Textos en libertad
El autor de ‘Textos en libertad’ frente a la doctora Alicia Zorrilla y su esposo en la cafetería de la Facultad de Derecho, Universidad de Buenos Aires, 2011. |
Por José Antonio ASPIROS VILLAGÓMEZ
Para Arcano Radio
Ya lo dice el soneto de Ramón Alemán (lavadoradetextos.com):
El más excelso y
rígido escribiente / comete a veces ínfimos deslices / -en fin, también enormes
-¡qué narices!-; / si alguno lo negara es porque miente.
Por suerte existe un
gremio muy sensato / de tipos que con boli son felices / marcando fallos,
yerros y matices / que no captó el autor en su arrebato.
Son correctores, gente
imprescindible / para que un texto tenga labios sanos / y, libre del error, sea
legible.
No son perfectos
(todos son humanos), / pero su oficio, terco e invisible, / coloca libros
limpios en tus manos.
Esos, los correctores de estilo en idioma español de América
y España, seguramente están de plácemes porque una destacada formadora y
defensora de tal gremio profesional acaba de ser elegida como presidenta de la
Academia Argentina de la Lengua (AAL).
Se trata de la doctora en letras Alicia María Zorrilla,
quien dirige en Buenos Aires la Fundación Litterae donde se imparte la carrera
de corrector internacional de textos en lengua española, además de diversos
seminarios por especialidades destinados a correctores de escritos médicos,
académicos, jurídicos, periodísticos, de narrativa, traducciones y otros.
Su elección tuvo lugar el pasado 25 de abril en la
biblioteca ‘Jorge Luis Borges’ de la AAL, dos días antes de que ella atendiera
su compromiso de dirigir en Littreae una jornada de actualización sobre la
lengua española, que incluyó temas complicados para quienes aprendimos a
escribir -y lo hacemos-, entre ellos los usos correctos e incorrectos del
gerundio, tema al que dedica uno de sus numerosos libros.
Si bien el hecho de que la AAL creada en 1931 tenga por
segunda vez a una mujer como presidenta, pudiera ser poco interesante para
quien lea estas líneas, no ha de serlo en cambio para cuantos reclaman mayores
espacios para esa mitad de la humanidad que son las mujeres.
En México, una institución equivalente a Litterae como es la
Asociación Mexicana de Profesionales de la Edición (PEAC), fue fundada hace un
cuarto de siglo por otra mujer, la maestra Ana Lilia Arias, quien en la
actualidad es su directora y lleva adelante con éxito un diplomado avalado por
la UNAM y la Cámara de la Industria Editorial, así como otros cursos para
correctores y personas interesadas.
Las prendas académicas y profesionales de la doctora
Zorrilla son muchas y no se limitan a la corrección de textos, pero ese tema
fue el que acercó a las diversas organizaciones del gremio en América y España
para celebrar congresos internacionales, el segundo de ellos en Guadalajara,
Jalisco, durante la Feria Internacional del Libro de 2012, organizado por PEAC.
Fue la hoy presidenta de la AAL quien a través de Litterae
propuso celebrar cada 27 de octubre el Día del corrector en el aniversario
natal del humanista Erasmo de Róterdam, iniciativa a la que se sumó PEAC desde
2007 mediante un acto en las instalaciones del Club Primera Plana y luego
propuso denominar la fecha como Día internacional de la corrección de estilo.
Fue también la doctora Zorrilla quien organizó en la capital
de Argentina en 2011, el primer Congreso internacional de correctores de estilo
en lengua española, al que acudieron representantes de las asociaciones de
varios países del continente americano, además de España, y que al final
crearon una Alianza.
Debido a restricciones legales en su país, Litterae tuvo que
retirarse de la Alianza por la naturaleza internacional de esta. En 2013,
durante el sexto Congreso internacional de la lengua española, en Panamá, la
doctora Zorrilla definió a la corrección de estilo (que no se constriñe a la
ortografía) como una profesión, pero lamentó que en el ámbito libresco al
corrector “se le necesita, pero se le elude”. Por ello es probable que, desde
la presidencia de la Academia Argentina de Letras, dé mayores impulsos a esta
actividad.
En el terreno anecdótico, al tecleador le consta que a la
doctora Zorrilla y a su esposo les gusta el tequila, pues en 2011 les llevamos
de obsequio unas botellas de ese agave, que recibieron y disfrutaron con gran
contento porque su luna de miel fue en México y aquí conocieron la bebida
jalisciense.
A cambio, pudimos adquirir en sus instalaciones de Buenos
Aires algunos de sus diversos libros sobre la gramática del idioma en que nos
expresamos, comunicamos y a veces nos entendemos, los más de 400 millones de
seres en el mundo que tenemos al español como lengua materna.
Los correctores de estilo son necesarios en toda clase de
textos, aun los de autores célebres, y por ello les expresó gratitudes el Nobel
Gabriel García Márquez y a esa actividad se dedicaron en algún momento figuras
como -por ejemplo- José Emilio Pacheco en el famoso suplemento México en la
cultura; la escritora y traductora Ana García Bergua con el libro La casona de
Chimalistac, de Beatriz Scharrer, y en el trabajo periodístico, figuras del
diario Excélsior como Alfonso López Barrenquy -corrector de las secciones deportiva
y editorial- y Lázaro Montes, a quien muchos reconocieron su talento y apoyo,
pero -resentido por su ingratitud cuando salió de la cooperativa- Julio
Scherrer lo llamó “hombre de rincones (y) corrector de estilo sin pasión por la
belleza de las palabras”.
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