De la Mesa de Redacción
De CERIGUA
La política de “tolerancia cero” de Estados Unidos para
separar a los padres migrantes de sus hijos no es más que “una tortura”, la
cual dejará una mancha imborrable en la imagen de ese país, aseguró Amnistía
Internacional (AI).
La medida es espectacularmente cruel: arranca a niños y
niñas aterrorizados de los brazos de sus padres para llevarlos a centros de
detención abarrotados que son, a efectos prácticos, jaulas; eso no es otra cosa
que tortura, declaró Erika Guevara Rosas, directora para las América de AI.
Desde que el Fiscal General Jeff Session anunció, el 6 de
abril de este año, la “política de tolerancia cero para la entrada ilegal
delictiva”, las autoridades de ese país han separado a más de 2 mil menores de
edad de sus padres o tutores, en la frontera con México.
No obstante, las estadísticas a las que han tenido acceso
los medios de comunicación indican que posiblemente sean varios miles más las
familias migrantes separadas por el gobierno de Donald Trump, incluso antes de
que se empezar a aplicar esta política.
La organización recalcó que estas acciones violan de
múltiples formas los derechos de las niñas y niñas, pues se les detiene, se les
separa de sus padres o tutores y se les expone a un trauma innecesario que
podría afectar a su desarrollo.
El gran sufrimiento mental que las autoridades han infligido
deliberadamente a esas familias para coaccionarlas implica que esos actos se
corresponden con las definiciones de tortura, tanto de la legislación
estadounidense como del derecho internacional, aseguró Guevara.
No hay ninguna duda de que la política del gobierno del
presidente Trump de separar a madres y padres de sus hijos e hijas se ha
diseñado para infligir un gran sufrimiento mental a esas familias, para disuadir
a otras de tratar de buscar protección en Estados Unidos, agregó la directora
para las Américas de AI.
La organización indicó que recientemente entrevistó a 17
padres y madres que esperaban obtener asilo y que fueron separados forzosamente
de sus hijos e hijas este año; en todos los casos, salvo en tres, habrían
ingresado legalmente a Estados Unidos para solicitar asilo.
Guevara aseguró que las declaraciones de Trump “suenan
falsas”, pues esta “práctica cruel e innecesaria” no se aplica solo a las
familias que cruzan las fronteras de manera irregular, sino también a aquellas
que buscan protección en los lugares de ingreso.
La mayoría de estas familias huyeron a ese país en busca de
protección internacional ante la persecución y violencia selectiva en el
Triángulo Norte de Centroamérica, donde sus propios gobiernos carecen de
voluntad o de capacidad para protegerlas.
Las imágenes repugnantes de niños y niñas cruelmente
separados de sus padres y encerrados en jaulas como consecuencia de la política
de “tolerancia cero”, dejará una mancha imborrable en la reputación de ese
país, aseguró AI.
La organización pidió al gobierno estadounidense que ponga
fin inmediatamente a esta política de separación “forzosa innecesaria,
devastadora e ilegitima”, y a reunificar lo antes posible a las familias a las
que se haya separado.
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