miércoles, 3 de marzo de 2021

Eliminar carbón de la red eléctrica, el paso más importante para reducir el cambio climático

Arcano del medioambiente

Parece un mensaje directo para el mexicano AMLO

Minas de carbón afuera de Samaca, en Colombia. Banco Mundial

Esto significa que el uso global de carbón en la generación de electricidad debe para 2030 caer un 80% por debajo de los niveles en los que se usaba en 2010. Además, no es solo una medida ambiental adecuada, también lo es económicamente hablando: más de la mitad de la capacidad renovable agregada en 2019 logró menores costos en la generación de energía que las nuevas plantas de carbón más baratas.

De la mesa de redacción
De nuestra asociada Radio Naciones Unidas

En su intervención ante la Cumbre Global de la Alianza para Eliminar el Carbón, auspiciada por el Reino Unido, el Secretario General de las Naciones Unidas explico que, en el último año, en medio de una pandemia, muchos dirigentes de los sectores público y privado se comprometieron para alcanzar cero emisiones netas para mediados de siglo.

Este impulso en favor del clima “ofrece una cierta esperanza”, aseguró António Guterres que, sin embargo, recordó que el viernes pasado, la secretaría de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático publicó un informe cuyas conclusiones “no fueron buenas”, pues los países están muy lejos de cumplir el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global por debajo de los 2 grados centígrados, e idealmente en los 1,5 grados centígrados.

Senador de MORENA por Coahuila, Zar del Carbón,
Armando Guadiana Tijerina, beneficiario de AMLO

“Tenemos un largo camino por recorrer”, aseguró el titular de la ONU, pero destacó que aún estamos a tiempo de conseguirlo “si tomamos medidas inmediatas para acabar con los combustibles fósiles más sucios, más contaminantes y, sí, cada vez más costosos de nuestros sectores energéticos”.

En este sentido, destacó que la eliminación progresiva del carbón del sector eléctrico “es el paso más importante que debemos conseguir en consonancia con el objetivo de los 1,5 grados”.

Luego, explicó que la progresiva eliminación del carbón significa que su uso en la generación de electricidad debe caer un 80% por debajo de niveles de los de 2010 para 2030.

Energía eólica es producida en las afueras de Nouakchott,
la capital de Mauritania. UNDP Mauritania/Freya Morales

La energía renovable es más barata

Para los nostálgicos de este combustible fósil tuvo un mensaje: “Alguna vez, tiempos atrás, el carbón trajo electricidad barata a regiones enteras y trabajos vitales para las comunidades. Aquellos días se han ido. Más de la mitad de la capacidad renovable agregada en 2019 logró menores costos de energía que las nuevas plantas de carbón más baratas”.

Los beneficios de eliminar una energía sucia como esta exceden los medioambientales y se extienden a la salud, ya que la contaminación del aire relacionada con los combustibles fósiles causa 1 de cada 5 las muertes a nivel mundial cada año.

Y otros beneficios son desde el punto de vista meramente económico. Prácticamente en todos los mercados, ahora es más barato construir nueva capacidad de energía renovable que las nuevas plantas de carbón.

Por ejemplo, la Agencia Internacional de la Energía ha descubierto que el costo de construcción de los nuevos proyectos solares es más barato que simplemente ejecutar plantas de carbón existentes en lugares como China e India.

Por todos esos motivos, Guterres hizo “un llamado a todos los gobiernos, empresas privadas y autoridades locales” para dar tres pasos:

-cancelar todos los proyectos globales de carbón en trámite y poner fin a la adicción mortal al carbón

_poner fin a la financiación internacional de las plantas de carbón y trasladar la inversión a proyectos de energías renovables

-poner en marcha un esfuerzo global para finalmente organizar una transición justa

Para lograr el primer paso, Guterres instó a todos los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos a que se comprometan a eliminar el carbón para 2030, y a los países que no pertenecen a ella, a que lo hagan para 2040.

También pidió a los principales emisores y usuarios de carbón que anuncien sus planes de eliminación mucho antes de la Conferencia sobre Cambio Climático que este año se celebrará en Glasgow. Su mensaje fue especialmente dirigido a los miembros del G7, las siete economías más potentes del planeta, a los que invitó a tomar la iniciativa y comprometerse con ese paso de cancelar todos sus proyectos de carbón en la cumbre que celebrarán en junio.

Para la segunda medida de trasladar la inversión a los proyectos de energías renovables, el Secretario General pidió a los líderes de las principales economías emisoras que anuncien el fin de su apoyo financiero al carbón en la primera oportunidad de este año.

También tuvo palabras para los países en desarrollo que están por adoptar la transición a la energía renovable para brindar acceso universal a la energía a sus ciudadanos y les pidió que se comprometieran con esa política.

Mensaje a los bancos y a los inversores

Además, se dirigió a todos los bancos multilaterales y públicos, así como a los inversionistas en bancos o fondos de pensiones, para que cambien sus inversiones ahora hacia la nueva economía de energía renovable.

El tercer paso, el de organizar una transición justa, “planta de carbón por planta de carbón si es necesario”, se refiere a la inevitable pérdida de puestos de trabajo que estas medidas generarán, pero recordando que la transición a la energía renovable dará lugar a la creación neta de millones de puestos de trabajo para 2030.

Todo ello debe hacerse sin perder de vista que el impacto a nivel regional y local será variado.

“Tenemos la responsabilidad colectiva y urgente de abordar los graves desafíos que vienen con la velocidad y escala de la transición. Las necesidades del carbón de las comunidades deben ser reconocidas y deben proporcionarse soluciones concretas en un nivel muy local. Eso requiere compromiso, de los gobiernos a las empresas de energía, de la mano de obra, de sindicatos a inversores, tanto privados como públicos”, explicó Guterres.

Un técnico examina paneles solares en el techo de un almacén
en Lusaka, en Zambia. PNUD/Karin Schermbrucker

Trabajo digno

Con tal objetivo, hizo otro llamamiento a todos los países para que adopten las Directrices de la Organización Internacional del Trabajo como un estándar mínimo para asegurar el progreso de un trabajo decente para todo el mundo.

“Las Naciones Unidas apoyarán plenamente esta transición justa y los esfuerzos para garantizar que comunidades prósperas de energía renovable emerjan de esta transformación”, aseguró.

El titular de la ONU quiso terminar su intervención ante la Cumbre Global de la Alianza para Eliminar el Carbón con un mensaje positivo mostrando su convencimiento de que: “Podemos tener energías renovables y cielos azules. Podemos tener trabajos decentes, saludables y confiables. Podemos tener sistemas de energía renovables confiables que garanticen que todas las personas tengan acceso a la energía. Podemos impulsar más allá del carbón y tener economías que prosperen en negocios innovadores alineados con lo que exige el mundo: desarrollo sostenible y prosperidad para las personas y el planeta”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario