* En el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez –15 de junio—, la Comisión Nacional llama al Estado mexicano a ratificar la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores
De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano
Político
Condiciones de pobreza, abandono, violencia, negligencia,
maltrato psicológico y abuso económico que padecen adultos mayores en nuestro
país, les impiden hacer efectivos sus derechos humanos, lo que se traduce en
las pocas o nulas posibilidades de que vivan en forma digna su vejez, considera
en la Ciudad de México la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Ante ello, este Organismo Nacional se pronuncia en favor de
ampliar el marco jurídico de protección de las personas adultas mayores, para
lo cual el Estado mexicano debe ratificar, a la brevedad, la Convención
Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas
Mayores. Además, hay que generar una nueva cultura del envejecimiento,
establecer acciones y programas con enfoque de derechos humanos, para promover
su revaloración y participación activa en la implementación de esas medidas y
superar el estereotipo que los considera receptores pasivos de ayuda.
En ocasión del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y
Maltrato en la Vejez –15 de junio—, la CNDH llama la atención de autoridades y
sociedad para impulsar una nueva visión de la vejez, con el objetivo de que se
respete irrestrictamente la dignidad de las personas que se encuentran en esa
etapa, ya que no es suficiente con que la expectativa de vida haya aumentado.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Envejecimiento
integrada en el estudio Los mexicanos vistos por sí mismos de 2015, se advierte
que 74.1% de los entrevistados opinaron
que el principal tipo de violencia que sufren las personas en esa etapa de la
vida es la negligencia (el cuidador o familiar no cubre las necesidades de la
persona adulta mayor); 67.7% estima que el maltrato psicológico; 65.4% el abuso
económico; 63.1% autonegligencia (refiriéndose al poco cuidado de sí mismo), y
61% maltrato físico.
Para esta Comisión Nacional, la violencia contra las
personas adultas mayores constituye una violación a sus derechos fundamentales,
que causa grave daño o sufrimiento a quienes la padecen. Es provocada por actos
y omisiones de carácter físico, emocional, psicológico, sexual o financiero,
cuya incidencia es de tal magnitud que se le cataloga como un problema de salud
pública, el cual por lo general no se denuncia, pues en muchas ocasiones el o
los agresores son familiares o quienes están a cargo del cuidado de las
personas adultas mayores.
Las características del entorno comunitario en que viven las
personas mayores condicionan su calidad de vida. Gran número de instituciones
públicas y privadas están edificadas y prestan sus servicios a partir de una
concepción negativa del envejecimiento, que visualiza a los adultos mayores
como personas con capacidad limitada para tomar decisiones, incluso sobre su
propia vida. Lo anterior evidencia que la situación de vulnerabilidad en que se
encuentra ese grupo poblacional no deriva en sí misma del proceso biológico
natural de envejecer sino, mayormente, del concepto que se construye en la
sociedad.
En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, cuya
finalidad es erradicar la pobreza y luchar contra la inseguridad y la
injusticia, se han fijado diversos objetivos que involucran directamente a las
personas adultas mayores, toda vez que se busca garantizar una vida sana y
promover el bienestar de las personas de todas las edades; eliminar la
inequidad y desigualdades y asegurar el acceso a servicios de salud y seguridad
social.
En ese contexto, se debe impulsar el desarrollo humano
integral de las personas adultas mayores; fomentar en las familias, el Estado y
la sociedad un trato digno que privilegie la promoción de la igualdad, la no
discriminación, la realización progresiva de todos sus derechos, a partir de
los principios de interdependencia, participación, cuidados, autorrealización y
dignidad.
Las personas mayores de 60 años tienen derecho a la integridad,
dignidad, preferencia, a la salud física y mental, a una alimentación adecuada,
a tener una familia, a la educación, asistencia social, certeza jurídica, a que
se garantice la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, y
a su revaloración en la vida social, económica, política, cultural y familiar.
Es necesario establecer estrategias de prevención de la
violencia de las personas adultas mayores, tales como campañas de
sensibilización para la población en general, concientización de las y los
servidores públicos como garantes de los derechos de los adultos mayores;
programas intergeneracionales; capacitación al personal de salud, educativo y
de quienes les brindan cuidado en albergues públicos y privados.
En el “Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y
Maltrato en la Vejez”, adoptado por la ONU en su Resolución 66/127, se hace
necesario visibilizar el entorno adverso que viven las personas adultas
mayores, la discriminación y el maltrato que sufren, para prevenirlo y
atenderlo.
Este año, la ONU enfatiza la importancia de prevenir la
explotación financiera contra ese sector, y garantizar plenamente sus derechos
humanos.
En el marco de esta fecha conmemorativa, la CNDH y la
Comisión de Derechos Humanos del Estado de Coahuila organizaron el Foro “Los
Derechos Humanos de las Personas Adultas Mayores”, a realizarse en próximo 19
de junio en el auditorio del Centro Cultural “Vito Alessio Robles”, en la zona
Centro de la Ciudad de Saltillo, Coahuila.
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