jueves, 4 de abril de 2019

Abordar la corrupción en el gobierno


Por Vitor Gaspar , Paolo Mauro y Paulo Medas
En el FMI Director del Departamento de Asuntos Fiscales, Director Adjunto del Departamento de Asuntos Fiscales y Subjefe de División en el Departamento de Asuntos Fiscales
Para Arcano Radio


Ningún país es inmune a la corrupción. El abuso del cargo público para obtener ganancias privadas erosiona la confianza de las personas en el gobierno y las instituciones, hace que las políticas públicas sean menos efectivas y justas, y desvía el dinero de los contribuyentes de las escuelas, carreteras y hospitales.

Mientras que el dinero desperdiciado es importante, el costo es mucho más. La corrupción corroe la capacidad del gobierno para ayudar a crecer la economía de una manera que beneficie a todos los ciudadanos.

Pero la voluntad política de construir instituciones fuertes y transparentes puede cambiar el rumbo contra la corrupción. En nuestro nuevo Supervisor fiscal, destacamos las políticas y las instituciones fiscales, como la administración tributaria o las prácticas de adquisiciones, y mostramos cómo pueden combatir la corrupción.

La corrupción ayuda a evadir impuestos


Analizamos más de 180 países y encontramos que más países corruptos recaudan menos impuestos, ya que las personas pagan sobornos para evitarlos, incluso a través de lagunas fiscales diseñadas a cambio de sobornos. Además, cuando los contribuyentes creen que sus gobiernos son corruptos, es más probable que evadan el pago de impuestos.

Mostramos que, en general, los gobiernos menos corruptos recaudan un 4 por ciento del PIB más en ingresos fiscales que los países con el mismo nivel de desarrollo económico con los niveles más altos de corrupción.

Las reformas de unos pocos países generaron ingresos aún más altos. Georgia, por ejemplo, redujo significativamente la corrupción y los ingresos fiscales se duplicaron con creces, aumentando en 13 puntos porcentuales del PIB entre 2003 y 2008. Las reformas de Ruanda para combatir la corrupción desde mediados de la década de los 90 dieron sus frutos, y los ingresos fiscales aumentaron en 6 puntos porcentuales del PIB .

La corrupción también impide que las personas se beneficien plenamente de la riqueza creada por los recursos naturales de su país. Debido a que la exploración de petróleo o minería genera enormes ganancias, crea fuertes incentivos para la corrupción. Nuestra investigación muestra que los países ricos en recursos, en promedio, tienen instituciones más débiles y mayor corrupción.

La corrupción desperdicia el dinero de los contribuyentes.


El Monitor Fiscal muestra que los países con niveles más bajos de corrupción percibida tienen significativamente menos desperdicio en proyectos de inversión pública. Estimamos que las economías de mercados emergentes más corruptas desperdician el doble de dinero que las menos corruptas.

Los gobiernos desperdician el dinero de los contribuyentes cuando lo gastan en sobrecostos debido a sobornos o licitaciones en la contratación pública. Entonces, cuando un país es menos corrupto, invierte dinero de manera más eficiente y justa.

La corrupción también distorsiona las prioridades del gobierno. Por ejemplo, entre los países de bajos ingresos, la proporción del presupuesto dedicado a la educación y la salud es un tercio menor en los países más corruptos. También impacta la efectividad del gasto social. En los países más corruptos, los estudiantes en edad escolar tienen calificaciones más bajas en los exámenes.

La corrupción también es un problema en las empresas estatales, como las compañías petroleras de algunos países y los servicios públicos como las compañías eléctricas y de agua. Nuestro análisis sugiere que estas empresas son menos eficientes en países con altos niveles de corrupción.

Donde hay voluntad política, hay un camino.


La lucha contra la corrupción requiere voluntad política para crear instituciones fiscales sólidas que promuevan la integridad y la rendición de cuentas en todo el sector público.

Sobre la base de la investigación, aquí hay algunas lecciones para que los países los ayuden a crear instituciones efectivas que reduzcan las vulnerabilidades a la corrupción:

Invertir en altos niveles de transparencia y escrutinio externo independiente. Esto permite a las agencias de auditoría y al público en general proporcionar una supervisión efectiva. Por ejemplo, Colombia, Costa Rica y Paraguay están utilizando una plataforma en línea que permite a los ciudadanos monitorear el progreso físico y financiero de los proyectos de inversión. Noruega ha desarrollado un alto nivel de transparencia para gestionar sus recursos naturales. Nuestro análisis también muestra que una prensa gratuita mejora los beneficios de la transparencia fiscal. En Brasil, los resultados de las auditorías impactaron las perspectivas de reelección de los funcionarios sospechosos de mal uso del dinero público, pero el impacto fue mayor en las áreas con estaciones de radio locales.

Instituciones de reforma. Las posibilidades de éxito son mayores cuando los países diseñan reformas para abordar la corrupción desde todos los ángulos. Por ejemplo, las reformas a la administración tributaria tendrán un mayor beneficio si las leyes tributarias son más simples y reducen el margen de discreción de los funcionarios. Para ayudar a los países, el FMI ha desarrollado diagnósticos exhaustivos sobre la calidad de las instituciones fiscales, incluida la gestión de la inversión pública, la administración de ingresos y la transparencia fiscal.

Construir un servicio civil profesional. La contratación y el pago transparentes y basados ​​en el mérito reducen las oportunidades de corrupción. Los jefes de agencias, ministerios y empresas públicas deben promover un comportamiento ético al establecer un tono claro en la parte superior.

Manténgase al día con los nuevos desafíos a medida que evoluciona la tecnología y las oportunidades para el mal. Concéntrese en áreas de mayor riesgo, como adquisiciones, administración de ingresos y gestión de recursos naturales, así como controles internos efectivos. En Chile y Corea, por ejemplo, los sistemas electrónicos de adquisición han sido herramientas poderosas para reducir la corrupción al promover la transparencia y mejorar la competencia.

Más cooperación para combatir la corrupción. Los países también pueden unir esfuerzos para hacer más difícil que la corrupción cruce las fronteras. Por ejemplo, más de 40 países ya han declarado como delito que sus empresas paguen sobornos para obtener negocios en el extranjero bajo la convención anticorrupción de la OCDE. Los países también pueden realizar agresivamente actividades contra el lavado de dinero y reducir las oportunidades transnacionales para ocultar dinero corrupto en centros financieros opacos.

Frenar la corrupción es un desafío que requiere perseverar en muchos frentes, pero uno que paga grandes dividendos. Comienza con la voluntad política, fortaleciendo continuamente las instituciones para promover la integridad y la rendición de cuentas, y la cooperación global.

No hay comentarios:

Publicar un comentario