Culto a la mediocridad ©, Cuento

Arcano Literario

Mario Luis Altuzar Suárez

Arcano Radio

…hace de su cuerpo un ovillo en la esquina oscura de la habitación. Las manos temblorosas jalan las rodillas al plexo solar y cae derrotada la cabeza. Antonio ya se siente solo, ¡se siente viejo y triste! “¿No tendré nunca un amigo?” y empezó a llorar desconsolado al carecer de respuesta la interrogante.

Recuerda los lapsos de vida en que creyó en la amistad “desinteresada, decían. Para descubrir que solamente era utilizado en la satisfacción de las ambiciones de esos y esas que se disfrazaban de una relación casi fraterna.

¡Ah, qué triste y desilusionante es confirmar que, en el entorno, lo “buena gente” para ganarse esa compañía, se confundía en otro concepto tan fuerte y que el diccionario, en una de sus definiciones, señala como “pelo que nace en el pubis y en las ingles”!

Su gran capacidad intelectual y su vasta cultura, adquirida al seguir ese consejo de “leer por lo menos diez minutos de lo que sea, poesía, novela, cuento, ensayo”, aunado a su reconocimiento a su profesionalismo en los medios de comunicación, era el imán de los envidiosos, ¡sí! De esos mediocres que le rinden a cada segundo de su miserable vida, homenaje al su talento.

Era cuidadoso de evitar ser usado como propagandista doctrinario de políticos, bueno, de politiquillos sin escrúpulos, habilidosos artistas de comer heces fecales sin hacer gestos. ¡Jamás pensó que el enemigo estaba más cercano! Allí, sentados frente a las máquinas de escribir, primero, y después en las computadoras, los que se decían “compañeros” de trabajo que convirtieron la sagrada misión de buscar la verdad, en la prosaica búsqueda del dinero rápido para hacerse de una vida confortable.

Fue duro aprender que el periodista es un lobo solitario: Los políticos que buscan usarlo como propagandista, los industriales aumentar sus ganancias al “vender” a los hombres y mujeres del poder, allí, en lo oscurito, las investigaciones reveladoras, y los compañeros… ¿compañeros?, feroces defensores de sus ingresos publicitarios y extra laborales, no tan éticos.

Paliar esa soledad de un trabajo en que varios presidentes que se sentía como vulgares “caciquillos de pueblo”, dueños de vidas y haciendas, ordenaron “desaparecerlo” a su Estado Mayor, militares que escondían su cobardía en “la obediencia debida”. Un mal ejemplo para sus virreyes llamados gobernadores y sus alcaldes, en la parte inferior de un sistema diseñado para saquear impunemente, los recursos económicos y naturales de un país dibujado geográficamente como el inagotable “cuerno de la abundancia” … ¿hasta que se acabó!

Una realidad tan dura cuando se asume la responsabilidad deontológica de vida y que buscó minimizar con su talento literario, un campo igual o peor al haberse convertido su estructura caciquil con el control de editoriales, becas, premios oficiales, conferencias y cualquier forma de reconocimiento o de ingresos económicos, que llevaron a la profundidad de la mediocridad, la cultura de toda una nación.

Así, decidió encerrarse en esa habitación, sin contacto con el mundo. ¿Para qué? Conforme pasan los años se profundiza más el culto a la ignorancia en donde se comercializa la mediocridad en el adoctrinamiento del escándalo: ¡Entre peor, más malo seas, alcanzas la fama y el poder económico! Y es en todos los sectores sociales y productivos, controlados por una política del despoblamiento que se maneja en algún lugar oculto por una minoría adoradora del tintinear del dinero y la repartición democrática de la miseria, el hambre y la muerte.

Y empezó a llorar desconsolado, ya no por su soledad personal, sino por la gran soledad del culto al individualismo en la Aldea Global.

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, 14 de noviembre del 2024.