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Incendiado
el país. Debilitada la infraestructura pública y privada. Preparan el asalto
final contra la vida republicana democrática. La minoría impuesta por el
polanquense Enrique Peña Nieto, se ufana de una “transición histórica”. La
supuesta sucesora es clara: Quisieran que hubiera un deslinde de AMLO, no lo
voy a hacer. Es más, profundizará su “obra”
Sin
espacio para la esperanza. Será lo mismo, pero más barato, según su
perspectiva. Para los resignados administrados con su “esperanza” de un cambio,
se niegan a ver ese discurso de la construcción del segundo piso del cuatrote,
esa trampa que en su primera etapa inició el 1 de diciembre de 2018.
Ahora,
los “intelectuales”, guías de opinión, articulistas que se dicen desilusionados,
la verdad es se auto engañaron y se ensordecieron a la sentencia del usurpador
de Palacio: “No es un cambio de gobierno. ¡Es un cambio pacífico de régimen!”
¿No se entendió? ¡Desconocedores del lenguaje que supuestamente usan para
vivir!
Gobierno,
según la Real Academia de la Lengua, significa: “órgano del poder ejecutivo de
un Estado o de una comunidad política, formado por el presidente y los
ministros o consejeros”. Régimen, en cambio, es el “sistema político por el que
se rige una nación”. Es decir, que anunció a los ojos del mundo, la muerte del
México democrático.
Los
escribimos en tiempo y forma. Lo discutimos con “periodistas” del “análisis sobaquera”
por traer bajo el sobaco, la revista o periódico de moda. Nos reímos de las “maromas”
para explicar lo inexplicable, de los notables intelectuales de la tele. ¡Se
advirtió del desastre económico y social a manos de un psicópata, impune Caín! “Guerra
sucia”, dijeron.
Aplicado
el augusto principio de “engañar con la verdad”, adquirido en más de 7 años las
“islas” de la UNAM como “oreja” (informante) del Centro de Investigación y
Seguridad Nacional a cargo de la Secretaría de Gobernación, inició la tarea de
dividir a los mexicanos y exacerbar el odio sectorizado, menos sus asociados
intocables del crimen organizado.
Y así,
como en el asesinato de su hermano quedó fue impune con el gobernador priísta
de Tabasco, Manuel Rafael Mora Martínez, la toma de pozos petroleros en 1995
con Carlos Salinas de Gortari y el de la chequera más rápida Manuel Camacho
Solís, evadir un juicio político con Vicente Fox Quesada, se siente merecedor
de acabar con el país, ¡sin castigo!
¿Le
tienen miedo? Hay compañeros periodistas que dicen sentir miedo. ¡Hay razón! Han
sobrevivido al terrorismo mortal de poco menos de 90 y 50 desaparecidos. ¿Pero
ex presidentes? Una muestra es Felipe Calderón Hinojosa que, en España,
reconoce el “triunfo” de la candidata durante 5 años del palaciego, negándose a
aceptar el Mega Fraude.
¿Cuestión
de semántica? ¡No! Propalar la mentira el supuesto triunfo es apuntalar al “Cambiador
de Régimen” en percepción mundial. Mostrarse muy docto en señalar que se
desperdició a la Marea Rosa al ignorarse la formación de un partido nuevo, es
faltar a la ética y al amor a México, y dejar abierta la interpretación de que
realmente se le desperdició a él.
Los
protagonismos andan sueltos en un barco casi hundido. Alito se apodera eternamente
del PRI, en donde lo puso el recogedor de la basura histórica para controlar y
excluir a potenciales priístas, como el sonorense Manlio Fabio Beltrones
Rivera, discípulo del veracruzano desaparecido Fernando Gutiérrez Barrios, uno
de los tres pilares del sistema democrático mexicano, ¡el que infiltró agentes
aztecas en el socialismo y el imperialismo!
Se
saben “poderosos” el Titiritero y su Marioneta en la caricatura del breve Maximato
del “Jefe Máximo de la Revolución”, el “comunista” Plutarco Elías Calles, del 1
de diciembre de 1928, en el gobierno de Emilio Portes Gil como presidente
interino del país, hasta el 1 de diciembre de 1934, en que la leyenda dice, el
10 de abril de 1936 fue desterrado por el General Lázaro Cárdenas, aunque en
realidad, fue “jubilado” en un algún lugar de Nuevo León.
Y allí,
en la capital neoleonesa, en la Explanada de los Héroes en Monterrey, exclaman:
“el Rey ha muerto, viva el Rey”. Sin embargo, al “legado” de obras faraónicas,
supuesto crecimiento económico y social, solamente se registran 226 millones de
pesos en templetes de inauguraciones varias del Tren Maya, sobre costo del tren
suburbano al fallido AIFA por 4 mil 218 millones de pesos, gastan 208 millones
400 mil pesos en 38 espectáculos para chilangos, entre muchos otros rubros del
dispendio y el derroche para ocultar la profunda corrupción personal, familiar
y cómplices.
Lo
mejor es que lo peor está por venir: Lejos de deslindarse anuncia con bombo y
platillos que, esta forma de “gobernar” en el “nuevo Régimen”, se profundizará.
Y, hasta la próxima.
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