jueves, 5 de septiembre de 2024

Magnificador ©, Cuento

Arcano Literario


Mario Luis Altuzar Suárez
Arcano Radio

…qué se oye? Parece que alguien llora. ¿Por dónde viene el sonido? ¡Ah! Allí está. Detrás de la cómoda. Sentada en el piso, acurrucada, con las rodillas pegadas a los hombros. Esconde la cabeza y el cabello lacio, largo, parece sucio. Al igual que las raídas telas que apenas cubre su delgado cuerpo de niña, que tiembla como si tuviese mucho frio, al ritmo de su llanto.

 Al sentir que me acerco, aprieta muy fuerte el ovillo físico en que se trata de alejarse del entorno. ¡Tanto dolor en ese pequeño templo sagrado en que se desarrolla un Ser de Luz! ¿Qué lo causó? Cada suspiro lastima al aire. Penetra mis oídos y el cerebro decodifica el sentimiento solidario de sumarme, de producir mis lágrimas que le acompañen, nos acompañen.

Todo sentimiento humano se contagia. Lo mismo la risa que el llanto. A menos que sea deshumanizado como… sí aquel agente de la policía de contraespionaje que al recibir un golpe soltaba la carcajada y pedía más agresiones físicas para ¡ser feliz! Una felicidad que seguramente causó mucha infelicidad en las personas que detuvo y condujo a esas mazmorras del edificio terrífico, por los gritos de las torturas a las que eran sometidos y él, tan contento.

Personas al servicio de los hombres y mujer del poder, sostenidos por el terror sembrado en la represión de los que exigen el culto a su personalidad ignorante y arrogante de la asustada masa social, mecanizada en una obediencia ciega de los endiosados por si mismos con el autoengaño de su infalibilidad, ¡tan ficticia! Tan ajena a la realidad.

Nadie puede escapar a la condición humana y su característica de caer en el error como la oportunidad de aprender y corregir en la escuela del eterno aprendiz que es, ni más ni menos, la vida misma. ¡Sentir el placer del fracaso porque nos permitirá saborear a plenitud el éxito!

Bueno, dejemos de lado esas disquisiciones porque, lo importante en este momento es atender a este frágil ser humano que me grita:

- ¡Tuviste la culpa de que se fuera mi mamá! Y Me dejara solita, en esta esquina de mi orfandad, porque así me siento, ¡huérfana! Me hace mucha falta.

Le acaricio la cabeza con la determinación de buscar a la mujer que me hizo enojar porque… ¿por qué? No lo recuerdo. Por lo tanto, debió ser una nimiedad que magnifiqué y me hizo olvidar que yo la elegí a ella, por ser un excelente ser humano. Y con el sabor de las lágrimas de la pequeña dolorosa, recapacito en acciones que afectan a los seres queridos. ¡Perdóname hija!

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, 5 de septiembre del 2024.

Hoy toca cuatro palabras.

Asustada, Llanto, Alejarse, Error.

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