Arcano Político
Desplaza a más de 20 mil
chiapanecos a Guatemala el narcotráfico, ejército y guardias nacionales, ante
la displicencia del moreno Rutilio Escandón Cadenas, (des)gobernador preocupado
en inauguración de supuestas obras escolares y disfraza la violencia con
reportes del tiempo mientras que el presidente impuesto por Enrique Peña, niega
el baño de sangre.
Lo más preocupante, es que la supuesta
sucesora presidencial, profundiza el cuatrote del engaño y la negación,
mientras que el gobernador electo, el doitor Óscar Eduardo Ramírez Aguilar,
prepara en Ciudad de México el relevo gubernamental del 8 de diciembre con
grandes obras faraónicas de carreteras y teleféricos sin plantear una solución.
A la sangrienta violencia
atribuida a dos carteles de narcos, trasciende en redes sociales y
declaraciones de los 21 chiapanecos solicitantes de refugio en Guatemala, que
los muchachitos del chanco de Chencho les confirman la orden del usurpador de
Palacio, de que huya la población ante el abrazo a los narcos sin disparar una
bala.
El jueves 29 de enero, el Instituto
Guatemalteco de Migración (IGM) informó 21 personas desplazadas de México por
la violencia en Chiapas solicitaron refugio ante el Departamento de
Reconocimiento de Estatuto de Refugiado, en Cuilco, Huehuetenango. Se les
brindó la permanencia provisional.
Sam Woolston, periodista de la
revista Espejo de Culiacán, Sinaloa, publicó el 20 de agosto que según una
organización de derechos humanos consultados por InSight Crime, de enero a
julio de 2024 se registraron 12.771 víctimas de desplazamiento en Chiapas, lo
que supone un fuerte aumento con respecto a las 4.562 víctimas registradas en
todo el 2023.
¡Un crecimiento del 280 por
ciento! Con base en esas cifras que puede rebasar los 20 mil desplazados, por
la cifra gris que no se documenta y la llegada de miles de sicarios de los dos
carteles más importantes por su control del 80 por ciento del territorio
nacional, y que desfilaron en 11 municipios del Norte y cuando menos 35 de la
frontera de Chiapas.
El cartel fundado por el de
Baradiguato, Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, y su mamá Consuelo fue
la anfitriona en 6 ocasiones de Andrés Manuel López Obrador, instrumentó la
cobarde estrategia de reclutar a hombres, ancianos y niños para levantar
barricadas en el bloque de carreteras que impidan el paso de sus adversarios.
Incuantificable el número de bajas
civiles a manos de militares, guardias nacionales y el cartel Jalisco Nueva
Generación, en donde aprovechan los 30 grupos de paramilitares usados por el
gobierno estatal y finqueros desde 1995, desmovilizados en el dos mil y
reactivados sospechosamente al arribar al poder el tabasqueño López Obrador.
Todos operan en zonas controladas
por el ejército. Algunos de esos grupos son: Frente Civil, Los Tomates, Los
Plátanos, Los Chentes, Priistas Armados, Los Puñales, Alianza San Bartolomé de
los Llanos, Los Quintos. De esos grupos cuatro son los más importantes, Los
Chinchulines, Máscara Roja y el Movimiento Indígena Revolucionario
Antizapatista (MIRA), Desarrollo, Paz y Justicia.
En el mundo al revés del cuatrote
que parece proteger 95 concesiones mineras de minerales preciosos y
estratégicos, se recuerda que en 1982 los guatemaltecos huían del Programa Tierra
Arrasada del dictador Efraín Ríos Mont, recibidos y protegidos en Chiapas por
el Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU.
Sin embargo, el acuerdo fue
desconocido por Diana Torres, del Instituto Nacional de Migración y la maestra
del entonces presidente José López Portillo. Con apoyo del CISEN a cargo del
chiapaneco Sammy David David, el gobernador Juan Sabines Gutiérrez, el ejército
y las corporaciones policiacas, las dos mil 800 familias del primer acuerdo,
fueron expulsados y muertos por los kaibiles en los ríos fronterizos.
Ahora que los chiapanecos salvan
la vida con la hospitalidad de Guatemala al huir del emperadorcillo de abuelo
español indocumentado, de su empleado Rutilio Escandón Cadenas que permitió,
incluso, que el amante de su hija baleara a su yerno en la puerta de Palacio,
de narcos, ejército, guardias nacionales y paramilitares.
Lo mejor es que lo peor está por
venir, con el nuevo gobernador que amenaza con su Chiapanequidad, que significa
Chiapa Sin Valor, la profundización de esta sangría chiapaneca en lo particular
y de México en general, por confesar que irá de la mano de la que dice, ganó
por decisión de órganos electorales controlados por el aspirante al Maximato,
es decir, coronarse sin corona, como el Tercer Emperador.
Y, hasta la próxima.
mariolaltuzar@gmail.com
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