Cuento
…y lloramos
Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ
…se queja el decrépito sexagenario de una conspiración mundial en su contra! Daría risa la manera cínica de mentir con sonrisa dura que muestra su dentadura postiza, de no ser por la ejecución impune de un programa mortal de lesa humanidad. Lo más doloroso es la existencia de aplaudidores del despojo de una vida de bienestar a cambio de la miserable existencia y el robo del sistema productivo y alimentario.
Triste que se niegan a ver el acelerado crecimiento del desempleo y su secuela de hambre, prostitución, drogadicción, robos y asesinatos. ¡Asesina a la clase media y aumenta a los miserables buscadores de alimento en la basura! Encadenados a los bonos partidistas de frijol, tortilla y maíz con agua contaminada de la llave, ¡una vez al día!
Al que ambiciona un paquete de galletas le cortan las manos. Fue escándalo el fusilamiento de un adolescente para castigarlo por leer un libro con todos los juegos de mesa, que le distraía de su deber patriótico de servir a la Nación y a sus hermanos. En otras palabras: ¡Prohibido soñar con esos privilegios del neoliberalismo!
Y lo veo ahí, en cadena nacional, con esa fingida sonrisa endurecida para quejarse de ser víctima de una conspiración internacional que le impide profundizar las estructuras de cambio de régimen. Señala la falsedad del epíteto de comunista porque él es amigo del presidente de Estados Unidos al que diariamente le habla por teléfono.
Ta vez sea la única verdad del que se siente importante aunque es uno de los dos millones 271 mil 143 de apellido López en México. El comunismo se caracteriza por la propiedad en común, es decir, ¡todos son propietarios! Por lo tanto, es inexistente la división en clases sociales… sin cristalizar social y políticamente desde 1840 en que Karl Heinrich Marx y Friedrich Engels se autoproclamaron “comunistas”.
Y en el vigésimo año del tercer milenio se sufre el mortal despojo de propiedades, destrucción de infraestructura productiva, educativa, social, en donde nadie es dueño ni de sí mismo. ¡Son propiedad del quejumbroso!, sin descontar que puedes caer víctimas del llamado crimen organizado con liderazgos vinculados a dirigentes del partido del que se dice presidente.
Por lo tanto, la definición real de la caricatura de hombre, sería la un dictador terrorista que, se entiende, como aquél que se siente un soberano que recibe o se arroga el derecho de gobernar con poderes absolutos y sin someterse a ninguna ley. Eso es este hombrecito que fue porro universitario durante 14 años pagado por la Secretaría de Gobernación, adoctrinado en el principio del espionaje de “engañar con la verdad”.
Cómo aquella viejecita que a las seis de la mañana se sube al camión repleto de pasajeros y bambolea una talega negra que no sabemos lo que tiene dentro con su frase desdentada: ¡Cuidado con los huevos! Al reclamó de por qué arriesga así el producto avícola, responde: No los llevo aquí, en esta talega llevo ¡alfileres!
Y lloramos lágrimas negras al leer la carta de nuestra muerte por el dolor de los alfileres del hambre impuesto por un embustero que abusa de la cobardía de un pueblo.
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