Arcano literario
Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ
-…shshshshsh… ¡apaga tu música!... calladita la boca… ¡escucha!... ¿lo oyes?... es un sonido suave, terso… de deslizamiento de la piel con la tierra… ¡pies desnudos y diminutos!... shshshshsh… Cambia el sonido… es ahora como esos pasos lentos y bien medidos, ¡con sigilo!, como si fuesen felinos… shshshshsh… ¡toman velocidad!... es un sonido de tenis ¡a toda celeridad!... shshshsh… ¡Oh!... de nuevo, todo queda callado… agudicemos el oído… algo se prepara… ¡ya! ¡Qué sonidos tan melodiosos!... toc, toc, toc, reverberante… shshshshsh… parece que llegaron a su destino los femeninos tacones de aguja, porque se hace de nuevo una prolongada pausa… así calladitos como si degustáramos un exquisito biscocho, decodificamos el silencio y su lenguaje ¡tan hermoso!... ¿Lo entiendes?... ¡¿Cómo qué no lo captas?!... Tan difícil de adivinar? …shshshshsh… La línea de los sonidos es ¡inequívoca!... ¿Ya?... ¡Claro, hombre!... Si está bien clarito. Primero, pies descalzos, luego tenis y posteriormente ¡zapatillas!, no hay la menor duda… ¡Sí! ¡La mujer amanece en el parto del silencio y renace nuestra Palabra!... ¿La defenderemos o nos agachamos silenciados en el lenguaje del miedo?... ¡Es en esta madrugada, cuando llegó la hora prometida, fríos o calientes, defensores o detractores, porque a los tibios, ¡sí! Recuerda que a los tibios los vomitará de su boca!
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