miércoles, 29 de julio de 2015

Los Herederos, sincretismo místico de los Antiguos y Modernos Mexicanos

* Presentación cibernética del libro del escritor y periodista Altuzar Suárez
 * Se distribuye en las 15 librerías del mundo de la plataforma Amazon
 * Imperceptible la frágil línea de la leyenda con la realidad y el cuento
 * El viernes 28 de agosto se presentará en el Club de Periodistas de México 

Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ
De Arcano Político


Tuxtla Gutiérrez, 29 de jul.- Y así como los cuatrocientos mil transitaron un Camino de Enanos hasta llegar a este punto geométrico de las Nueve Estrellas, provenientes de las latitudes en los confines del planeta, conducidos hoy como ayer por la Gran Estrella. Y prepararon el Gran Regreso, el retorno a la Cola de la Serpiente de donde vinieron. ¡De dónde vinimos!, en el Principio de los Tiempos que, como todo comienzo también finaliza. Bautizando. Bautizándose en el Nuevo Comienzo.

Así comenzamos, con el fragmento del cuento La transmutación del retorno, la presentación de la compilación Los Herederos, siete cuentos desde Balún Canán y más, del escritor y periodista comiteco su amigo Mario Luis, servidor de ustedes, Altuzar Suárez, que se publica en la plataforma cibernética Create Space y se distribuye a partir de este 29 de julio en las 15 librerías digitales en el mundo de Amazon.

Les adelantamos que en la Sala Renato Leduc del Club de Periodistas de México, en Filomeno Mata número 8, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, a las 16 horas del 28 de agosto, precisamente en el 194 Aniversario de la Proclamación de la Independencia de Comitán de Guatemala y España, se presentarán las tres recientes obras publicadas digitalmente: La novela Nahual del Sexto Sol, el poemario Cánticos de cohabitación redentora y el libro de cuentos: Los Herederos, siete cuentos desde Balún Canán y más…


En el fragmento del cuento La transmutación del retorno, se refiere que los cuatrocientos mil transitaron un Camino de Enanos, para simbolizar el sincretismo de los soldados que organiza sobre el monte de Zemaraim Abías que significa Dios es mi Padre, para recuperar el reino de Israel en poder de Jeroboam, con la traducción de la palabra náhuatl Zapaluta, anexo en 1774 a Comitán dentro de la provincia de llanos y su primer nombre Balún Canán de origen Maya que se entiende como Lugar de las Nueve Estrellas.

Hay quien piensa que el primer nombre fue Chonab’, dado por los indígenas Kokom por allá del siglo XI, sin embargo, nosotros no estamos de acuerdo. ¿La razón? Bueno, que la palabra se deriva del verbo chono, y que se traduce como: vender. Por eso, chonab’ es el lugar donde se vende, donde la gente ofrece sus productos para vender o trocarlos, por lo que no es el nombre de una ciudad, con base al “Diccionario tojolabal-español idioma mayense de Chiapas” de Karl Heinz Herman Lenkersdorf Schmidt, filósofo, lingüista, escritor, teólogo berlinés radicado en México de 1973 al 2010 en que parte al astral.

Además, desprendemos de la investigación “Chonab’anel: transformaciones del intercambio y el comercio en la región tojolabal”, de los académicos Antonio Gómez Hernández y José Luis Escalona Victoria y publicado en 2007 por la Universidad Autónoma de Chiapas, el Chonab’ en lengua chañabal, se refiere a un lugar donde se vende, se realiza el trueque, una de las formas de adquirir y vender sin el uso del dinero. Y así, es en este sentido, se llamaba Chonab’ a Comitán, como también se puede inferir a la Gran Plaza o Gran Mercado en Las Margaritas o a la misma Tenochtitlan.

Los historiadores estiman que por el año 600 de nuestro tiempo, un nutrido grupo de indígenas tzeltales, fundan a Balún Canán como un pueblo maya-quiché, en una región baja que se halla al oriente de lo que hoy conocernos como Comitán de Domínguez, precisamente en un lugar denominado como La Ciénega colindante con el Río Grande. El nombre lo traducen la mayoría de expertos como Lugar de las Nueve Estrellas.

Con base en el estudio publicado por CONACULTA en 1997, “Savia india, floración ladina. Apuntes para una historia de las fincas comitecas (siglos XVIII y XIX)”, del doctor en antropología y etnohistoriador Mario Humberto Ruz, prevalece el origen tzeltal de Balún Canán que se traduce como Lugar de las Nueve Estrellas, por ser una lengua de prestigio, incluso entre los tojolabales.

Si consideramos que los mayas entendían al mundo como un lugar mágico, en donde residen seres de Luz, llenos de energía divina, en la unión del mundo tridimensional o material con el mundo celestial, no sería raro que las Nueve Estrellas impliquen a los Custodios del Universo, desde este punto geométrico en que cruza una vital línea energética del ser vivo que nos hospeda, la tierra.

