* México se encuentra estable en
los últimos 30 años con bajos niveles
* El porcentaje de menores de 15
años que beben ha subido de golpe en 10 años
* Nuevo informe de la OCDE con
pruebas de que urgen políticas preventivas
De la mesa de Redacción Rafael
Castilleja
De Arcano Político
París, 12 de may.- Clasificaron el
consumo excesivo de alcohol como una de las principales causas de muerte y
discapacidad, mata a más personas en todo el mundo que el VIH/SIDA, la
violencia y la tuberculosis juntas. Pasó del octavo al quinto lugar. Lo más
grave es que aumenta entre los jóvenes, establece un nuevo informe de la OCDE.
En México se encuentran entre los
más bajos de los países de la OCDE y han permanecido relativamente estables
durante los últimos 30 años. En el 2012, se consumió en México un promedio de
5.7 litros puros de alcohol per cápita, en comparación con un promedio de 9.1
litros en los países de la OCDE. (Leer el informe sobre México).
La Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) alerta esta mañana del 12 de
mayo, que el consumo nocivo de bebidas alcohólicas está aumentando entre los
jóvenes y las mujeres en muchos países de la OCDE.
La causa, estima, se debe en
parte a que hay una mayor disponibilidad de bebidas alcohólicas, a precios más
asequibles y a una publicidad más eficaz, según un nuevo informe de la OCDE.
“El costo para la sociedad y para
la economía por el consumo excesivo de alcohol en todo el mundo es cuantioso,
sobre todo en los países de la OCDE”, señala el mexicano Angel Gurría,
Secretario General de la OCDE, al presentar el informe en París.
Añade: “Este informe ofrece
pruebas claras de que incluso las políticas caras para prevenir el consumo de
alcohol son rentables a largo plazo, y subraya la necesidad de que los
gobiernos actúen con urgencia.”
La mayor parte del alcohol es
consumido por el 20% de la población, que corresponde a los bebedores
empedernidos.
El problema es especialmente
grave entre los jóvenes quienes, junto con las mujeres y las minorías étnicas,
son los mercados objetivos del marketing y las promociones. Además, el
porcentaje de menores de 15 años que beben ha subido de golpe durante la última
década; del 30% al 43% para los niños, y del 26% al 41% entre las niñas.
En general, las personas con
mejor educación y más adineradas tienen más probabilidades de tomar bebidas
alcohólicas que otras. Pero es más probable que los hombres con menos educación
caigan en el consumo excesivo de bebidas alcohólicas; mientras que lo contrario
es válido para las mujeres, donde las que tienen un mejor nivel educativo son
más propensas a beber en exceso.
No obstante, el consumo excesivo
de alcohol está clasificado como una de las principales causas de muerte y
discapacidad, mata a más personas en todo el mundo que el VIH/SIDA, la
violencia y la tuberculosis juntas. Entre 1990 y 2010, el consumo nocivo del
alcohol pasó del octavo al quinto lugar como principal causa de muerte y
discapacidad en todo el mundo.
Cuatro de cada cinco personas se
beneficiarían al beber una unidad menos por semana; eso equivale a eliminar una
copa pequeña de vino o una medida individual de bebidas alcohólicas de alta
graduación, señala el informe. Un análisis del efecto de las políticas de
prevención contra el consumo de alcohol en Canadá, la República Checa y
Alemania revela que tomar medidas al respecto puede reducir las tasas de
consumo excesivo y de adicción crónica al alcohol del 5% al 10%.
Las políticas deben centrarse en
primer lugar en los bebedores empedernidos: los médicos de atención primaria
que identifiquen el abuso de alcohol pueden persuadir a los pacientes para que
empiecen a tratar el problema, así como una aplicación más rigurosa de las
leyes que limitan la conducción bajo los efectos del alcohol para reducir las
víctimas por accidentes de tránsito.
Pero se necesitan mecanismos más
amplios para complementar las medidas que se centran en los bebedores
empedernidos; por ejemplo, aumentar los costos a través de mayores impuestos, o
fijar precios mínimos a las bebidas alcohólicas más baratas. También ayudaría
una regulación más estricta de la publicidad de bebidas alcohólicas e invertir
más para educar a los jóvenes sobre los peligros que implica el consumo nocivo
del alcohol. Las iniciativas promovidas por la industria alcoholera también
pueden influir aunque se necesita más evidencia independiente de sus efectos.
El reporte de la OCDE en inglés:
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