Análisis a Fondo
Por Francisco GÓMEZ MAZA
Para Arcano Radio
Imagine qué locura. Otro Donald J. Trump en Los Pinos.
Encarnado en el cerebro de El Bronco.
Este gobernador “independiente” quiere ser el sucesor del
actual presidente, Enrique Peña Nieto. Y está invirtiendo una millonada de
pesos del Erario neoleonés en basura propagandística para que los electores de
todo el país se fijen en él.
Los periodistas de Monterrey, particularmente de El Norte de
la familia Junco, le tuvieron que preguntar quién pagaba esa campaña, y la
reacción de Jaime Rodríguez no se dejó esperar. El Bronco no respondió.
Reaccionó. Responder implica respon-sabilidad. Se dejó llevar por la
inconciencia. Montó en cólera y hasta amenazó a los periodistas. Se dio el lujo
de agredirlos, violando el derecho a la libre expresión y a la libertad de
prensa consagrado en la Constitución Política mexicana.
Gravísimas las agresiones de El Bronco en momentos en que el
periodismo en México está más vulnerable que nunca, cuando ya van siete
periodistas asesinados en seis meses y ningún asesino material e intelectual ha
sido aprehendido.
Pareciera una conjura de la clase política y de la
delincuencia organizada. Por lo pronto, El Bronco ya salió del clóset donde
están escondidos los políticos que odian a los periodistas, los que no gustan
de las preguntas incómodas, que son las que tiene que plantear un reportero
realmente periodista a los políticos. Las complacencias son propaganda,
publicidad, pero no son periodismo. Lo
que publica la “revista” ARegional de periodismo no tiene un clavo. Es
publicidad, promoción, pagada. Y pagada con el dinero de los contribuyentes
obligados a financiar los servicios públicos y los sueldos de los trabajadores
del Estado. Y en esa publicación apareció Jaime Rodríguez para promover su
imagen.
Qué pena, hombre, que llegara El Bronco a la presidencia de
México, con ese perfil de represor del derecho a la información y violador de
los artículos sexto y séptimo constitucionales. Sería la reencarnación de
Donald Trump, quien en su odio contra todo, empezando con su odio a sí mismo,
odia a los periodistas desde que andaba en campaña. Ha vetado, por ejemplo, el
uso de videocámaras en 11 de 17 conferencias de prensa, escalando su odio
contra los periodistas. Tanto que este miércoles pasado un colega, muy enojado,
como todos, exclamó a la vocera de adjunta de Trump: “¡Venga ya! ¡Está avivando
el fuego!”. Y es que, además, la portavoz había acusado a los medios de
publicar noticias falsas, lo que los gringos llaman fake news.
Los signos de los tiempos. No es la hora del periodismo. Y
de paso los periodistas, entre otras personalidades de influencia política y
social, son espiados con sofisticados programas digitales, hecho negado por el
propio presidente Peña, cuando todo el mundo sabe que desde la campaña
electoral el PRI espiaba a los contendientes del PAN y del PRD, Josefina
Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador.
Presuntamente, la PGR ya está investigando el espionaje, en
el cual podría estar involucrada, porque se sabe que es una de las secretarías
que compró el programa Pegasus, destinado a espiar a criminales, padrinos de la
delincuencia organizada y de las bandas de narcotraficantes, a las cuales no
pertenecen los periodistas, los defensores de derechos humanos etc, bajo
escucha. Aunque siendo espiados (escuchados, grabados etc) no cabe duda de que
son tratados como criminales y enemigos de los espiadores.
Ahora, la fiscalía tiene otra tarea: meter en cintura al
gobernador broncudo, quien ya fue denunciado. La presidenta de la Comisión de
Seguimiento a las Agresiones a Periodistas y Medios de Comunicación, la
diputada Brenda Velázquez, presentó el miércoles pasado denuncia contra el
mandatario neoleonés por amenazas en contra del periódico El Norte, del grupo
Reforma.
Otro carbón encendido en las manos del procurador Raúl
Cervantes Andrade. Qué hacer con El Bronco por las agresiones a los
periodistas, porque no sólo fue el de El NORTE. Fueron todos los que estaban
frente al gobernador los agraviados.
Pero la antipatía que El Bronco siente por los periodistas
no es nueva. Sólo un ejemplo: El pasado 8 de febrero, en el marco de una
entrevista sobre temas de seguridad, Rodríguez Calderón dijo que solicitaría al
Congreso local elaborar una ley para obligar a que todos los periodistas
revelaran sus fuentes con el fin de terminar con la “desinformación”.
En fin. Usted ¿permitiría con su voto que llegara a la
presidencia un individuo como el gobernador de Nuevo León, que parece
reencarnación de Trump?
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