Hechos históricos, cosmogónicos y religiosos que convergen con la responsabilidad histórica y literaria en el oficio del escribidor de Los Herederos, siete cuentos desde Balún Canán y más, si observamos el planteamiento en el prólogo de la decimotercera obra de nuestra autoría y leemos:

Dícese del Cuento con raíz latina, compŭtus que infiere contar, que es una “relación, de palabra o por escrito, de un suceso falso o de pura invención”, con base en la Real Academia de la Lengua, lo que nos lleva a pensar que esta forma literaria nació en las reuniones alrededor de fogatas nocturnas para contar historias llenas de suspenso, de lo mágico, y lo fantástico con una relación directa a lo religioso, mucho antes de que apareciera la escritura, para satisfacer la necesidad de conservar lo mismo que las tradiciones y el idioma, como el respeto a las normas ético-morales en la convivencia social y cultural, sin descartar la transmisión de sabiduría.

Según los entendidos, el primer antecedente podría ubicarse unos tres mil cincuenta años antes de nuestra Era, en los extractos de teorías de la Creación en los Textos de las Pirámides o Libro de lo mágico en la pirámide del faraón egipcio Unis, último de la V Dinastía, copiados de textos más antiguos. Otros aceptan el origen árabe en papiros de hace más de cuatro mil años. Y según la tendencia doctrinal geoestratégica pueden encontrar diversas teorías.

Un lugar mágico en donde apreciamos a Los Herederos de la riqueza mística de los Antiguos Mexicanos, sin percibirse la frágil línea entre la leyenda y la realidad, como lo planteamos en el siguiente Fragmento del cuento Mensajero de la Madrugada que escribimos en San Antonio, Texas, inspirados por mis nietos Nataly, Naylea y Emilio. Escribimos:

Camino a las Hibueras, nuestro Señor Águila que Cae, preocupado por la posibilidad de que se perdiera la Esencia de los Antiguos Mexicanos, en el Lugar de las Nueve Estrellas conoció secretamente a una mujer del lugar para sembrar la semilla en que perdurara el Alma de los que ahora son los Abuelos. Y en la Lacandonia se protegió la Heredad. Que ha llegado a la cuenta del tiempo de conocer, para mostrar que la grandeza de Meshico jamás desapareció y emerge en su esplendor para gloria de los Nuevos Mexicanos.


Nada es casual y todo es causal, nos legó Hermes Trismegisto, el Treces Veces Grande. Recordemos que en 1486 los aztecas bajo el mando del Tlatoani Ahuitzotl, conquistan a los zoques y someten a la floreciente Balún Canán, que incluso, le cambian el nombre tzeltal al náhuatl Komitl-tlán que significaría “Lugar de ollas” en donde Komitl es olla y tlan lugar y se descarta la interpretación de “Lugar de fiebres” porque en náhuatl se dice de la fiebre delirante tzontekontlalOlyotl y de tener fiebre kauAnia.

Por ello escribimos en el cuento Amanecer:

Para los atrapados en sinergias oscuras de la Teología de la Oscuridad, todo está perdido. Son los profanos de la Luz que se santiguan con migajas babilónicas. Dueños del miedo. Encarcelados en cuentas alegres de los escasos dueños, herederos del Becerro de Oro.

Se consuma la Conquista española al caer prisionero nuestro Señor Águila que Cae y con él la Gran Tenochtitlan el día "1 coatl" del año "3 calli" del mes Xocotlhuetzi, correspondiente al 13 de agosto de 1521 en el calendario gregoriano. Y en 1524 Hernán Cortés persigue a uno de sus principales capitanes, Cristóbal de Olid, y con su ejército y aliados tlaxacaltecas desde el 18 de septiembre de 1519, los esclavizados aztecas regresan a Komitl-tan.

La conquista española de Komitl-tlan la realiza en enero de 1528 Pedro de Portocarrero, enviado por el conquistador de Centroamérica, Pedro de Alvarado y Contreras. Sin embargo, será el 29 de julio de 1556 cuando el misionero dominico Diego Tinoco, con un grupo numeroso de tojolabales, cambia de la Ciénega al lugar actual, a la población y castellaniza el náhuatl Komitl-tlan al nombre Comitán, claro, le antecede el de un santo, San Pablo.

En 1625 se le cambia la denominación por la de Santo Domingo de Comitán, en honor a Santo Domingo de Guzmán fundador el 22 de diciembre de 1216 de la Orden de los Predicadores que se conocen con el nombre de Dominicos, pero el 29 de octubre de 1813 las Cortes de Cádiz, España, le conceden el título de ciudad de Santa María de Comitán.

Es aquí, cuando el 28 de agosto de 1821, Comitán proclama su independencia tanto de la Capitanía General de Guatemala como de España que después sumaría a todo el Estado de Chiapas y finalmente, el 3 de septiembre de 1915, se le agrega el apellido Domínguez, en memoria del liberal comiteco Belisario Domínguez Palencia, asesinado el 7 de octubre de 1913 por instrucciones del etílico jalisciense José Victoriano Huerta Márquez.


Con la publicación en las 15 librerías del mundo de Amazon, de Los Herederos, siete cuentos desde Balún Canán y más… su amigo Mario Luis, servidor de ustedes se suma a la conmemoración de la efeméride de la fundación oficial de Comitán, el 29 de julio de 1556, y ver la dramática contaminación de las más de 52 Lagunas de Montebello, escribimos en el cuento El sobreviviente:


“…arrancó a los grandes árboles orgullo de 500 años de una Selva Lacandona reducida al millón de hectáreas, la mitad de lo que alguna vez fue y jamás volverá a ser”.

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