El Auto Reconstructor ©, Cuento

Arcano Literario

Mario Luis Altuzar Suárez

Arcano Radio

…te duele?”, pregunta esa voz de cuerpo intangible. Escurre el sudor de la cabeza a la cara y la nuca ¡como una cubetada de agua! Gotea por el torso y el pecho recién esculpido. Sin distraerme en buscar el origen del sonido gutural, prosigo la ardua tarea de labrar mi cuerpo con cincel en mano izquierda y martillo en la derecha, concentrado en esa parte, a unos cuantos centímetros arriba del ombligo.

- “Debe doler mucho. ¡Tanto sudor!”, insiste al interrogar: “¿Por qué estás tan concentrado en esa parte del abdomen?” Le respondo: “Es una parte muy delicada y cualquier error, por mínimo que sea, es mortal de necesidad”. Se siente su respiración docta: “Por eso cambias el cincel por los sacabocados. ¡Bien! Es la parte media del cuerpo. Por lo que has avanzado, dejas una tercera parte de lo que era el volumen grasiento… ¡Eso es: Una lipo pero a la antigüita!” Es incontenible su carcajada que taladra los oídos.

Decido explicarle la importancia de esa zona corporal: “Es el ombligo. De aquí nace mi Cordón de Plata. El que conecta a mi cuerpo con la Gran Energía Universal. Lo que hace posible mantener el Soplo Divino que anima a lo que llamamos Mente y es el Centro de Mando de toda la materia. Si lo llegó, siquiera a rasgar, se fuga el Ánima, el Alma, y la maquina física cae desfallecida… ¡sin sentido!”

-“¿Solamente tú la tienes?” Escucha mi disertación: “¡No! No solamente yo la tengo. Lo tenemos todos. La diferencia es que no todos lo vemos, no todos los sentimos, pero desconocerlo no implica su ausencia, el no tenerlo. ¡Caminamos por el Sendero, como castrados! Nos convirtieron en los eunucos de la banalidad superficial del úsese para satisfacer falsas necesidades y, ¡tírese! Deséchese inmediatamente. En una vorágine que enceguece y se pierden los sentidos engañados de que ¡gozamos, disfrutamos los cinco sentidos! Cuando realmente, somos reducidos a gozar la angustia de estar encadenados al crédito que crece los intereses de la deuda infinita, clasificada en esos códigos de barras o su máxima expresión de complejidad, el Quick Response, en que se exalta la importancia de la evolución superior cuando, ¡oh, triste realidad!, nos han cosificado peor que en la esclavitud”.

- “¿Y así te liberas?”, me inquiere y le señaló que nuestra Ser, ese que han demonizado como el Ego y en algunos casos como el Súper Ego, es más que materia. Lo físico es una maquina finita, como un auto que necesita ingrese a su interior el conductor y opere los comandos para movilizarlo y dirigirlo. A ese operador le llamamos Mente, esa energía invisible en los espacios vacíos de las neuronas y su ramificación de 150 mil kilómetros de nervios”.

La obesidad, reflexiono, es el exceso de limitantes para reconectar libremente, las acciones de un dúo, cuerpo y alma, con el Espíritu. Y le digo a esa voz intangible: “Los mineros encuentran piedras de carbón que deben devastar, quitar, para encontrar en el interior el valioso diamante, esos átomos de ¡carbón cristalizado! Y nosotros lo hicimos a la inversa: El diamante divino lo cubrimos con el carbón de los vicios, esa soberbia, esa arrogancia, ese egocentrismo en que escondemos los resentimientos adoloridos y creemos olvidados sin aceptar que los tenemos bien guardados en el inconsciente y, sin que los percibamos, emergen en el momento menos indicado para imponernos las limitantes en el crecimiento personal en la cohabitación social y laboral”.

Siento que se va alejando mi propia voz en un espasmo que me espanta por la posibilidad de haber rasgado el Cordón de Plata más, ¡era el despertador! El timbre agudo que penetró mis oídos hizo callar mi sueño. Froto los ojos para ver mi espacio tridimensional del nuevo día. En el cerebro rebota la vibración que decodifico: “Comprende y ¡despierta! Trabaja en lo único importante en tu vida: “¡La auto reconstrucción!” Y le digo a mis tres cuerpos: ¿Qué les parece?

 

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, 4 de diciembre del 2024.

 

Hoy toca una foto a color ¿Qué les parece?