sector con sus propias páginas web y supuestos portales independientes sin que se transparente el monto del gasto presupuestario que se triplicó desde el 1 de diciembre en relación al periodo inmediato anterior. Y lo más grave, que suma del 1 de diciembre al 16 de agosto, 20 periodistas asesinados.

Contrario al derroche en medios y redes sociales para profundizar el culto a la personalidad de López Obrador, el sector de seguridad reduce sus gastos en armas, municiones, instalaciones, viáticos y salarios de militares, marinos y policías, con la agravante de ordenarles no defenderse ante los criminales.

Suman 11 militares que ciegamente obedecieron la orden del Comandante Supremo y claudicaron su principal derecho humano, el derecho a la vida, así como 262 policías, que integran una estructura sin herramientas para haber impedido más de 20 asesinatos de inocentes mexicanos que están indefensos por órdenes presidenciales.

Hay más, pero con estos elementos tenemos que se reúne la clasificación de Terrorismo de Estado: Un sistema político cuya regla de reconocimiento permite y/o impone la aplicación clandestina, impredecible y difusa, también a personas manifiestamente inocentes.

Y cómo difícilmente se responderá a una denuncia en el sistema judicial mexicano controlado por magistrados allegados a López Obrador y en el Legislativo por estar controlado por sus empleados de su franquicia partidista MORENA, a los mexicanos nos queda acudir a la Corte Internacional de Justicia es el principal órgano judicial de la Organización de las Naciones Unidas.

Mientras algún abogado que ame a México o organización de litigantes que antepongan su interés personal al de la Nación, en forma personal denunciemos y enviemos correos electrónicos al presidente del órgano mundial, el somalí Abdulqawi Ahmed Yusuf; al portugués Antonio Guterres, secretario general de la ONU en https://www.un.org/es/contact-us/index.html o buscar otras instancias para nuestras denuncias.

Nos leemos en http://arcanoradio.blogspot.mx/, asociada a RNU y a RFI y afiliada a la Voz de América, otra forma de escuchar para ver el mundo en busca de la verdad, desde la cabina de transmisión Gilberto Armienta Calderón, en algún lugar del Cañón del Sumidero en el corazón de la otrora Selva Lacandona.

En las Redes:






No hay comentarios:

Publicar un comentario