De la Mesa de Redacción
De nuestra asociada RNU
La Organización Mundial de la Salud (OMS) detalló en un
artículo en su página en Internet los beneficios de una estrategia experimental
para la respuesta al brote del zika.
Se trata de una nueva técnica para controlar las
enfermedades transmitidas por mosquitos haciendo uso de la propia naturaleza.
Los mosquitos son responsables de la muerte de 700.000
personas cada año. Cuando estos insectos llevan el virus de enfermedades como
el chikungunya, el dengue y el zika
pueden transmitírselas a los humanos.
Investigadores en la Universidad Monash en Australia han
descubierto que los mosquitos infectados artificialmente con una bacteria
llamada Wolbachia quedan incapacitados para pasar esos padecimientos.
Esta bacteria existe naturalmente en un 60% de todos los
insectos.
Lo explica el doctor Scott O'Neill profesor y decano de la
universidad:
"Wolbachia está muy extendida entre los insectos, pero
no entre los vectores de enfermedades. Nos interesó si podía propagarse a otras
especies, queríamos saber si algunas de esas propiedades podían acortar la vida
de los insectos y manipular a los vectores. Lo interesante es que durante ese
trabajo descubrimos sorpresivamente que al poner Wolbachia en un mosquito, esta
bloquea la capacidad del virus de crecer y si no puede crecer no puede ser
transmitido", explicó el investigador.
El descubrimiento ocurrió hace 9 años y desde entonces un
equipo de científicos han trabajo para llevarlo a la práctica.
El objetivo es que los mosquitos con Walbachia se apareen
con los silvestres y observar si pueden heredar la bacteria a la siguiente
generación, creando así poblaciones de mosquitos que no pueden transmitir virus
mortales.
La OMS está fomentando la investigación sobre este nuevo
procedimiento. En marzo de 2016, el Grupo Asesor de Control de Vectores
recomendó el despliegue de mosquitos portadores de Wolbachia para probar la
eficacia del método.
Jurujuba es la comunidad donde Fiocruz lleva adelante el innovador proyecto. Foto: OMS/ N. Alexander. |
Una de las comunidades experimentales es Jurujuba, en
Guanabara Bay en Río de Janeiro. El socio encargado del programa en ese país es
Fiocruz. En 2015 pusieron en práctica la iniciativa para controlar el dengue.
La Universidad de Antiochia en Medellín, Colombia es otro
socio del programa.
La bacteria no es una solución mágica, pero es muy
prometedora, dijo la OMS, que espera que los programas pilotos en Brasil den
resultados favorables.
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