Trabajo
de laboratorio analizando
antibióticos
ante una infección resistente.
ONU/Mark
Garten
Por Laura QUIÑONES
Periodista de nuestra asociada RNU
Trabajo
de laboratorio analizando
antibióticos
ante una infección resistente.
ONU/Mark
Garten
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Para 2050, hasta 10 millones de personas podrían perder la
vida cada año a causa de la resistencia antimicrobiana. Además, la economía
corre el riesgo de hundirse a un nivel “catastrófico” empujando a 24 millones
de ciudadanos a la pobreza extrema.
Se necesita una acción inmediata, coordinada y ambiciosa
para evitar una crisis de resistencia a los medicamentos potencialmente
desastrosa, alerta un nuevo informe de la ONU elaborado junto a varias agencias
internacionales y expertos.
Si no se toman medidas, para 2050 las enfermedades
resistentes a los medicamentos podrían causar 10 millones de muertes cada año y
dañar la economía hasta un nivel catastrófico como la crisis del 2008. Además,
la resistencia antimicrobiana también podría empujar unos 24 millones a la
pobreza extrema para entonces.
Actualmente, al menos 700.000 personas mueren anualmente por
infecciones farmacoresistentes, entre ellas 230.000 por una tuberculosis que no
reacciona a los medicamentos. Mientras tanto cada vez más y más enfermedades
que eran “comunes” tales como infecciones respiratorias, urinarias y de
transmisión sexual se están convirtiendo en imposibles de tratar.
Al mismo tiempo, procedimientos médicos que salvan vidas se
vuelven cada vez más riesgosos y los sistemas de alimentación más precarios.
“La resistencia a los antimicrobianos es una de las mayores
amenazas que enfrentamos como comunidad global. Este informe refleja la
profundidad y el alcance de la respuesta necesaria para frenar su aumento y
proteger un siglo de progreso en salud”, asegura la vicesecretaria general de
la ONU Amina Mohammed.
Mohammed enfatiza que "no hay tiempo para esperar”, e
insta a todas las partes interesadas a que sigan las recomendaciones del
informe y trabajen urgentemente para proteger a la gente y asegurar un futuro
sostenible para todos.
La vicesecretaria de la ONU habla ante
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¿Qué se puede hacer?
Según el informe el mundo ya está sintiendo las
consecuencias tanto económicas como de salud debido a las medicinas que pierden
su efectividad, y si los países no invierten en todos los niveles de la
sociedad, las futuras generaciones tendrán que enfrentar un impacto desastroso
por la resistencia antimicrobiana.
Reconociendo que la salud humana, animal y alimentaria están
estrechamente interconectadas, el informe pide un enfoque coordinado y
multisectorial y recomienda a los países:
Dar prioridad a los planes de acción nacionales para ampliar
la financiación y los esfuerzos de creación de capacidad;
Implementar sistemas regulatorios más sólidos y programas de
concientización de apoyo para el uso responsable y prudente de los antimicrobianos
por parte de profesionales en humanos, animales y sanidad vegetal;
Invertir en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías
que combatan la resistencia antimicrobiana;
Eliminar gradualmente el uso de antimicrobianos de
importancia crítica en la agricultura.
Las recomendaciones necesitan ser implementadas
inmediatamente por todos los sectores de la sociedad: público, privado, la
sociedad civil y la academia.
“Las recomendaciones del informe reconocen que los
antimicrobianos son críticas para salvaguardar la producción de alimentos, su
seguridad y comercio, la salud humana y la animal", dijo José Graziano da
Silva, director general de Organización de la ONU para la Alimentación y la
Agricultura.
"Estamos en unpunto crítico en la lucha para proteger
algunos de nuestros medicamentos más esenciales. Este informe hace
recomendaciones concretas que podrían salvar miles de vidas cada año",
dijo el Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial
de la Salud.
Algunos datos importantes
Los antimicrobianos son fundamentales para luchar contra las
enfermedades humanas y de los animales, las plantas y los cultivos. Sin
embargo, el aumento de la resistencia a estos fármacos está poniendo en riesgo
un siglo de avances en materia de salud humana, haciendo mucho más difícil el
tratamiento de infecciones comunes y aumentando el riesgo de intervenciones
médicas que salvan vidas humanas.
Al mismo tiempo hay una carencia de innovaciones
científicas, en gran parte debido a las deficiencias del mercado, y son
demasiado pocos los nuevos antimicrobianos, vacunas, pruebas diagnósticas y
alternativas a los antimicrobianos para uso humano, animal o vegetal que se
encuentran en fase de investigación y desarrollo.
Aunque la resistencia a los antimicrobianos puede aparecer
de forma natural, el uso indebido y excesivo de estos fármacos en los humanos,
los animales terrestres y acuáticos, las plantas y los cultivos está acelerando
mucho su aparición y propagación. En la salud humana, las malas prácticas de
prescripción y la inobservancia de los tratamientos por parte de los pacientes,
las deficiencias en la reglamentación y la supervisión, en particular con
respecto a la venta sin receta, y la proliferación de antimicrobianos
falsificados y de calidad subestándar son factores que contribuyen al problema.
El uso de antimicrobianos para fomentar el crecimiento y
prevenir de forma sistemática las enfermedades en animales y cultivos sanos sin
indicaciones apropiadas y en ausencia de buenas prácticas agropecuarias para
prevenir enfermedades infecciosas en las granjas también está contribuyendo a
la aparición y propagación de la resistencia a los antimicrobianos.
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