Análisis a Fondo
* Como en los grandes crímenes, se calmarán los ánimos
* Además, “no hay pruebas de que sea el gobierno el espía”
Por Francisco GÓMEZ MAZA
Para Arcano Radio
”La preocupación, la angustia, el temor, el miedo que ocasiona el hecho de que compruebes que
estás siendo auditado, observado diariamente, - como en aquel mundo perverso
del Big Brother de George Orwell - a través de tu smartphone, de cuestiones muy
personales e íntimas como a dónde vas, qué haces, con quién te reúnes, qué
trabajo de investigación periodística estás realizando, en dónde y quiénes
colaboran contigo, no serán paliados sólo con la promesa de las autoridades de
procuración de justicia de investigar tales tareas de espionaje, sólo porque
fueron denunciadas en un reporte periodístico del New York Times, el rotativo
más importante e influyente del mundo.
Si se dan cuenta, el gobierno de Enrique Peña Nieto ya
dictaminó desde que leyó el reporte del diario neoyorquino: Declaró el lunes,
al revelarse el caso, que condena “cualquier intento de vulnerar el derecho a
la privacidad de cualquier persona” y que “no hay prueba alguna de que agencias
del gobierno mexicano sean responsables del presunto espionaje”. Y punto. No lo
echarán atrás, aunque los afectados por los espías tengan pruebas suficientes
de que han sido espiados por agencias gubernamentales, con sofisticados equipos
pagados en dólares y hasta dispongan del nombre del proyecto spy: Pegasus de
nacionalidad israelí. Peña Nieto nunca aceptará culpabilidad en estos hechos
como nunca la ha aceptado en otros de mayor gravedad como las desapariciones
forzadas,
La investigación de la Fiscalía Especializada para la
Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) no
arrojará resultados ni satisfactorios ni insatisfactorios como no han dado
resultados, no han descubierto a los asesinos de los seis periodistas
asesinados en los primeros meses del año (ni de los 172 asesinados durante los
sexenios neoliberales), o sobre los autores de la desaparición de los 43
estudiantes de la escuela normal rural de Ayotzinapa, Guerrero, caso en el que
todo indica que estuvieron involucrados elementos de las fuerzas de seguridad
del Estado en contubernio con elementos de una poderosa banda de
narcotraficantes. Cualquier asunto grave – Aguas Blancas, San Fernando,
Tlatlaya etcétera -, en el momento que caen en manos de los investigadores
gubernamentales se vuelven 0old cases-.
Las autoridades mexicanas dicen que abrieron una
investigación sobre el espionaje a los activistas, los defensores de los
derechos humanos y periodistas, revelado por el The New York Times y cuyo modus
operandi fue detallado en un informe del grupo Citizen Lab. Pero del dicho al
hecho hay mucho trecho. La pesquisa quedó a cargo de la Fiscalía Especializada
para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE).
Y esta fiscalía nunca, jamás, da pie con bola.
Aunque es poco probable que la indagatoria de la FEADLE sea
suficiente para satisfacer a varias de las víctimas del programa espía Pegasus,
quienes habían exigido que también haya una investigación independiente y a
cargo de alguna entidad internacional por desconfiar de las autoridades.
“Pedimos como condiciones mínimas para investigar estos
casos de espionaje la integración de una comisión independiente de expertas y
expertos que hagan un escrutinio y un monitoreo expreso y profundo a las
investigaciones”, declaró el lunes en una conferencia el Centro de Derechos
Humanos Agustín Pro Juárez, cuyos abogados defienden a víctimas de abusos de
derechos humanos en casos como la desaparición de los 43 estudiantes de la
escuela normal rural de Ayotzinapa y el abuso sexual a mujeres detenidas
durante protestas en San Salvador Atenco, en el estado de México.
Así las cosas, habrá que prepararse para que las autoridades
le apuesten, como siempre, al olvido y con mayor discreción continúen
observando, a través de su teléfono celular, a sus nuevos enemigos, que no son
los capos de la delincuencia organizada. Ya de por sí el espionaje ha sido una
práxis cotidiana de las agencias del Estado en contra de quienes considera sus enemigos,
gente de la oposición, izquierdistas, comunistas, marxistas, guerrilleros,
ministros religiosos progresistas, defensores de los derechos humanos, de las
mujeres, de todos los derechos para todos, y periodistas que no son
propagandistas de las buenas noticias del gobierno. Ahora les es más fácil
dependiendo de la inteligencia o estupidez del propietario del celular a
espiar. Así que, amigos, ojo con msn extraños, No los abran. Bórrenlos ipso
facto. Y se evitarán estar en el chismorreo de la PGR, de Gobernación, del
Cisen, de los órganos de inteligencia militares y policiales, y sobre todo,
podrán prolongar su estancia en este mundo, donde nadie se escapa de morir,
pero no por las balas de un asesino pagado.
Así seguirán estando en la mira: Funcionarios del INAI, artistas, hijos de
políticos, empresas de seguridad, periodistas, abogados de narcotraficantes,
estudiantes universitarios, policías federales, médicos, defensores de derechos
humanos; integrantes del Consejo de la Judicatura Federal, miembros de la
Sección 22 de la CNTE, exdiputados federales y locales, órganos de
fiscalización estatales, deportistas, funcionarios públicos de alto nivel,
municipales y estatales Guerrero e Hidalgo…
@AFDiario
@analisisafondo
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