De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
Debilita al Estado mexicano la “profunda crisis de seguridad
que afecta gravemente los derechos humanos de su población”, establece en
Washington este martes 19 de junio, el informe de la Relatoría Especial para la
Libertad de Expresión de la CIDH y la Relatoría Especial de la ONU sobre la
Promoción y Protección de los Derechos a la Libertad de Opinión y Expresión.
Alarma el panorama ante las próximas elecciones están programadas
para julio de 2018 sin garantía para los electores con la agravante de que Jalisco,
Ciudad de México, Quintana Roo y San Luis Potosí, generan dudas sobre el
respeto a los derechos humanos con sus medidas letales a favor de las fuerzas
policiacas.
Presentaron el informe final conjunto sobre su misión a
México que evalúa la situación del derecho a la libertad de expresión en el
país y realiza recomendaciones para la protección de periodistas y la debida
investigación de los ataques sufridos por estos profesionales.
El informe conjunto fue presentado este martes 19 de junio
por el Relator Especial David Kaye, durante el Periodo Ordinario de Sesiones Nº
38 del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.
Los diplomáticos Las entidades visitaron el país entre el 27
de noviembre y el 4 de diciembre de 2017 a invitación del gobierno y
conversaron con 250 periodistas y representantes de la sociedad civil en 21 unidades
federativas diferentes.
La misión fue encabezada por el Relator Especial para la
Libertad de Expresión de la CIDH, Edison Lanza, en conjunto con el Relator
Especial sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y
de expresión de la ONU, David Kaye.
Se afirma que México atraviesa una profunda crisis de
seguridad que afecta gravemente los derechos humanos de su población. Uno de
los aspectos centrales de la crisis es el debilitamiento del Estado de derecho
y la gobernabilidad a nivel local que se ha extendido en el país, que facilita
y, al mismo tiempo, se ve exacerbada por homicidios, desapariciones y torturas.
Aunque el padecimiento es extendido, a menudo los hechos de
violencia se han dirigido a quienes son más indispensables para dar a conocer
la situación de conflicto e inseguridad, corrupción y criminalidad: los
periodistas.
Se trata de violencia que busca sofocar el debate público y
la participación cívica, que constituye un ataque general a la esencia de la
vida democrática en México a nivel local, estatal y nacional.
Durante la visita, los Relatores Especiales escucharon testimonios
reiterados sobre asesinatos y desapariciones, ataques físicos y psicológicos
contra medios de comunicación y otras formas de injerencia que tienen como
propósito dañar no solo a periodistas individuales sino además el derecho del público
a saber.
Los insuficientes datos, y aún así, dramáticos, reunidos por
la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ofrecen un panorama catastrófico
de la situación de los periodistas en México: desde 2010, 73 periodistas han
sido asesinados, 12 periodistas han sufrido desaparición forzada y hubo 44
intentos de asesinato.
Desde 2006, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha
registrado 52 ataques contra medios de comunicación.
En 2017, se registraron al menos 12 homicidios de periodistas.
Estos periodistas son Cecilio Pineda, Ricardo Monlui, Miroslava Breach, Maximino
Rodríguez, Filiberto Álvarez, Javier Arturo Valdez, Salvador Adame, Héctor Jonathan
Rodríguez, Cándido Ríos, Juan Carlos Hernández Ríos, Edgar Daniel Esqueda Castro
y Gumaro Pérez Aguilando.
Desde inicios de 2018 y hasta la época en que se redactó
este informe, fueron asesinados cinco periodistas: Carlos Domínguez, Pamela Montenegro.
Leobardo Vázquez; Juan Carlos Huerta and Alicia Díaz; y todavía se desconoce el
paradero del periodista Agustín Silva.
Muchos de los ataques han tenido como víctimas a periodistas
que informaban sobre corrupción, narcotráfico, colusión de funcionarios
públicos con la delincuencia organizada, violencia policial y temas electorales.
Se mencionó que El secuestro de periodistas sigue siendo una
modalidad extendida de agresión, usada a menudo como forma de intimidación,
para atemorizar a quienes pretenden investigar e informar sobre ciertas
cuestiones. En la mayoría de esas desapariciones forzadas, posteriormente el
periodista es hallado asesinado.
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