Arcano Financiero
Especial para Arcano Radio
(foto: Alejandro Castellon/iStock by Getty Images) |
La solidez de la recuperación tras la COVID-19 dependerá de que los bancos tengan capital suficiente para dar crédito. Aunque al comenzar la pandemia la mayor parte de los bancos europeos contaban con niveles altos de capital, se encuentran muy expuestos a sectores económicos duramente afectados por la pandemia.
Un nuevo estudio del FMI analiza el impacto de la pandemia
sobre el capital de los bancos europeos a través de su efecto sobre la
rentabilidad, la calidad de los activos y las exposiciones al riesgo. Este
enfoque se diferencia de otros estudios recientes —del Banco Central Europeo y
de la Autoridad Bancaria Europea— porque incorpora las políticas de apoyo a los
bancos y los prestatarios. También incorpora estimaciones granulares de las
dificultades del sector empresarial y examina un número mayor de países y
bancos europeos.
El análisis concluye que, aunque la pandemia disminuya de
manera significativa el capital de los bancos, sus reservas son lo
suficientemente importantes como para resistir el probable impacto de la
crisis. Además, con las políticas adecuadas, los bancos podrán ayudar a la
recuperación con nuevos préstamos.
Tomando como base las proyecciones de enero de 2021 del FMI,
la zona del euro se comportará en general con resiliencia ante la profunda
recesión de 2020, a lo que seguirá una recuperación parcial en 2021. Se
proyecta que el coeficiente de capital agregado disminuya del 14,7% al 13,1% de
aquí a finales de 2021 si se mantienen las políticas de apoyo. Más aún, ningún
banco incumplirá el requisito de capital prudencial mínimo del 4,5%, incluso
sin políticas de apoyo.
Aun así, merece destacar al menos tres consideraciones
importantes.
En primer lugar, las políticas eficaces tienen importancia
Las políticas de apoyo son sumamente importantes para
reducir el grado y la variabilidad de la erosión del capital de los bancos.
Debilitan de forma sustancial el vínculo entre el shock macroeconómico y el
capital de los bancos, y disminuyen la posibilidad de que los bancos reduzcan
la concesión de préstamos para conservar capital. Además de la reducción de los
requisitos normativos de capital, estas políticas incluyen un amplio abanico de
medidas de apoyo a los prestatarios, como son las moratorias de la deuda, las
garantías de crédito y los procedimientos de insolvencia aplazados. También
incluyen donaciones, medidas de alivio tributario y subsidios salariales para
las empresas.
Fuera de la zona del euro, los bancos de las economías
emergentes de Europa sufrirían una erosión mayor del capital de 2,4 puntos
porcentuales. En muchos de estos países, los presupuestos públicos más
ajustados se traducen en un nivel de apoyo menor.
En segundo lugar, los umbrales de capital basados en el
mercado son las referencias más pertinentes.
Para muchos grandes
bancos, el capital híbrido —que contiene elementos de deuda y de capital— sería
una fuente importante de fondos en un momento en el que el costo del capital es
elevado. Pero los inversionistas en capital híbrido suelen confiar en pagos de
intereses.
Si las políticas no son eficaces, varios bancos podrían
tener dificultades para cumplir sus umbrales de capital conocidos como
«importes máximos distribuibles» (IMD), que son más altos que sus requisitos
normativos mínimos. Esto daría lugar a restricciones en la distribución de
dividendos y los pagos de intereses al capital híbrido, lo que posiblemente
espantaría a los inversionistas. Los bancos grandes, que mantienen
aproximadamente un 25% del capital en esos instrumentos, podrían verse
sometidos a presiones de financiamiento.
En tercer lugar, la velocidad de la recuperación es fundamental
Una recuperación dilatada podría resultar en pérdidas
crediticias mucho mayores y en provisiones más altas para deudas incobrables.
Si el crecimiento del PIB en 2020–21 se sitúa 1,2 puntos porcentuales por
debajo del pronóstico de referencia, la erosión del capital de los bancos
podría ser más pronunciada. Más del 5% de todos los bancos correría el riesgo
de incumplir sus umbrales IMD, incluso con las políticas establecidas. Además,
este porcentaje podría duplicarse si las políticas no funcionan como se proyecta
(véase el gráfico anterior).
Políticas para mantener la salud de los bancos
Estos resultados sugieren una estrategia que se centra en
los ámbitos siguientes:
Continuar con las políticas de apoyo por la pandemia hasta
que la recuperación esté firmemente consolidada. El desmantelamiento prematuro
del apoyo a los prestatarios podría crear «efectos acantilado» y amenazaría con
asfixiar la oferta de crédito justo cuando más se necesita. Cuando la
recuperación adquiera impulso, deben endurecerse los criterios de admisibilidad
y focalizarse mejor. También podría considerarse cierto apoyo directo en forma
de capital para las empresas viables.
Especificar las orientaciones de supervisión sobre la
disponibilidad y la duración de la reducción de los requisitos de capital. Los
supervisores deben especificar el calendario para las reservas de capital de
los bancos. Debe permitirse que los bancos reconstruyan las reservas de capital
de forma gradual para conservar la capacidad de préstamo. Deben mantenerse las restricciones
al reparto de dividendos y la recompra de valores hasta que la recuperación
esté bien en marcha.
Especificar las orientaciones de supervisión sobre la
disponibilidad y la duración de la reducción de los requisitos de capital. Los
supervisores deben especificar el calendario para las reservas de capital de
los bancos. Debe permitirse que los bancos reconstruyan las reservas de capital
de forma gradual para conservar la capacidad de préstamo. Deben mantenerse las
restricciones al reparto de dividendos y la recompra de valores hasta que la
recuperación esté bien en marcha.
Apoyar el saneamiento de los balances mediante el
fortalecimiento de la gestión de la morosidad de la cartera de préstamos y el
marco de resolución de los bancos. A medida que finalicen las medidas de
política, el retraso en el reconocimiento de pérdidas desencadenará una ola de
incumplimientos de créditos. Las autoridades de la UE deberían utilizar la
actual prueba de tensión de todo el sistema, programada para julio de 2021, para
analizar la necesidad de recapitalizaciones precautorias. Deben fortalecerse
los mecanismos de insolvencia, para lo que deben abordarse los obstáculos
administrativos y establecer procedimientos acelerados de reestructuración de
la deuda.
Abordar la cuestión de la baja rentabilidad estructural de los bancos. Los bancos necesitarán varios años para reconstruir su capital de forma interna mediante beneficios no distribuidos a menos que mejore su rentabilidad. Por tanto, los bancos deben mejorar sus ingresos no procedentes de intereses y simplificar sus operaciones para mejorar sus estructuras de costos, inclusive mediante un mayor uso de tecnologías digitales. Además, la consolidación podría mejorar la eficiencia de los bancos, al tiempo que facilitaría una mejor asignación del capital y la liquidez dentro de los grupos bancarios.
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