Arcano Político
* El Bronco aparece como la única y real opción de un golpe de timón en los destinos del país para convocar al trabajo y esfuerzo de todos y cada uno de los mexicanos, para recuperar nuestra libertad electoral, elegir nuestro destino económico y de desarrollo, para extirpar la corrupción con su secuela de impunidad criminal que nos atemoriza *
Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ
Hay mucho ruido. Ensordecedor. Anarquiza los pensamientos.
Oscurece la razón. Exacerba el instinto. Transforma la acción en reacción
mecánica. “¡Lléveselo!” Televisión, radio, internet, periódicos y revistas en
la agresiva oferta de mercado para imponer su producto y obtener la mayor
ganancia en la confusión política, cultural, económica y social.
Indefensos. Sin poder correr. Sin refugio alguno. A los
consumidores imbuidos de la cultura del menor esfuerzo, les está vedado
percibir el entorno y razonar en consecuencia. ¡No! Eso es sacrilegio y el
mayor de los pecados con base en el Canon del Libre Mercado Consumista,
contemplado en la Teología de las Transnacionales y su Globalización.
Desconocedores del Titiritero, sus tímpanos y retinas son hostigados
con cuatro productos de mercado. Les hacen creer que tienen capacidad de
elección. Supuestamente ejercen su Libre Albedrío, heredado en el Principio de
la Cuenta de los Días Actuales. Escurren los sofismas de las bondades de cada
producto que les beneficiará al adquirirlo.
Mañosamente, jerarquizan a los productos para inducir metódica
y subliminalmente, cuál de los cuatro es el mejor. Esa fórmula del Cuaternario
que nació en la filosofía adolorida en el rincón de una cantina: “Tú que viste
llorar de angustia, dime Paloma, por cual me voy”. Válida en 1988 y que en 2018
cambia de pájaro: “Dime gaviota…”
Coinciden las fechas: En 1970 eran dos candidatos, el
capitalino Luis Echeverría Álvarez y el tapatío Efraín González-Luna Morfín; en
1976 fue único el capitalino José Guillermo Abel López Portillo y Pacheco.
En 1982 fueron 7 con el colimense Miguel de la Madrid
Hurtado, el coahuilense Pablo Emilio Madero Belden, el sinaloense Arnoldo
Martínez Verdugo, Ignacio González Golláz, la coahuilense Rosario Ibarra de
Piedra, Cándido Díaz Cerecedo y el hidrocálido Manuel Moreno Sánchez.
Tiempo de la abundancia electoral que prosigue en 1988 con el
que se sentía de Agualeguas, Nuevo León, Carlos Salinas de Gortari, el
capitalino Cuauhtémoc Lázaro Cárdenas Solórzano, el sinaloense Manuel de Jesús
Clouthier del Rincón, el michoacano Gumersindo Magaña Negrete, repite la
coahuilense Rosario Ibarra de Piedra y el veracruzano Heberto Castillo Martínez.
En 1994 son 9 los candidatos aunque solamente 3 inauguran
los debates presidenciales; Cuauhtémoc Cárdenas, Ernesto Zedillo y Diego
Fernández de Cevallos. En 2000 participan los 6 presidenciables en el primer debate
y en el segundo solamente Vicente Fox Quesada, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y
Francisco Labastida Ochoa.
Para el 2006 faltó en el primer debate faltó Andrés Manuel
López Obrador y participó en el segundo con Felipe Calderón, Roberto Madrazo
Pintado, Patricia Mercado del Partido Social Demócrata y Roberto Campa Cifrián.
Finalmente en 2012 ya se ajustó la democracia mexicana a 4
aspirantes y sus dos debates con el escándalo de una presentadora: Josefina
Vázquez Mota, Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y Gabriel Quadri
de la Torre.
Las empresas encuestadoras difirieron pero en general dieron
como perdedor al priista Enrique Peña Nieto y ganador al del PANAL Gabriel
Quadri de la Torre.
Medios de comunicación que se sienten la Mediocracia
hacedora de presidentes en contubernio con la Partidocracia usurpadora de la
autoridad electoral en el Instituto Nacional Electoral, acorde a la moda
internacional sin convicción nacional, improvisaron un producto nuevo para el
2018: Las candidaturas independientes.
Con la idea de que el fracaso económico, político y social por
la connivencia entre el Crimen Organizado con los 3 niveles de gobierno con los
escándalos de corrupción y saqueo de las arcas nacionales, impediría el triunfo
de un candidato del PRI en el gobierno, se propone la fórmula independiente
para lanzar a un funcionario apartidistas que sería adoptado como su “candidato
ciudadano” por el PRI y consumar el engaño absoluto.
Se deja libre la comercialización de la imagen de los
candidatos en las encuestas al 0.00001 por ciento del padrón electoral de 89
millones de votantes, concentradas las preguntas amañadas a sectores o regiones
económicas y sociales que presenten perfiles acordes al producto a vender al
público y al aspirante.
La burbuja de la imagen creada ficticiamente por la
Mediocracia, empero, sufre una agravante: Los robots en cuentas de redes
sociales y páginas web fantasmas en internet, que eluden cualquier
fiscalización nacional al abrirse en otros países, con nombres falsos o
clonados.
Tan sólo a AMLO se le detectaron dos millones de robots y
millón y medio de seguidores reales. Es decir, que si el personal contratado
por el nieto y el yerno de la comiteca Elba Esther Godrillo Morales, votará a
favor de sus patrones, el tabasqueño tendría millón y medio de votos, más 150
mil de los que permanece en su padrón electoral, sumaría apenas un millón 650 mil
votos de los 18 millones de sufragios que requiere para ganar la presidencia el
1 de julio.
Por ello se intensifica el ruido en las redes sociales y
páginas web de internet, en las falsas promesas de campaña para “conmover” al
electorado, según las técnicas del nazi Paul Joseph Goebbels y seguir sus
instrucciones, de ser necesario, para copiar la Noche de los Cuchillos Largos
que les victimicen y reciban el voto de la desgracia.
A la pregunta de qué hacer para evitar ser víctimas de la agresiva
y superficial venta de los candidatos, emerge la respuesta con principios
metafísicos: Silenciar el entorno, dejar la mente en blanco, allegarse
información real de los candidatos y buscar la afinidad o identificación
personal con el que debe recibir nuestro sufragio.
En este punto y para nosotros, El Bronco aparece como la
única y real opción de un golpe de timón en los destinos del país para convocar
al trabajo y esfuerzo de todos y cada uno de los mexicanos, para recuperar
nuestra libertad electoral, elegir nuestro destino económico y de desarrollo,
para extirpar la corrupción con su secuela de impunidad criminal que nos
atemoriza.
Los demás entregan incoherentes propuestas tan superficiales
que se entiende, es la oferta de un cambio para que nada cambie y sigamos
resignadamente al cadalso del hambre y
la miseria, favorable a la Teología de la Transnacionalización y sus Cánones
del Libre Mercado con el sofisma religioso de que, ni modo, nacimos pobres y
morimos pobres.
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