Arcano Literario
Mario
Luis Altuzar Suárez
“…si
me ha salido al revés, no es culpa mía,sino
de los malos que me persiguen…”Capítulo XXVI, Don Quijote de la ManchaMiguel de Cervantes Saavedra(29 de sep 1547, Alcalá de Henares - 22 de abril de 1616, Madrid)
…ooohhh!”, grito de asombro del multitudinario infantil
cuando San Jorge clava su lanza en el corazón del dragón. Los ojos querían
salir de sus cuencas. Las bocas redondas, grandes, aspiran y exhalan el aire en
forma agitada. Las manos desnudas muestran el efecto de los 13 grados vespertinos
de un día otoñal en 1963, que, definitivamente, ni se siente en este apartado
lugar del mundo en que se concentran el calor y la agitación de cerca de cien
niños y niñas de entre 5 y 12 años de edad, en el teatro itinerante en el
Parque de Montsouris, en las Tullerias, en la capital del amor, ¡sí, en París, epicentro de Francia!
El selecto auditorio del teatro de marionetas se reunió por
la necesidad de los padres de separarse unas horas de los hijos, dejarlos en un
lugar seguro, para estar tranquilos y disfrutar sus emociones ese 6 de octubre,
en la 57ª edición de la clásica ciclista París-Tours con 130 ciclistas en 13
equipos registrados. Una lección de amor a mis escasos 7 años en la maravillosa
época cine en blanco y negro y el juego de canicas con el contacto directo de
la tierra: Hay ocasiones en que estorba lo que más se ama, pero, no por ello,
se deshace uno del preciado ser, sino que se crean espacios y tiempo breves de
cada uno para potencializar el amoroso reencuentro con nuevos elementos de
identificación.
¡Ah! Qué tiempos aquellos. Sin saberlo, los asombrados niños
en esta representación de la Leyenda de Jorge, un soldado de Capadocia al
servicio del emperador romano Diocleciano que abatió a un inmenso dragón y
liberó de su yugo a una ciudad o a todo un reino, y fue sacrificado por
defender su religión cristiana, éramos los protagonistas en el esfuerzo de
sobrevivir desde la Unión Internacional de la Marioneta, creada en 1961 y que
se renovó diez años más tarde en el Centro Nacional de Marionetas. Se
enfrentaba a la época de la pérdida de la inocencia esta manifestación
artística que puede perderse en la oscuridad del tiempo, ya que el cubano Freddy
Artiles, menciona un grabado de dos personas maniobrando con hilos a un muñeco Códice
Hortus Deliciarum en 1150.
De momento, estábamos allí los selectos espectadores de los
titiriteros, herederos en Francia de Jean Brioche, el seudónimo de Jean Datelin
que ejerció en París, en el sigo XVII, a los pies del Pont Neuf (Puente nuevo),
el más antiguo para atravesar el Sena por la punta occidental de Île de la Cité
(Isla de la Cité) en el corazón parisino. Y en el Tercer Milenio, veo como
atravesamos de la convivencia con las historias capturadas por el
fotoperiodista alemán-estadounidense Alfred Eisenstaedt, al otro lado ignoto de
la tecnología digital y su inteligencia artificial.
Ojalá y no por amor, nos deje lo tecnológico al otro lado
del espacio tridimensional y al tratar de reencontrarnos, se pierda en la frialdad
deshumanizada del olvido de lo que somos, de los que fuimos y ¿volveremos a
ser? ¡Cómo extraño el tiempo en que nos divertíamos con las marionetas sin que
nos convirtieran en los títeres del divertimento!
Tuxtla
Gutiérrez, Capital de Chiapas, 24 de octubre del 2024
No hay comentarios:
Publicar un comentario